lunes, 2 de diciembre de 2024

"No estoy sola", un cuento sobre las emociones y situaciones que se viven en el acogimiento familiar, por Maritxu Amenabarro.

 

"No estoy sola"
Autora: Maritxu Amenabarro



Presentación

Es un placer y un honor que hayas respondido a la llamada del Blog Buenos tratos para darnos a conocer tu trabajo. De todos los invitados que podemos tener, de los que más orgulloso y honrado me siento es de quienes crecéis desde la adversidad, porque vosotros dais credibilidad y sentido al trabajo que hacemos los profesionales. Para quienes no te conozcan en este blog, cuéntanos en unas líneas quién es Maritxu Amenabarro.


Maritxu Amenabarro
Soy Maritxu Amenabarro, tengo 25 años y fui una menor en Acogida. Tengo dos hermanas mayores y junto con la mediana estuve en un centro de acogida desde los 6 años hasta los 8, momento en el que nos acogió Aitor en su caserío (lugar donde a día de hoy sigo viviendo). 

Soy ilustradora y escritora de cuentos, y con estos libros me encantaría poder ayudar a dar visibilidad a temas como el Acogimiento Familiar.




Jose Luis: Gracias por atender nuestra llamada. Hoy nos presentas un cuento que has publicado recientemente, “No estoy sola”, bonitamente ilustrado, donde cuentas la vivencia de una niña en acogida. Este blog lo siguen muchas familias acogedoras y profesionales de la protección a la infancia, para ellos, explícanos cuál fue tu motivación para escribirlo. 

Maritxu: Al terminar mis estudios universitarios de Creación y Diseño, quise hacer un TFG (Trabajo de Fin de Grado) donde poder combinar el ámbito social con el diseño, y así nació mi primer cuento “No estoy sola”, donde hablo de las situaciones y emociones que se viven dentro del acogimiento familiar. 

Desde pequeña he sido una niña muy correcta, muy buena, que no expresaba nada “malo”, solo sonreía y hacía reír a los demás. Desde fuera se me veía como una niña feliz, pero no era así. Me ha tocado madurar antes de tiempo, para poder cuidar de mis familiares (aún siendo la hija menor). Mi madre tenía esquizofrenia y mi padre hacía lo que podía… pero la situación se le iba de las manos. Es por ello que yo aprendí a cuidar de mi madre y hacer que sonriera. No me cuidaron, yo cuidaba de ellos. Con esto quiero decir que todas esas sonrisas posteriores son mecanismos de defensa, porque yo veía que era la única manera para “agradar” a los demás y que me quisieran, yo no podía dar problemas. 

De ahí nació mi motivación para la creación de este cuento, para que los niños/as que están en situación de acogimiento sientan que no están solos, que hay alguien que ha pasado por situaciones similares y que siempre habrá alguien para escucharnos y sostenernos.

J.L.: En el cuento se puede ver cómo la protagonista no es vista ni sentida en su mundo emocional, por ejemplo, en el ámbito escolar, donde los niños pasan muchas horas, al contrario, las conductas que pueden indicar malestar emocional son interpretadas y juzgadas de modo negativo por los profesores… 

M.: Sí, y es un tema que creo que debe cambiar. Los profesores no están bien informados de lo que implica el Acogimiento y el impacto que tiene en el menor. Os pongo en situación: imagínate que yo ayer tuve un día horrible porque me fue la visita mal y al llegar a casa después de esa visita mi cabeza no está para ponerse a hacer deberes ni estudiar… y además al ir al colegio los profesores me echan la bronca o me llaman tonta por no seguir el ritmo. ¿Cómo voy a seguir el ritmo de mis compañeros si no tengo una vida estable? Sé que los profesores no se pueden saber la vida de cada alumno, pero sí que pueden estar mínimamente informados de lo que puede llegar a suponer tener un alumno en esa situación, que con una mirada le pueda calmar o decir “tranquil@, se que ahora mismo no estás para concentrarte”. Yo por suerte (o por desgracia) he estado muy desconectada y disociada, y nunca he t
enido problemas académicos como tal, pero siempre me he sentido sola en el ámbito escolar (obviamente no con todos los profesores).

