Presentación
No hace mucho, la revista oficial sobre teoría del apego y sus aplicaciones ha publicado una declaración de consenso sobre el apego desorganizado, conscientes de que la popularización de la teoría y su uso en diferentes contextos clínicos y de intervención puede conllevar errores y equívocos sustantivos, con consecuencias negativas para los pacientes o usuarios de los diferentes dispositivos de salud o atención psicosocial.
El apego es mucho más que las clasificaciones de apego. Lo expresan claramente Leticia Linares e Iñaki Bilbao en una reflexión sobre el vínculo afectivo en la situación terapéutica dentro del libro “La teoría del apego. Un paradigma revolucionario”: “si bien estas clasificaciones resultan estimulantes y útiles en investigación, cabe destacar que la realidad asistencial nos devuelve una mayor complejidad en lo que al funcionamiento del apego se refiere, de manera que una persona no demuestra, por ejemplo, de manera continua conductas propias de un apego seguro, o inseguro ansioso/evitativo. Los autores estamos interesados en destacar esta realidad, pues tal y como los doctores Mario Marrone y Mauricio Cortina apuntan, existe una extendida idea equivocada acerca que de la aplicación clínica de las clasificaciones de apego es lo que caracteriza a dicho paradigma. Bowlby prefería hablar de disposición antes que, de patrón, ya que una disposición puede tomar una forma u otra según la respuesta del otro en un marco interaccional” (p. 136).
En concreto, el uso de la categoría de apego desorganizado no debe presuponer un rasgo permanente y generalizable, porque este es reflejo de la observación en una situación experimental concreta (Situación Extraña) donde se codifican unas conductas idiosincrásicas, que se ponen de manifiesto en la interacción cuidador principal/bebé, tanto en la separación como en el reencuentro entre estos, y cuya sobregeneralización y asociación con el maltrato -sin tener presente ni cotejar estos resultados con entrevistas y observaciones en el ámbito familiar y escolar- puede dar lugar a conclusiones erróneas y, en consecuencia, a una toma de decisiones equivocada.
Por ello, el apego desorganizado no es equivalente a maltrato. No a todos los niños y las niñas maltratados por sus padres o cuidadores se les puede asignar la categoría de apego desorganizado por defecto. En este artículo los autores que firman la declaración de consenso sobre el apego desorganizado nos explican las salvedades y precauciones que debemos de tener presentes cuando trabajamos e intervenimos con población (niños y niñas y sus familias) víctimas de malos tratos. El apego desorganizado es una excelente contribución que nos ayuda a desarrollar una visión comprensiva y relacional de muchas situaciones familiares, pero su evaluación debe de hacerse de un modo riguroso.
Transcribiré a continuación un resumen -que los autores que firman la declaración de consenso ofrecen al principio del artículo publicado en la revista Attachment and Human Development- traducido por mí, pero es absolutamente necesario leerlo entero, pues todo lo que exponen es de enorme trascendencia y conviene tenerlo muy en cuenta. Del mismo modo, todos los que quieran trabajar motivados por la teoría del apego deben de recibir formación y práctica supervisada, pues la combinación de las variables escaso tiempo para evaluar y desconocimiento pueden dar como resultado malas prácticas profesionales. Sin ninguna duda que la teoría del apego ha revolucionado nuestra manera de trabajar con los niños, los jóvenes, sus familias y los pacientes adultos, entregándonos grandes aportes. Pero conviene conocerla en profundidad, formarse y adquirir experiencia porque de lo contrario corremos el riesgo de reducirla a un subproducto de libro de autoayuda de supermercado, pensando que todo son tips y meras fórmulas. Y nada más lejos de la realidad y nada más equivocado. En este sentido, Mario Marrone y Mauricio Cortina nos dicen que "...la teoría del apego es una teoría muy específica sobre la naturaleza de estos vínculos afectivos. No es una teoría general sobre las relaciones interpersonales y los vínculos afectivos” (Mario Marrone, p. 106) “Otros malentendidos que están circulando en nombre de la teoría del apego son los libros o la literatura enfocados a aconsejar a los padres de familia sobre cómo criar a sus bebés” (…) (Mauricio Cortina (p. 106) (…) “…no debemos tratar de reducir la teoría del apego a fórmulas simplistas sobre la parentalidad” (Mario Marrone, p. 107)
Os dejo con la parte inicial del texto donde podéis leer los diez temas más importantes que se desarrollan en el artículo sobre el apego desorganizado.
