La caja de arena en el trabajo terapéutico con adolescentes (7 horas)
Madrid, UmayQuipa, 3 de septiembre de 2017 Horario: 10,00h - 18,30h
La técnica de la caja de arena en la terapia con adolescentes puede constituirse en un instrumento útil y beneficioso para facilitar la expresión y la elaboración psicológica de los problemas emocionales por los que aquéllos acuden a consulta. Les provee de una herramienta que posibilita la distancia necesaria para poder proyectarse en el mundo en la arena y hablar desde el mismo. Sin embargo, para algunos adolescentes, la técnica puede convertirse en una "amenaza" si hacemos un uso inadecuado de ella. En este taller conoceremos qué debemos primar en la terapia usando el cajón de arena: la validación del mundo en la arena, la conexión del adolescente con dicho mundo y con el terapeuta y la importancia de la comunicación afectiva por encima del desentrañamiento de los significados. Conocer cómo trabajar con la caja de arena con un adolescente supone, entre otras cosas, conectar con el adolescente que llevamos dentro e imaginarnos qué caja habríamos hecho y cómo nos hubiera gustado que nos trataran y acompañaran en la co-exploración de la misma. En este taller eminentemente práctico, nos acercaremos a todo ello.
ASPECTOS A TRATAR
La adolescencia: una segunda oportunidad de reorganización mental y cerebral.
Particularidades de la técnica de la caja de arena en la adolescencia.
La caja de arena de mi adolescencia.
Adolescencia y temáticas que pueden abordarse mediante la técnica de la caja de arena.
Cuándo utilizar y cuándo no utilizar la técnica de la caja de arena en el trabajo con adolescentes.
METODOLOGÍA DEL TALLER
La metodología del curso es vivencial y el/la alumno/a trabaja los contenidos temáticos elaborando cajas de arena.
No es necesario haber asistido a los anteriores talleres de la caja de arena.
Se darán certificados de asistencia.
Información e inscripciones para reserva de plaza:
Metodologías de trabajo con la caja de arena para la integración de los problemas emocionales y/o contenidos traumáticos (7 horas)
En Madrid, UmayQuipa, 2 de septiembre de 2017 Horario: 10,00h - 18,30h
Cuando se padecen trastornos emocionales o traumas, hablar resulta potencialmente peligroso porque sitúa a los pacientes fuera de la ventana de tolerancia a las emociones y éstos se des-regulan (se hiperactivan o se hipoactivan) Transformar los contenidos psíquicos internos traumáticos en formas físicas concretas que representan símbolos (que se pueden tocar y manipular) y hablar desde lo que se ha representado con ellos en el mundo en la arena, favorece la expresión y elaboración psicológica sin tanto dolor y de una manera segura. En este taller aprenderemos qué particularidades tienen los pacientes víctimas de traumas y qué precauciones debemos de tener. Además, veremos las diferentes metodologías de trabajo con la técnica de la caja de arena: desde la libre o no directiva (que tiene poder para capturar los traumas del paciente) como la directiva, en la cual el paciente representa contenidos traumáticos genéricos o con miniaturas que le representan. El acercamiento al contenido traumático se hace desde la distancia máxima (no directiva) hasta la menor distancia (directiva) La caja de arena potencia el pensamiento en imágenes propio del hemisferio derecho del cerebro; posteriormente, en la co-exploración, participa el izquierdo dando sentido a lo representado. Conoceremos qué preguntas concretas se pueden hacer para reflejar y ayudar al paciente a regularse emocionalmente, a empoderarse y a elaborar lo traumático. Desde el respeto absoluto al ritmo y posibilidades (recursos) del paciente.
ASPECTOS A TRATAR
Concepto de trauma: ampliación de la visión clásica.
Cómo la caja de arena ayuda a la integración de contenidos traumáticos.
Metodologías de aproximación a la técnica de la caja de arena, según distancia del contenido traumático o problema emocional.
Caja arena libre
Caja arena enfocada: intermedia
directa
Limitaciones y precauciones en el uso de las metodologías.
METODOLOGÍA DEL TALLER
La metodología del curso es vivencial y el/la alumno/a trabaja los contenidos temáticos elaborando cajas de arena.
No es necesario haber asistido a los anteriores talleres de la caja de arena.
Se darán certificados de asistencia.
Información e inscripciones para reserva de plaza:
Un curso más. Ha
terminado un curso más (en el Hemisferio Norte el verano acaba de comenzar) ¡Y
ya van diez! ¡Cómo pasa el tiempo! Diez años de blog con todos/as vosotros/as,
diez años en los que hemos desgranado diferentes temas relacionados con el
trauma, el apego y la resiliencia. Nunca pensé, cuando abrí Buenos tratos, que
se mantendría tantos años. Sin embargo, durante este tiempo me he dado cuenta,
cada vez con más claridad, que es importante y útil para muchas personas, sobre todo para las familias adoptivas y acogedoras y los profesionales del ámbito (así me lo habéis hecho saber) Hemos creado
una bonita comunidad por todo el mundo, una red de personas unidas por un
propósito común: las relaciones bientratantes. Precisamente, saber que estáis
ahí y que valoráis lo que escribimos y compartimos, es lo que me impulsa a
renovar los contenidos con regularidad y constancia.
