lunes, 27 de mayo de 2024

Qué le piden los niños y las niñas a los profesionales que conforman su contexto de vida.

Como sabéis, acabamos de celebrar con gran éxito las VI Conversaciones sobre apego y resiliencia en San Sebastián, Gipuzkoa (España). Este congreso ha estado dedicado a enfatizar la enorme importancia que tiene el contexto de vida que rodea a los niños y a las niñas. Y dentro de este, el papel tan relevante que juegan los profesionales que trabajan con el niño/a: los maestros, los psiquiatras, los trabajadores sociales, los técnicos de infancia...

En las VI Conversaciones escenificamos un acto de inauguración donde simbólicamente representamos lo que los niños y niñas le piden a los profesionales de este contexto. Me dijeron que era de gran valor y que merecía la pena darlo a conocer entre quienes no habéis podido asistir a las Conversaciones. 

Así que hoy os comparto el guión del acto de inauguración de este congreso con los textos que contienen los mensajes que los chicos y las chicas nos lanzan. En nuestra labor psicoterapéutica, no debemos de olvidar nunca que todo niño y niña interactúa y se relaciona en un contexto determinado. Obviar y no tener en cuenta este es un error que no nos podemos permitir cometer, sobre todo cuando somos conscientes de la enorme repercusión que dicho contexto tiene en el desarrollo y salud de la persona menor de edad. Como profesionales de la psicoterapia y de la salud mental, nuestra tarea es también la de contribuir a generar contextos terapéuticos y protectores para nuestros niños y niñas.

Representantes simbólicos del contexto de vida del niño/a
en el acto de inauguración de las VI Conversaciones

Mientras se proyecta el vídeo TXALAPARTA, las personas que representan el papel de profesionales integrantes del contexto del niño/a entran uno a uno en el escenario y se colocan mirando al público. Una madre y sus hijos/as caminan desde el fondo de la sala, se acercan al escenario y entregan a cada adulto (uno a uno) que representa a un profesional, un sobre grande que contiene una hoja donde está escrito un requerimiento. Cuando acaban, la madre y los niños/as se quedan al lado de los profesionales y de José Luis. 

Vídeo del Acto de inauguración de las VI Conversaciones


La txalaparta, instrumento ancestral del País Vasco 
simbolizó la llamada del CONTEXTO

José Luis lee este texto:

La txalaparta es un instrumento de percusión tradicional del País Vasco, Navarra y el País Vasco Francés. Su origen se remonta al Paleolítico. Su utilización estaba íntimamente ligada a las labores de fabricación de la sidra. Tras triturar la manzana, se celebraba una cena y la fiesta se podía prolongar hasta altas horas de la madrugada. 

Una vez terminada la cena, al oír el instrumento, la gente de los alrededores se iba animando y se acercaba al lugar. Su uso siempre ha estado vinculado con el medio rural y con este modo de vida. También se utilizaba en bodas, bien el mismo día o días antes del festejo. 

Como hemos visto y oído, la txalaparta es un instrumento de percusión que permite crear juegos rítmicos con improvisación. 

Podemos considerar a la txalaparta como un instrumento de CONTEXTO, porque es una llamada a toda la comunidad que vive alrededor para sumarse a una fiesta. En este caso nos sumamos a estar cerca y alrededor del niño o niña. 

La txalaparta es la llamada que los niños y niñas hacen al CONTEXTO de vida que les rodea, para que sean VISTOS. El contexto es fundamental para que se desarrollen sanamente. Nos interpela a todos sobre las necesidades de los niños/as a este nivel, no podemos hacer ninguna intervención terapéutica ignorando su llamada. Esta resuena en nosotros como los sonidos de la txalaparta. Y CADA VEZ, COMO HABÉIS VISTO, NOS LLAMA CON MÁS FUERZA E INSISTENCIA.

Esta madre, sus hijos y su hija, nos piden que la ESCUCHEMOS y entregan a los representantes simbólicos del contexto (dentro de un sobre) lo que le piden a cada uno de ellos. Leámoslo:

(Cada participante, lee, uno a uno, el contenido de cada sobre)

PROFESORA 

Los niños necesitamos escuelas sensibles al trauma, con profesores formados en las consecuencias que la adversidad temprana tiene en nuestro desarrollo y salud. Profesores que conozcan cómo nuestra atención, comportamiento y emociones se pueden desregular, dificultándonos y complicándonos el aprendizaje y las relaciones con los demás. 