Para comprender mejor y contextualizar cada uno de los puntos de esta declaración es imprescindible leer el artículo completo.
Apego desorganizado en la infancia: una revisión del fenómeno y sus implicaciones para los clínicos y los responsables políticos
Traducción al castellano de José Luis Gonzalo Marrodán
Revista Attachment and Human Development
Autores: Pehr Granqvist, L. Alan Sroufe, Mary Dozier, Erik Hesse, Miriam Steele, Marinus van Ijzendoorn, Judith Solomon, Carlo Schuengel, Pasco Fearon, Marian Bakermans-Kranenburg, Howard Steele, Jude Cassidy, Elizabeth Carlson, Sheri Madigan, Deborah Jacobvitz, Sarah Foster, Kazuko Behrens, Anne Rifkin-Graboi, Naomi Gribneau, Gottfried Spangler, Mary J Ward, Mary True, Susan Spieker, Sophie Reijman, Samantha Reisz, Anne Tharner, Frances Nkara, Ruth Goldwyn, June Sroufe, David Pederson, Deanne Pederson , Robert Weigand, Daniel Siegel, Nino Dazzi, Kristin Bernard, Peter Fonagy, Everett Waters, Sheree Toth, Dante Cicchetti, Charles H Zeanah, Karlen Lyons-Ruth, Mary Main y Robbie Duschinsky
Para citar este artículo: Pehr Granqvist, L. Alan Sroufe, Mary Dozier, Erik Hesse, Miriam Steele, Marinus van Ijzendoorn, Judith Solomon, Carlo Schuengel, Pasco Fearon, Marian Bakermans- Kranenburg, Howard Steele, Jude Cassidy, Elizabeth Carlson, Sheri Madigan, Deborah Jacobvitz, Sarah Foster, Kazuko Behrens, Anne Rifkin-Graboi, Naomi Gribneau, Gottfried Span
Mary J Ward, Mary True, Susan Spieker, Sophie Reijman, Samantha Reisz, Anne Tharner, Frances Nkara, Ruth Goldwyn, June Sroufe, David Pederson, Deanne Pederson, Robert Weigand, Daniel Siegel, Nino Dazzi, Kristin Bernard, Peter Fonagy, Everett Waters, Sheree Toth, Dante Cicchetti, Charles H Zeanah, Karlen Lyons-Ruth, Mary Main y Robbie Duschinsky (2017) Apego desorganizado en la infancia: una revisión del fenómeno y sus implicaciones para los clínicos y los responsables políticos, Apego y desarrollo humano 19: 6, 534-558, DOI: 10.1080 / 14616734.2017.1354040
Para vincular a este artículo: https://doi.org/10.1080/14616734.2017.1354040
© 2017 El autor (es). Publicado por Informa UK Limited, comercializado como Taylor & Francis
Grupo. Publicado en línea: 26 de julio de 2017.
Este artículo de revisión representa un consenso generalizado sobre lo que entendemos actualmente sobre el apego infantil desorganizado y sus implicaciones en las prácticas clínicas y de bienestar infantil. Nuestra esperanza es que esta revisión resulte útil tanto para respaldar las mejores prácticas como para cubrir las brechas que ocasionalmente rodean el concepto de desorganización del apego, particularmente entre la teoría básica y la investigación, por un lado, y sus aplicaciones en la práctica clínica y del bienestar infantil, por el otro.
Resumen de 10 temas que se desarrollarán en esta revisión
(1) La categoría de apego infantil desorganizado puede ser asignada por entrenadores formados y certificados en la conducta infantil (de 12 a 20 meses de edad) durante la Situación Extraña, cuando se da un ajuste suficiente en uno o varios de los comportamientos enumerados por Main y Solomon (1986, 1990) dentro de los siete epígrafes temáticos descritos por las autoras. Las personas interesadas en formarse para codificar el apego desorganizado deben ir directamente a la página attachment-training.com.