Este es el último
post de la temporada, y mediante el mismo quiero recordaros algunas de las
novedades que nos esperan cuando regresemos en septiembre, y por supuesto
despedirme regalándoos un hermoso vídeo de Alex Rovira, esperando que su
mensaje se extienda lo más posible entre nosotros y los seres que nos rodean.
El próximo curso
2017-18 seguiremos escribiendo tanto servidor de ustedes como otros
profesionales invitados/as, sobre los temas vinculados con el ámbito que nos
ocupa (apego, trauma, resiliencia y desarrollo), ofreciéndoos al menos, dos
entradas mensuales. Las colaboraciones con el blog han sido muy apreciadas por
vosotros/as, y ya estoy en contacto con diferentes colegas para que participen
el próximo curso. Agradezco desde estas líneas a todos/as los/as profesionales
que han participado este curso. Es un motivo de alegría y satisfacción
comprobar que de todos/as los/as colegas que les propongo escribir, ninguno/a
rechaza la petición. ¡Al contrario, la acogen con sumo gusto, placer y
dedicación, como así se ha plasmado en la calidad de sus artículos!
Septiembre de 2017
es el mes en el que se cumple el décimo aniversario del blog. Ya sabéis que
vamos a celebrarlo de una manera muy especial: con unas jornadas presenciales
en San Sebastián (Gipuzkoa, España), cuyo plazo de inscripción se abrió el
pasado mes de abril de este año. Por si acaso lees estas líneas y no estás al
tanto de este evento, vuelvo a subir al blog el vídeo promocional que
preparamos y la página web desde la que podéis inscribiros. Nos reuniremos en
San Sebastián todos/as los/as interesados/as en los temas de apego, trauma y
desarrollo. Las jornadas se denominan precisamente III Conversaciones sobre
apego y resiliencia infantil. Será un evento entrañable, porque podemos
conocernos en persona muchos/as de nosotros/as y relacionarnos unos días,
disfrutando de temas muy interesantes. Como estamos de cumpleaños, hemos
organizado además, una fiesta que servirá para un doble motivo: celebrar la
onomástica del blog y ofreceros un espacio de relación de manera lúdica
y distendida. He de deciros que la iniciativa ha sido todo un éxito, y a falta
de tres meses para que las jornadas tengan lugar, ¡ya no hay entradas para la
fiesta!, pero sí para las jornadas. ¡Es una maravilla, gracias por la
aceptación y por compartir el cumpleaños de Buenos tratos!
Las III Conversaciones se celebrarán en el Museo ¡Eureka! de la Ciencia en San Sebastián Para inscribirse: www.joseluisgonzalo.com/eventos
En las III Conversaciones vamos a contar con la participación de ponentes de relevancia internacional como lo son Peter Niels Rygaard, Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan y Rafael Benito. En esta edición los conferenciantes abordarán temas de actualidad y que nos preocupan: el trastorno de apego reactivo; el maltrato institucional y cómo prevenirlo; los aportes de la mentalización al apego y su aplicación a la parentalidad y marentalidad; y la neurobiología del juego y de la técnica de la caja de arena, un abordaje terapéutico que utilizamos para el tratamiento de los menores que padecen trauma y problemas y trastornos de apego.
Además, tendrán
lugar dos mesas de experiencias. Unas jornadas en las que no participaran
representantes de los actores principales no tendrían sentido. Por ello, en una
mesa de experiencias intervendrán familias adoptivas y acogedoras y nos
contarán cómo es posible trabajar para ir favoreciendo un proceso de
reconstrucción resiliente en menores dañados por los malos tratos; y en la
segunda mesa, profesionales del Centro EXIL de Barcelona junto con
profesionales de Gipuzkoa y un joven que fue usuario del sistema de protección
de menores nos compartirán su vivencia sobre la emancipación a los 18 años: el
milagro de resiliar.
Los/as que no os
habéis apuntado aún a las jornadas y estéis interesados/as en participar, os
aconsejo que lo hagáis pronto porque ya hemos cubierto más de la mitad del
aforo y porque si venís de fuera de San Sebastián y necesitáis alojamiento, os
podéis quedar con escasas opciones de hoteles, hostales… La ciudad es muy
visitada los fines de semana, y en octubre que aún hace buen tiempo, más
todavía.
En el marco de las
III Conversaciones presentaremos un nuevo libro, escrito en colaboración con mi
amigo y colega Rafael Benito Moraga, psiquiatra. Con un capítulo-prólogo de
Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, en el cual desarrollan cómo surgió y en qué
consiste la Traumaterapia sistémica infanto-juvenil, marco teórico idóneo en el
cual integrar la técnica de la caja de arena. Ambos nos acompañarán -a Rafael
Benito y a servidor- en la presentación del libro titulado: “La armonía
relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia”. Lo tendréis a
la venta en librerías a finales de septiembre. Cuando regrese el blog, os
hablaré ampliamente del mismo. Es otro acontecimiento que se suma a la celebración
del cumpleaños de Buenos tratos.