Necesitamos que los profesores nos prestéis vuestro cerebro para que desde vuestra permanencia externa podáis estimular nuestra permanencia interna. 

La paciencia, el afecto, la solidaridad y la empatía (conectar con nuestro sufrimiento para no nos veáis como sujetos con mala o buena conducta) son cualidades que debéis de cultivar. 

Pensad que vuestras maneras de actuar, cómo valoráis nuestras acciones y rendimiento, y los mensajes que nos transmitís, repercuten directamente en nuestra autoestima e influenciarán nuestra identidad adulta. 

PSIQUIATRA

Los niños necesitamos psiquiatras formados en trauma, apego y resiliencia. Profesionales conocedores de cómo las experiencias infantiles tempranas, si están caracterizadas por el maltrato, la negligencia y/o el abuso sexual, afectan y dañan el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. 

Psiquiatras que tengan una visión bio-psico-social de los trastornos mentales y del desarrollo de los niños y adolescentes, que apuesten por tratamientos donde el valor de las relaciones sea central en la recuperación de las consecuencias de los traumas tempranos. 

Psiquiatras que, además de tener conocimientos y ofrecernos medicinas desde el vínculo, sean cercanos, amables, empáticos y sensibles al sufrimiento de los niños y adolescentes. Así desarrollaremos con vosotros una relación de confianza, básica para que aceptemos vuestros cuidados médicos. 

Psiquiatras capaces de ver que lo que el mundo adulto llama “trastorno” realmente es una expresión de nuestra desesperación y dolor, nuestro grito para pedir ayuda.

EDUCADORA

Los educadores sociales sois profesionales clave en nuestras vidas. Vuestro ideario pedagógico no debe de basarse en una metodología conductual, de premios y castigos. Tenéis que involucraros en nuestras vidas. Las actuaciones educativas distantes y despreocupadas de nuestro mundo interno son inadecuadas. Necesitamos que nos ayudéis a comprender nuestra mente y la de los demás.  

Es muy importante que estéis formados en las consecuencias que la adversidad temprana tiene en nuestro desarrollo, pues genera un impacto traumático que afectará a todas las áreas de nuestra personalidad. 

Los niños necesitamos que las administraciones os ofrezcan unas condiciones laborales que os permitan sentiros satisfechos en vuestro puesto de trabajo, para que no haya tanta movilidad laboral, pues eso impide la permanencia, vital para que podamos establecer con vosotros un vínculo afectivo, resiliente, que dé sentido a nuestras vidas. 

Vuestra capacidad para vincular y para la empatía son dos competencias fundamentales para que podamos sanar de nuestras heridas traumáticas. Vuestra paciencia, perseverancia y solidaridad para con nosotros son indispensables, aun sabiendo que no os lo ponemos nada fácil. Recordad que nosotros tuvimos unos modelos parentales que dañaron nuestra confianza y seguridad en el mundo adulto y por eso necesitamos que seáis base segura para nosotros. 

TÉCNICO DE INFANCIA 

Sois los profesionales más importantes de nuestro contexto vital. ¿Sois consciente de que las decisiones que toméis pueden marcar nuestra vida hacia la fatalidad en la desgracia o hacia un camino que puede ser resiliente? 

Vuestros conocimientos sobre las consecuencias que los malos tratos tienen en el desarrollo de los niños, especialmente en los periodos sensibles, en los que necesitamos un tipo especial de estímulos, son imprescindibles. Para nosotros es vital que priméis nuestro interés superior, no el del mundo adulto. Y que la burocracia no enlentezca las decisiones que nos protegen. Porque, como dice Rafal Benito: “el neurodesarrollo no espera y no entiende de que las comisiones tarden en reunirse y decidir”. 

Los niños necesitamos que los técnicos nos protejáis y que toméis las decisiones que atañen a nuestra seguridad y estabilidad, a nuestro derecho a ser niños y disfrutar de ello. 

Si los contactos o la relación con nuestros padres u otros adultos nos dañan y no es beneficiosa para nosotros, vosotros debéis de protegernos. Muchas veces estar expuestos a estas situaciones nos dispara terribles recuerdos y re-consolida nuestros traumas en la memoria.