(2) Los comportamientos de la lista de Main y Solomon pueden ocurrir por una variedad de razones. Son bastante comunes en clases bajas en la Situación Extraña entre los bebés de poblaciones que enfrentan la adversidad. Sólo cuando estos comportamientos son lo suficientemente intensos se puede asignar una clasificación de apego desorganizado.
(3) El apego infantil desorganizado es más común entre los niños maltratados, pero no necesariamente indica maltrato. En su forma actual, la clasificación de apego desorganizado no se puede utilizar para detectar maltrato. Esto se debe a que una proporción significativa de niños maltratados no muestran un apego desorganizado en la Situación Extraña, y muchos niños que muestran un apego desorganizado en la Situación Extraña no han sido maltratados. Por lo tanto, existen otras vías para el apego desorganizado además del maltrato.
(4) Estas otras vías hacia el apego desorganizado pueden deberse a traumas o pérdidas no resueltas en los padres. Tales experiencias pueden llevar a un padre a comportarse de manera sutilmente atemorizante o atemorizada, o a mostrar conductas disociativas hacia sus hijos. Otros factores que contribuyen para clasificar algunos de los comportamientos de un niño como apego desorganizado pueden incluir la susceptibilidad genética y temperamental del bebé. Además, las separaciones significativas o repetidas pueden causar comportamientos desorganizados. Por lo tanto, para los niños en situación de acogida que sufren tales separaciones, los comportamientos desorganizados pueden inducir a error con respecto al estado habitual del apego padre-hijo.
(5) La investigación a nivel de grupo ha establecido el apego infantil desorganizado como un predictor leve-moderado del desarrollo de problemas sociales y de conducta. Sin embargo, el apego infantil desorganizado no causa inevitablemente problemas posteriores. Cuando los bebés clasificados como desorganizados desarrollan tales problemas, esto puede ser el resultado de una continuación de las circunstancias de la vida difíciles más que únicamente un efecto del apego desorganizado temprano.
(6) El apego infantil desorganizado no es un diagnóstico clínico validado a nivel individual. Esto es diferente a los dos trastornos relacionados con el apego incluidos en los sistemas de diagnóstico DSM / ICD, desarrollados para la categorización clínica de niños pequeños criados en condiciones de negligencia severa. Estos trastornos se expresan en distintos contextos, es decir, están presentes en múltiples entornos y con diferentes adultos. En contraste con esos trastornos clínicos, el apego infantil desorganizado no es una propiedad fija del niño individual, sino que es una relación específica.
(7) Es crucial reconocer que algunas aplicaciones erróneas de ideas relacionadas con la desorganización el apego se ha acumulado en los últimos años (por ejemplo, en el contexto de decisiones conducentes a la remoción de menores). Tales aplicaciones incorrectas pueden resultar de suposiciones erróneas de que (1) las medidas de apego pueden usarse como evaluaciones definitivas del individuo en entornos forenses / de protección infantil y que el apego desorganizado (2) indica de manera confiable el maltrato infantil, (3) es un fuerte predictor de patología, y (4) representa un “rasgo” fijo o estático del niño (es decir, no es modificado por el desarrollo o cambios en el apoyo familiar disponible). Estos son mitos o exageraciones con respecto al apego desorganizado, sin apoyo de evidencia de investigación.
(8) Es probable que las aplicaciones incorrectas perjudiquen de forma selectiva a las familias ya desfavorecidas (por ejemplo, aquellos menores criados por padres en situaciones de adversidad socioeconómica o con discapacidades funcionales). Las aplicaciones incorrectas pueden violar los derechos humanos de los niños y los padres y representar una práctica discriminatoria contra las minorías que necesitan apoyo social y material. La separación del niño de su familia original nunca puede justificarse únicamente por la demostración del apego desorganizado del niño a un cuidador.