Bueno, pues todo
esto nos espera, me siento feliz e ilusionado de poder compartirlo con
vosotros/as, serán unas jornadas inolvidables en las que espero que además de
aprender mucho podamos pasarlo bien, que la vida es también disfrute,
desenfado, risa, juego…
Hasta el 11 de
septiembre que abriremos nuevamente las puertas del blog, quiero despedirme
afectuosamente de todos y todas, de cada uno/a de vosotros y vosotras, uno por
uno, una por una. Muchas gracias por estar ahí, por compartir, por uniros a la
filosofía de los buenos tratos (a este mundo le faltan muchas dosis de buenos
tratos) y por valorar lo que aquí os aportamos mis colegas y yo. Durante estos dos meses de verano, nos tomamos un descanso para volver con energías renovadas y la mente en estado de flujo. Tan sólo publicaremos, durante estos dos meses, entradas que tengan que ver con la celebración de cursos o jornadas interesantes para nosotros.
Quiero regalaros este vídeo –es la última picada del curso- que me ha compartido mi amiga y colega Loretta Cornejo, psicóloga y psicoterapeuta infantil y adultos, que trabaja en el Centro de Psicoterapia UmayQuipa de Madrid (Loretta no necesita presentación, es muy conocida por su buen hacer profesional y porque es de la manada de hombres y mujeres buenos y buenas, como dice Jorge Barudy)
Esta comunicación de Alex Rovira titulada: “¿Cooperar o competir?” me ha llegado al corazón. Ojalá este precioso mensaje llegue al mayor número posible de personas y que se haga realidad. Que podamos seguir su ejemplo y transformar todos los espacios de convivencia gracias al poder de las caricias. Ojalá podamos reconocer al otro, estar plenamente atentos a su sentir. Ojalá la confianza genuina sea moneda corriente. Ojalá podamos crear lazos afectivos profundos. Ojalá cooperemos en vez de competir a ultranza. Ojalá interioricemos que las personas y los/as niños/as necesitan mensajes de creer en ellos/as y que las críticas no sólo no sirven para nada sino que lesionan la autoestima. Ojalá este mensaje se extienda por todo el mundo. Ojalá lo veas con plena atención a cada palabra y frase.
DIPLOMADO DE POSTGRADO EN TRAUMATERAPIA SISTÉMICA INFANTO-JUVENIL (TSI)
10a Promoción Apega 10 Barcelona 2017-19
4a Promoción Apega 4 Donostia 2017-19
1a Promoción Apega 1 Málaga 2017-19
4a Promoción Apega 4 Chile 2017- 2019
Os queremos anunciar que este año vamos a empezar a realizar el postgrado en la comunidad de Andalucía, concretamente en la ciudad de Málaga.
El programa se compone de dos cursos académicos (2017-2019) y se celebrará en Barcelona, San Sebastián-Donostia y Málaga, y en Chile, Viña del Mar (para este último programa consultar fechas con la ONG Paicabí).
El plazo de inscripción comienza hoy mismo y terminará en septiembre de 2017.
Si
estáis interesados e interesadas, para realizar la inscripción tenéis que
mandarnos la ficha de inscripción, un currículo y una carta al niño interior
(carta en la que contactas con un momento de tu infancia donde se reflejan los
sentimientos y experiencias difíciles que te tocó afrontar, permitiéndote
comprender la situación e identificar los recursos personales y externos para
atravesarla). Todo ello lo tenéis que mandar al correo electrónico hola@traumaterapiayresiliencia.com
El diplomado de postgrado en traumaterapia sistémica infanto-juvenil es una formación dirigida a psicólogos, psiquiatras, médicos, pedagogos, psicopedagogos, trabajadores sociales y modalidades afines para poder trabajar psicoterapia, en contextos laborales donde puedan realizarse evaluaciones e intervenciones de carácter terapéutico y/o psicoeducativo, con menores de edad que han sufrido abandono, malos tratos, negligencia y diferentes tipos de violencia. Éstos suelen presentar, con alta probabilidad, trastornos de apego y traumas crónicos, tempranos y complejos. Esta formación se apoya en los cuatro dominios de la intervención con niños, niñas y adolescentes dañados (apego, trauma, desarrollo y resiliencia.)
En este diplomado se aprende a aplicar el modelo comprehensivo de intervención terapéutica para la traumaterapia infanto-juvenil sistémica diseñado por Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan. Esta formación empezó en Barcelona el año 2004.
Las plazas son limitadas y se contactará con los y las seleccionadas para informarles de su admisión y poder así formalizar la matrícula antes del mes de agosto 2017.
La formación contempla tanto el aprendizaje de los conceptos y conocimientos provenientes de la neurociencia, la psiquiatría, la psicología y la psicoterapia, articulados y diseñados en un modelo propio, adaptado al sufrimiento infantil, tanto de evaluación como de intervención, que por encima de todo es respetuoso con el niño, niña o adolescente, como de las técnicas y metodologías de intervención terapéutica necesarias para trabajar en cada uno de los tres bloques de tratamiento que se contemplan y que siguen una lógica de aplicación neurosecuencial.