JUEZA 

Eres otra figura muy relevante en nuestras vidas. Para nuestra seguridad y protección, para que podamos crecer y desarrollarnos sanamente, es totalmente necesario que persigáis siempre nuestro interés superior. Necesitáis que los peritos a los que recurrís sean capaces de ofreceros informes técnicos bien argumentados en los que os dejen bien claro que las personas adultas con las que vamos a convivir (en guardia y custodia o en régimen de visitas), si nos hacen daño activo o pasivo (negligencia) afectan a nuestro cerebro y, por tanto, a nuestro desarrollo. Por ello, habéis de decidir en base a nuestro “derecho al buen vínculo” (propuesto por el abogado Hernán Fernández, el cual tiene jurisprudencia) y no en base al derecho de los padres. Los niños somos personas a las que debéis de proteger, no somos una propiedad de nuestros padres. Hay que recordaros que La Convención de los Derechos del Niño es el tratado internacional que nos protege y es de carácter obligatorio para los Estados firmantes. 

Del mismo modo, sabed que romper los vínculos afectivos nos daña, por ello debéis de priorizar el “derecho al buen vínculo”, a que tengamos unas personas adultas competentes y estables en nuestras vidas, no unos padres o familia biológica. 

Finalmente, cuando cometemos una infracción, vuestras decisiones y las medidas que adoptéis para rehabilitarnos (porque estamos a tiempo), son también fundamentales. Los profesionales os deben de informar técnicamente de qué es lo mejor para nosotros. Muchas veces delinquir es nuestro último síntoma. El mundo adulto que nos rodeaba no vio que estábamos desprotegidos y tuvimos que dar ese último y desesperado grito de socorro… Los chicos que delinquen tienen corazón, leed, por favor, “Acogiéndote, diario de un comienzo”.

PSICOTERAPEUTA 

Los niños necesitamos psicoterapeutas formados en apego, trauma y resiliencia, preferentemente traumaterapeutas. El aspecto técnico es importante, pero sabed que la persona del psicoterapeuta es el principal instrumento para que podamos transformarnos. Por eso tenéis que estar formados a este nivel. Cuando hacemos terapia, nos encontramos con vuestra persona. ¿Sabéis que para nosotros estar en una sala los dos solos puede ser amenazante? ¿Sabéis que explorar nuestro interior nos asusta? Necesitamos, primero, confiar y sentir seguridad. 

La neurocepción (el tripómetro) que despertéis en nosotros hará que queramos seguir en la terapia o mostremos nuestras defensas. Tenéis que comprender estas defensas, es una manera de protegernos del dolor de haber sido maltratados o abandonados. Si os alías con ellas, seguro que nos va mejor. 

Tened paciencia con nosotros, constancia, haced que notemos que os importamos, dedicad sesiones a nuestros padres o referentes y no os quedéis encerrados en vuestra sala de terapia. ¡Sed psicoterapeutas ecosistémicos y coordinaos con nuestros psiquiatras, educadores o profesores! El trabajo, así, será completo y mejoraremos mucho más, porque atenderéis a lo que ocurre en nuestro contexto de vida. 

No nos hagáis hablar de lo traumático demasiado pronto. Bruce Perry dice que muchas veces elegimos cuándo, dónde y a quién comunicar lo traumático, y que esto lo hacemos en pequeñas dosis. 

Maryorie Dantagnan es nuestro referente sobre cómo ser un psicoterapeuta suficientemente bueno. Leed el cuento que ella y su colega y discípulo José Luis han elaborado: “Estoy contigo”. Si tenéis en cuenta todo eso, nos irá bien. 

José Luis dice: La combinación de golpes, que los viejos txalapartaris utilizaban para crear un juego en el que uno pone el orden o equilibrio mientras que el otro se dedica a romperlo para hacer el desequilibrio, expresa muy bien la tarea que nos es encomendada a los profesionales: restaurar el equilibrio del CONTEXTO y lograr que sea sano y promotor de buenos tratos para los niños/as.

UNA NIÑA lee el texto final:

El amor y la solidaridad son la mejor de las terapias.

El ser humano tiene que aprender a volverse humano. 

Los niños necesitamos personas estables a nuestro lado que crean en nuestros recursos y nos den confianza, cambiando la mirada sobre nosotros y las causas de nuestro dolor. 

Personas que tengan paciencia, perseverancia y permanencia. 

Adultos, no olvidéis nunca esto: 

“No todo lo que hagáis por nosotros ahora lo veréis ahora” 

“La gota de agua no horada la piedra por su paciencia sino por su perseverancia”

José Luis dice:

Que así sea.

(Antes de irse, la madre entrega a cada profesional un ejemplar del libro Buenos tratos)

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