J.L.: La integración en la mente de la familia biológica, con la que hay relación y contactos, y de la acogedora, reflejados en el cuento a través de la visita, es un factor de estrés que les resulta muy complicado de manejar y elaborar a los niños acogidos… 

M.: Es una situación complicada, sí. Para mí uno de los temas más difíciles han sido las visitas, porque yo iba con muchísimas ganas de ver a mis padres (pese a la situación) y el no poder contarles durante 10 años ni dónde vivía ni con quien me supuso un gran esfuerzo mental y emocional. El mirarles a los ojos y responderles “aita, no me preguntes eso porque no te lo puedo decir” es muy duro. Se convierte en una situación donde todo son secretos, malos rollos… Además, por no hablar de todas las secuelas posteriores que deja eso en la edad adulta; problemas para comunicarte, problemas para conectar con tus emociones, conflicto de lealtades… Me volví una niña muy reservada y callada, que cuando iba al psicólogo no decía ni media palabra.


Maritxu Amenabarro


J.L.: En mi opinión las familias acogedoras necesitan ser acompañadas para poder,  su vez, acompañar a sus niños, para darles afecto y seguridad, sostenerles a lo largo de su desarrollo. Es un proceso en el que los niños tienen que trabajar para poder aceptar su historia de vida e integrarla lo mejor posible en su biografía. En el cuento, lo que más ayuda a la protagonista no son los discursos o las explicaciones, sino que su acogedor se muestre disponible, cercano y seguro, capaz de hacerle sentir sentida, como dice Siegela la niña, para que esta pueda confiarle lo que siente y piensa sobre su vida y lo complicado que esta se le hace. En resumen, como el título, saber que no está sola ¿Estás de acuerdo? 

M.: Totalmente de acuerdo. Los niños no necesitan escuchar grandes sermones, lo único que necesitan es saber que no están solos, que vas a estar ahí para ellos, para escucharles y apoyarles en lo que haga falta. A veces ellos no te van a hablar de sus emociones, pero sí que necesitan escuchar y sentirse seguros de que vas a estar ahí para ellos pase lo que pase, porque ya han sido “abandonados” emocionalmente una vez y ya tienen miedo. Así que en resumen, para los padres/madres/profesionales: tenéis que manteneros fuertes y mostrar que sois un hogar y un lugar seguro para esos niños a los que acompañais.

J.L.: ¿Quieres añadir algunos aspectos que te parezcan relevantes y que no te haya preguntado?

M.: Ya lo he comentado antes, pero me parece muy importante el dar visibilidad a este tema para que cada vez más personas vean esta realidad y que así poco a poco las personas menores de edad puedan sentirse más integrados en esta sociedad y se deje a un lado esa mala connotación negativa que tiene el “ser de un centro/familia de acogida”, como si apestáramos o fuéramos malos por serlo. 

También me gustaría hablar de que en el cuento aparecen cinco emociones, algunas son muy típicas como el enfado, la tristeza… pero también aparece la culpa, emoción que está muy presente en la vida de los menores acogidos… así que prestad atención a esa emoción, porque se nos hace muy difícil identificarla. 

J.L.: Finalmente, ¿puedes compartirnos cuál es tu experiencia sobre cómo de preparado ves al mundo adulto (acogedores, profesores, profesionales de la salud…) para comprender a un niño/a que vive en acogimiento familiar? 

M.: Todavía queda un largo camino, pero creo que cada vez más personas saben sobre el tema. Desde el 2007 (año en que me acogieron) a ahora, sí que he visto cambios. Por ejemplo ahora se intenta dar información a la familia biológica desde el principio y me alegra muchísimo, porque es algo que yo he sufrido mucho. Pero lo dicho, creo que falta mucho trabajo y debería hablarse mucho más este tema en colegios, televisión… y que dejen de hacer series donde el menor acogido es un problemático, ¡por favor! Que eso no ayuda nada a reducir esa connotación negativa. 

Por último, quiero decir que no es solo cuento, es una herramienta, por tanto, usad las fichas que aparecen al final del libro, porque son muy útiles para trabajar las emociones, el vínculo adulto-niño etc.

Espero que disfrutéis del cuento y os pueda servir.

El cuento también se ha editado en euskera (lengua vasca)


J.L.: Muchas gracias, Maritxu. Enhorabuena por tu trabajo, todo nuestro cariño y admiración. Déjanos una dirección para que las familias puedan adquirir el cuento por aquí:



Enlaces a entrevistas:

Un abrazo entre páginas (Noticias de Gipuzkoa)




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