Finalmente, la formación da espacio al autoconocimiento y trabajo de la persona del terapeuta, pues el niño/a o el adolescente desarrolla su proceso de sanación emocional en la interacción y relación con aquél.
El programa formativo consta de dos ciclos.
El primer ciclo tiene dos niveles (I y II) En el primer nivel se accede a los conocimientos teórico-prácticos para el desarrollo del modelo de evaluación comprensiva del sufrimiento infanto-juvenil de Barudy y Dantagnan, necesaria para poder intervenir con los niños y adolescente afectados por los malos tratos. El segundo nivel consiste en compartir la metodología de actuación en traumaterapia, considerando bloques de trabajo, objeticos, indicadores, técnicas y herramientas terapéuticas para el tratamiento de los niños, así como el trabajo específico con sus referentes. Todo esto para ser aplicado en contextos profesionales diversos, como centros de acogida, trabajo con familias acogedoras y adoptivas, etc. Para descargarte el programa del 1º Ciclo en PDF haz click aquí.
El segundo ciclo, novedad de esta promoción, consiste de un acompañamiento profesional y personal a los psicoterapeutas que trabajen la psicotraumaterapia en sala de valientes, con seminarios teórico-prácticos y sesiones de supervisión individual y grupal. Este segundo ciclo es de carácter optativo y sólo podrán acceder los alumnos y alumnas que hayan realizado el primer ciclo. Para descargarte el programa del 2º Ciclo en PDF haz click aquí.
Participan como docentes el Dr. Jorge Barudy, psiquiatra y psicoterapeuta de familia y co-director del IFIV de Barcelona; Maryorie Dantagnan, psicóloga, psicoterapeuta y co- directora del IFIV de Barcelona; María Álvarez, psicóloga y psicoterapeuta del IFIV de Barcelona; Rafael Benito, psiquiatra y psicoterapeuta; Tatiana Caseda, psicóloga y psicoterapeuta; José Luis Gonzalo, psicólogo y psicoterapeuta y coordinador del programa en Donostia; Carolina Saavedra, psicóloga y psicoterapeuta y coordinadora del programa de formación en Viña del Mar (Chile). Participan como asistentes de formación de este diplomado Charo Blanco, psicóloga y psicoterapeuta, coordinadora del programa de formación en Málaga y Verónica Reyes, psicóloga y psicoterapeuta del IFIV de Barcelona.
Estoy empezando a leerlo (los seis primeros capítulos proporcionan la base
científica y evolutiva y los cinco siguientes están escritos por clínicos
basándose en su conocimiento profesional fruto de su labor con individuos,
parejas y familias) en cuanto tengo oportunidad (se me acumula la lectura) Lo bueno es que cabe la opción de elegir los capítulos
que uno desee en función de sus centros de interés, sin necesidad de seguir un
orden de principio a fin. Porque cada capítulo aunque relacionado
con los demás, es independiente del resto. En realidad no hay ningún capítulo que
tenga desperdicio. Al contrario, todo es de gran calidad y máximo nivel.
Tal y como nos dice en la contraportada el
autor Norman Doidge: “imagine que algunos de los más brillantes
neurocientíficos que han contribuido a nuestra comprensión de las emociones y
el desarrollo del cerebro se hubieran asociado con alguno de los
psicoterapeutas más versados y creativos, y que realmente hubieran aprendido a
entender unos el trabajo de los otros…” Por mi parte, añado que es todo un lujo poder
juntar a eminentes personalidades del campo de la neurociencia y la clínica
internacional en un solo libro.
De este modo, podemos leer excelentes e
interesantísimos capítulos a cargo de autores de categoría superior como Porges, Siegel y
Pat Ogden; pero también de muchos otros -igualmente supremos investigadores y
clínicos- cuyas obras no están traducidas al castellano: Panksepp, Trevarthen,
Tronick, Schore, Solomon… Sobre estos últimos autores, o lees en inglés o estás
perdido, porque en castellano -que yo sepa- no hay nada editado. Al menos, he hecho
búsquedas en internet y sólo me encuentro con sus libros en inglés. Así pues,
mi felicitación a Editorial Eleftheria por ofrecernos en esta obra la
posibilidad de poder acceder al pensamiento de estos extraordinarios autores.
Son once excelentes capítulos, más una introducción de
Siegel, Solomon y Fosha. En la misma nos ofrecen un resumen de lo que se aborda
en cada capítulo.
Voy a resumir, tomando del libro, muy brevemente, qué aborda cada uno de ellos:
Capítulo 1: Sistemas emocionales cerebrales y
cualidades de la vida mental: de los modelos de afectos animales a las
implicaciones para la psicoterapia. Jaak Panksepp.En este capítulo el autor
describe los siete detonantes emocionales, los sistemas motivacionales que
están en el centro de lo que nos anima: búsqueda, miedo, ira, deseo, cariño,
pánico (estrés por separación) y juego.