(9) Es importante reconocer que existe evidencia sólida de que tanto (1) las intervenciones basadas en el apego como (2) las experiencias reparadoras que ocurren de forma naturalista (relaciones estables, seguras y enriquecedoras) pueden romper los ciclos intergeneracionales de abuso y reducir la proporción de niños con trastornos desorganizados.
(10) La verdadera utilidad práctica de la teoría y la investigación del apego reside en apoyar la comprender a las familias y en proporcionar intervenciones basadas en la evidencia. De esta manera, la teoría del apego, las evaluaciones y la investigación pueden tener un papel importante que desempeñar en la formulación clínica, el cuidado solidario y el trabajo clínico. Ofrecemos ejemplos clave de intervenciones en la sección “Intervenciones clínicas basadas en el apego”.
Introducción
No es raro escuchar a clínicos, profesionales y a técnicos de protección social hablar sobre el apego desorganizado entre padres e hijos. El concepto de apego infantil desorganizado se propuso inicialmente para tener en cuenta el comportamiento en conflicto, desorientado o temeroso mostrado por los bebés hacia su cuidador en un entorno de laboratorio (Main y Solomon, 1986, 1990). Este trabajo ha llevado a una serie de investigaciones empíricas que han probado supuestos clave sobre las causas e implicaciones del apego desorganizado (Madigan et al.,2006; Van IJzendoorn, 1995) y fundamenta los programas de intervención basados en la evidencia (ver Facompré, Bernard y Waters, 2017; Steele y Steele, en prensa). También se ha apelado a la clasificación de apego desorganizado en el contexto de decisiones de guardia y custodia y evaluaciones de bienestar infantil.
A veces, pensar en el apego desorganizado ha apoyado una práctica excelente, al informar a los profesionales clínicos y responsables del bienestar infantil acerca de cómo reflexionar sobre las necesidades familiares y la provisión de servicios en diferentes contextos evaluativos. Sin embargo, lamentablemente, también ha sido evidente que el uso de la clasificación de apego desorganizado a veces ha supuesto un uso seriamente equivocado de la teoría del apego y la investigación relacionada (ver discusiones de Alexius & Hollander, 2014; Granqvist 2016). Simpatizamos de todo corazón con los profesionales, que a menudo se ven enfrentados a tareas desafiantes e importantes, pero sin los recursos necesarios para llevar a cabo esas tareas con el tiempo y el rigor suficientes, y sin la formación necesaria en apego. Reconocemos que esta deficiencia estructural, que coloca a los profesionales en la necesidad de un atajo, probablemente sea el núcleo de los problemas que se discutirán (Boris & Renk,2017).
Esta declaración de consenso tiene tres objetivos. La desinformación sobre la clasificación está realmente muy extendida. Por tanto, nuestro primer objetivo es caracterizar y explicar el concepto de apego infantil desorganizado. En segundo lugar, queremos prevenir el uso indebido del concepto apego en el futuro, identificando los conceptos y las aplicaciones erróneos de la idea de apego desorganizado, especialmente en el contexto de la evaluación. En tercer lugar, ofrecemos recomendaciones sobre la relevancia de la teoría del apego y el valor de las intervenciones basadas en la evidencia de la teoría del apego para los profesionales, que favorecerán la reflexión sobre la mejor manera de ayudar a las familias; aquí es donde reside la verdadera utilidad práctica de la teoría del apego. Comenzamos describiendo formas seguras y organizadas-inseguras de apego infantil con el fin de situar el apego desorganizado y su relevancia para los profesionales [...]
REFERENCIAS
Bilbao, I. y Linares, L. (2017). El vínculo afectivo en la situación terapéutica. (p. 135-155). En Cortina, M. y Marrone, M. (Comps.) Apego y psicoterapia. Un paradigma revolucionario. Madrid: Psimática Editorial.
Cortina, M. y Marrone, M. (2017). Algunas controversias en las teorizaciones sobre el apego. En Cortina, M. y Marrone, M. (comps.). Apego y psicoterapia. Un paradigma revolucionario. Madrid: Psimática.