Capítulo 2: Influencias recíprocas entre el
cuerpo y el cerebro en la perfección y expresión del afecto: una perspectiva
polivagal. Stephen W. Porges. Porges deja claro que el modo en el que
interactuamos con los demás, incluso la respuesta emocional (por ejemplo,
agresividad o juego) evocada en nosotros no puede considerarse
independientemente de la neurocepción diferencial, es decir de la percepción de
la situación por parte del sistema nervioso.
Capítulo 3. Funciones de la emoción en la
infancia: regulación y comunicación del ritmo, la afinidad y el significado en
el desarrollo humano. Colwyn Trevarten. Este autor describe cómo operan las
emociones en todas las esferas de la actividad humana y cumplen varias
funciones. Las emociones están en el centro de la sanación no solo de nosotros
mismos como individuos, sino también de nuestras relaciones y nuestra cultura.
Capítulo 4. Creación de significado en varios
niveles y expansión diádica de la teoría de la conciencia: flujo de significado
polisémico emocional y polimórfico. Ed Tronick. Este autor considera
fundamental la creación de significado, y a nosotros nos considera criaturas que
buscamos ese significado desde nuestro nacimiento y a lo largo de nuestra vida.
Considera de vital importancia la comunicación entre las díadas o del grupo. Si
recordáis el vídeo del experimento still face sabréis la importancia que otorga
este investigador a la díada madre-bebé.
Capítulo 5. Regulación del afecto en el
hemisferio derecho: un mecanismo esencial de desarrollo, trauma, disociación y
psicoterapia. Allan Schore. Se centra en el papel crucial del hemisferio
derecho, especialmente de la corteza orbitofrontal derecha, en la regulación de
la emoción generada subcorticalmente y en la activación de su Sistema Nervioso
Autónomo.
Capítulo 6. La emoción como integración: una
posible respuesta a la pregunta “¿qué es la emoción”? Dan Siegel.La integración está en el
centro de cómo este autor interpreta la emoción. Considera el potente papel de
la corteza prefrontal en la integración transformadora que valora que es la
emoción. Las relaciones humanas forman y nutren los circuitos autorreguladores
de la emoción.
Capítulo 7. Emoción y reconocimiento en
funcionamiento: energía, vitalidad, placer, verdad, deseo y fenomenología
emergente de la experiencia transformacional. Diana Fosha. Describe las fases
del proceso transformacional: desde la desregulación (su hacia abajo) hasta el
procesamiento primero de las emociones y luego de la experiencia
transformacional, hasta la tranquilidad del estado interior (su hacia arriba)
Capítulo 8. Emoción, conciencia plena y
movimiento: expandir los límites reguladores de la ventana de tolerancia a los
afectos. Pat Ogden. Nos muestra que el cuerpo es un potente recurso para la
regulación de la emoción. Es básico trabajar en la regulación de la activación
del Sistema Nervioso Autónomo enseñando al paciente a mantenerse dentro de una
ventana de tolerancia a las emociones.
Capítulo 9. La emoción en la pareja: intimidad
encontrada, intimidad perdida, intimidad recuperada. Marion Solomon. Este autor
reflexiona sobre la neurobiología del apego en las parejas y nos muestra la
psicofisiología relacional en acción forjando un vínculo fisiológico, ya sea
entre los miembros de la pareja o entre el terapeuta y la pareja.
Capítulo 10. La emoción excesiva: comprender y
transformar las relaciones amorosas en una terapia de enfoque emocional. Susan
Johnson. Esta autora describe el enorme poder transformacional de las
emociones, que se puede aprovechar para reparar los daños en el apego.
Capítulo 11. Comunicación de las emociones y
desarrollo de la autonomía y la intimidad dentro de la terapia familiar. Dan
Hughes. La terapia familiar basada en el apego completa la trayectoria. La empatía,
la alegría, la aceptación y la curiosidad ayudan a reparar disrupciones y a
sanar los traumas de los niños y de sus padres, y también entre ellos.
Título del artículo: "La adopción de niños con historias de malos tratos: el encuentro de dos experiencias diferentes sobre el amor"
Algo que hace unos años nos hubiera parecido impensable, puede materializarse hoy. Que una eminente psicóloga clínica que vive y ejerce su labor profesional en Buenos Aires (Argentina, país desde el cual el blog obtiene una media de 1.700 visitas mensuales) pueda escribir un artículo para todos/as nosotros/as los/as que nos citamos en Buenos tratos, sin haber interactuado presencialmente, no deja de ser fascinante. Este es el gran valor de la red de redes: lograr que una experta internacional en trauma complejo y disociación infantil pueda entrar en nuestros hogares y aprender de ella. Y así sucede con todo el que quiera compartir conocimientos.
Conocí a Sandra Baita en Madrid, en la 13ª Conferencia EMDR porque asití a una de sus ponencias sobre cómo trabaja en psicoterapia con menores que padecen disociación infantil, que no es sino un trastorno que nos sugiere la gravedad del sufrimiento subyacente en los niños/as que lo padecen, a menudo maltratados, abandonados y/o abusados desde temprana edad y durante muchos años, edades como sabemos clave en el desarrollo del ser humano. Me cautivó por su competencia y experticia en el campo, y sobre todo por su disponibilidad y cercanía para con todos/as los/as colegas. En aquel momento no tuve oportunidad de acercarme a saludarle. Ese momento va a llegar pronto.
Posteriormente, he escrito sobre ella en Buenos tratos haciendo referencia a sus artículos y libro “Rompecabezas. Una guía introductoria a la disociación infantil”, una obra suprema, la única en lengua hispana, que ha sido de inestimable ayuda para todos/as los/as profesionales, para que podamos comprender y aprender de un fenómeno complejo –y aún desconocido- como lo es la disociación infantil. Si eres profesional de la psicología o ciencias afines y trabajas con menores víctimas de malos tratos, no debes de dejar de adquirirlo y leerlo.
No podía demorame más en proponerle escribir en Buenos tratos como firma invitada de este mes, para cerrar el curso académico aquí, en Europa, por la puerta grande. Sandra ha accedido amable y generosamente (como todos/as los/as profesionales invitados/as a Doce meses, doce firmas II durante este 20167/17)
Termino esta introducción a Sandra tal y como la empecé: gracias a internet dos personas que no han intercambiado físicamente aún ni una palabra, separados ambos por miles de kilómetros de extensión acuosa -ese enorme mar que es el Océano Atlantico- consiguen gracias a la red de redes intercambiar conversaciones y conseguir acordar esta colaboración sin necesidad de verse. Solamente ha sido necesario un equipo informático conectado a la mencionada red. Pero medios aparte, no olvidemos que sólo es posible porque Sandra tiene una disposición favorable a ello y comparte desinteresadamente. Ella no sólo es una gran experta en el tema que nos ocupa sino que muestra un gran compromiso con la infancia, el cual se puede observar en sus lecturas y artículos. Muchísimas gracias Sandra Baita, por colaborar con Buenos tratos y regalarnos desprendidamente tu tiempo, esfuerzo, conocimientos y experiencia clínica. El magnífico artículo que ha preparado os va a ayudar a comprender a los profesionales y a las familias cómo las heridas del trauma interpersonal afectan al niño/a. ¡De imprescindible lectura!
Aprovecho la ocasión para dar de nuevo las gracias a todos/as los/as profesionales que han colaborado este curso 2016/17 con Buenos tratos.
Como decimos por aquí en euskera (lengua vasca): Eskerrik asko, bihotz-bihotzetik (Gracias, desde el corazón)
El curso próximo contaremos con más profesionales invitados/as en Diez meses, diez firmas III
Sandra Baita. Psicóloga clínica, terapeuta y supervisora certificada EMDR, trabaja en el campo de la atención a niños víctimas de malos tratos en la familia desde hace más de 20 años, tanto en programas públicos de organismos gubernamentales en el pasado, como en la práctica privada actualmente, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Le gusta transmitir lo que ha aprendido a todas aquellas personas cuyas profesiones las ponen en contacto con estos niños, por lo que además de dictar cursos y conferencias, le gusta que esa transmisión sea un poco más perdurable; por eso ha escrito colaboraciones, artículos científicos, capítulos y un libro, que está esperando ansioso tener más hermanitos…
Anna Llenas escribió un cuento para niños con una temática que, tal vez, no muchos se hubieran atrevido a abordar.
En su cuento “Vacío” https://www.youtube.com/watch?v=bBVF3iZsyL4&t=17s Anna cuenta la historia de Julia, una niña con una vida feliz y tranquila, una vida que un día, de golpe, desapareció, dejando a Julia con un enorme vacío.
Los niños en acogimiento familiar o adoptados que han crecido en ambientes violentos, abusivos y negligentes, suelen sentir que Anna, con la historia de Julia, está contando un pedazo de la de ellos.
Pero ninguno puede describir de manera cabal qué es ese vacío, cómo se siente, qué escapó de allí o qué hace falta para llenarlo.
En nuestra lógica binaria de adultos, podemos pensar que estos niños son distintos de Julia al menos en un punto: el de la vida feliz y tranquila. Después de todo, si están en acogimiento, ¿no es porque debieron ser rescatados de una vida dura y dolorosa? Sin embargo, no sabemos, o no nos detenemos a pensar (o preferimos no hacerlo), que esos niños, mientras vivían esas vidas, desconocían que existía para ellos la posibilidad de una vida sin malos tratos. Los seres humanos estamos preparados para apegarnos a quienes nos cuidan, y aunque estas figuras sean negligentes o violentas, la tendencia a buscarlas y acercarse a ellas, sigue estando presente, no se desactiva.
En la vida de estos niños, la felicidad a la que hace referencia Anna en la historia de Julia, pueden ser gestos simples, pequeños y espaciados: “Cuando mi papá no bebía era bueno con nosotros”, “Mi mamá me llevaba al parque cuando no estaba dormida en su cama, pero si estaba dormida en su cama, yo sabía que no debía molestarla y no lo hacía, para que ella pudiera dormir bien y llevarme al parque”.
Se aferran a ellos porque no saben que pueden -que tienen el derecho- de aspirar a más. Entonces, he aquí el primer desafío para nuestra lógica binaria: aunque no podamos entenderlo, sí, es posible que estos niños extrañen algo -o mucho- de su vida pasada. Tal como una vez lo expresó una mujer adulta en mi consulta: “Creo que es preferible que te quieran mal a sentir que no te quieren nada…”.
En el libro de Anna Llenas, el Vacío de Julia es un agujero en el centro de su cuerpo; un agujero por donde se cuela el frío – muchos padres se quejan de que les dan todo su amor a estos niños, pero que parece que a ellos no les llegara o no les alcanzara-; un agujero por donde salen monstruos -muchos padres cuentan que un simple “no” como límite a algo, puede desencadenar en estos niños y adolescentes unos ataques de ira en los que parecen ser otros, transformados, diciendo cosas hirientes, lacerantes, tal vez a la medida de la propia herida abierta que ellos tienen.
El Vacío de Julia se lleva todo, -no hay nada que conforme a estos niños, dicen sus padres- y Julia ha intentado de todo para hacerlo desaparecer -los padres se quejan de que estos niños comen desaforadamente, que esconden comida debajo de sus camas o en los cajones de su habitación- y aun así, el agujero sigue creciendo sin parar.
Portada del cuento de Anna Llenas.
En la búsqueda de tapones para tapar ese agujero de Vacío, Julia busca, desesperada, y se encuentra de todo, algo de lo bueno, mucho de lo malo. Y aun encontrando algo bueno, pareciera ser que lo inconveniente o lo peligroso se imponen en la búsqueda de tapones.
Los padres se quejan alarmados de la poca capacidad de estos niños de discernir el peligro –“Se va con cualquiera”-, de la facilidad con la que se meten en problemas una y otra vez –“Va y se junta con los que peor se portan”-, del escaso o nulo aprendizaje de la experiencia –“Jura y perjura que no lo va a volver a hacer y luego va y hace lo mismo. Y encima te dice que no sabe por qué lo hizo”.
Al igual que un náufrago, cuyo rescate consiste en ponerlo en tierra firme primero, y atender sus necesidades básicas inmediatamente después, estos niños también necesitan tocar una tierra firme. Damos por sentado que una vez que se eligió a la familia, ya están en tierra firme. Las familias se encargan entonces de las necesidades más evidentes: darles una casa fija y bien puesta, ser unos padres atentos, darles una educación y cuidados médicos, actividades de ocio -deportes, arte o lo que sea que le permita al niño socializar más con otros niños de su edad. Guía tales acciones el principio honorable de darles todo lo que no tuvieron. Y así comienza una nueva historia. Solo que muchas veces esa historia viene con unas sorpresas imprevistas que descolocan a las familias.
Los padres cuentan que los niños amables y educados que les presentaron, tal vez un poco recelosos o tímidos, tal vez inesperadamente afectuosos y cálidos, empiezan a “ser diferentes” cuando las puertas de la nueva casa se cierran. Los padres entienden que el niño o la niña deben adaptarse. Se arman de paciencia, esperan. Algunos se impacienten rápidamente y la historia de estos niños vuelve a empezar otra vez en la búsqueda de una nueva familia que los quiera y los acepte. Otros padres buscan ayuda cuando sienten que la impaciencia ya les está ganando la jugada.
¿Qué motiva la impaciencia de los padres?
Un conjunto de conductas que van desde lo preocupante a lo inaceptable en la consideración parental: les va mal en la escuela, no estudian, no quieren hacer nada, hacen unos berrinches de morir, inventan historias fantásticas o terriblemente dramáticas, no se higienizan cuando van al baño, esconden la ropa sucia, roban -dinero, comida, objetos, dentro de la casa y/o fuera de ella-, mienten, comen desaforadamente, rompen cosas -accidentalmente o en medio de sus rabietas-, se cortan o se autoagreden de diversas formas, amenazan con irse o los desafían directamente a que los devuelvan, y finalmente les echan en cara que no son sus padres.
La lista puede ser incluso más larga.
Ahora bien, veamos: ¿qué motiva la conducta de estos niños?
Escribiendo recientemente un capítulo sobre el trabajo con padres adoptantes, me venía a la mente que la adopción de niños que han vivido situaciones de violencia interpersonal en el seno de sus familias de origen, es el encuentro entre dos interpretaciones muy diferentes acerca del “amor”. Cada una de ellas –tanto la de los padres como la de los niños- está cargada con las experiencias que cada parte de esta díada ha tenido acerca de haber sido amado, visto, cuidado, considerado, y esas experiencias tendrán una influencia directa en la forma en la que cada uno se acercará al otro, y en las expectativas con las cuales cargarán tales encuentros. Veamos cómo es esto desde la óptica del niño.
Los niños que han vivido en familias abusivas y negligentes internalizan rápidamente la creencia de que ellos son los responsables directos del maltrato o el descuido que sufren. De esta forma, logran “proteger” a la figura de cuidado, una protección que se les hace necesaria para poder seguir viviendo esa realidad. Suelo decir que cuando somos pequeños, tendemos a interpretar el mundo con la lente de nuestro ombligo: todo tiene que ver con nosotros, y nosotros estamos en el centro de todo, tanto de la atención más afectuosa y presente, como del ojo del huracán. Esta mirada es en parte inherente a nuestro desarrollo. Nuestro contacto con otros, en especial con nuestros cuidadores primarios, va moldeando esa percepción. Para bien y para mal. Por lo tanto, si yo crezco en un ambiente en el que mis acciones, mis palabras y mis silencios, o las acciones, las palabras y los silencios de los otros, provocan que me peguen, que abusen de mí, que me descuiden, será más factible que empiece a preguntarme ¿qué hice yo para que me hagan esto? Si esa pregunta es contestada con argumentos con los que los adultos justifican su accionar (“porque eres caprichoso”, “porque contestas”, “porque no hiciste lo que te dije”, “porque eres bonita”, “porque te gusta”), no habrá mucho margen para creer que yo no tengo nada que ver en el asunto, que no soy responsable ni merezco ese trato.
En esta forma de vivir y relacionarse, asumir que “mi papá me pega porque yo soy malo” se enlazará rápidamente con la creencia de “[si soy malo, entonces] no hay nada bueno en mí, no soy querible ni agradable”.
Por lo cual si alguien aparece en el horizonte y me dice que me quiere y que le importo ¿cómo creerle? ¿Por qué creerle? Tal vez haya algún mensaje oculto, mejor será caminar con cuidado y cuatro ojos… porque apenas vea quién soy de verdad ya no me va a querer… cuando encuentre mi ropa sucia y escondida o cuando vea que robé, seguramente todo este encanto por mí se desvanecerá. Y dicho y hecho, como una profecía, la primera conducta inesperada recibe por parte de los padres una reprimenda, un reproche ¿por qué lo has hecho? La respuesta del niño -cuando la hay- raramente satisface a los adultos, que empiezan a ver en las conductas infantiles un patrón de desafío e intencionalidad, lo cual, no hace más que reforzar la creencia infantil de que “no hay nada bueno en mí, [por lo tanto] no soy querible ni agradable”.
Los padres adoptantes también llegan a la adopción con un “guión” interno, producto de sus propias experiencias como hijos, de aquello que los haya llevado a la adopción, de cómo hayan transitado el proceso en pos de adoptar un hijo, y de sus expectativas parentales respecto del nuevo integrante de la familia. Como parte de ese guión, internamente pueden sentir temor a no hacer las cosas bien, a no ser amados -y en consecuencia que esto signifique que no son buenos padres- a fracasar. Por otro lado, pueden sentirse juzgados más fácilmente que los padres biológicos.
A los padres adoptantes puede costarles entender que un niño de 5 años tenga conductas regresivas, y si un púber presenta conductas de robo anticipan inmediatamente que -sin saberlo- han adoptado un futuro delincuente. Querer a alguien que no se conoce y cuyo comportamiento no se comprende puede ser una tarea altamente compleja.
El enorme desafío para quienes trabajamos con estos padres es ayudarlos a entender que la adaptación de estos niños a su nueva vida, no es ni rápida ni automática, y muchas veces no es sin costos. Los terapeutas podemos convertirnos en una suerte de puente que une dos tierras diferentes para crear un nuevo terreno que se nutra de lo que cada uno puede llevar a la nueva experiencia. Para poder hacerlo, es necesario entender cómo las heridas del trauma interpersonal afectaron al niño, el “guión” o historia con la cual llega a una nueva familia, a la vez que es necesario conocer el “guión" de los padres adoptantes.
"No hay forma de trabajar con el niño si no se hace un trabajo en paralelo con los padres" "Los terapeutas podemos convertirnos en una suerte de puente que une dos tierras diferentes para crear un nuevo terreno que se nutra de lo que cada uno puede llevar a la nueva experiencia" (Sandra Baita, psicóloga clínica)
No hay forma de trabajar con el niño si no se hace un trabajo en paralelo con sus padres, mucho más intenso, artesanal a veces y complejo que si estuviéramos trabajando con un niño traumatizado y sus padres biológicos. Algunas de las estrategias para este trabajo pueden ser:
- Saber qué conocen los padres adoptantes de la historia de sus hijos, entender si es que no saben porque no hay información o porque les resulta doloroso conocerla; ayudarlos y acompañarlos en ese conocimiento puede colaborar en que puedan dar un sentido a las conductas de sus hijos.
Ayudarlos a entender que la conducta de sus hijos no se relaciona con ellos, sino con su pasado, con lo que ellos aprendieron de lo que los adultos cuidadores pueden hacer.
Conocer la historia de los padres adoptantes puede echar luz acerca de posibles experiencias traumáticas no resueltas que puedan interferir en la vinculación con sus hijos; ayudarlos a comprender la relación entre las propias experiencias y aquello de la conducta de sus hijos que dispara en ellos situaciones no resueltas, puede colaborar en “despejar” el camino de tales interferencias.
Trabajar las expectativas respecto de sus hijos y ayudarlos a adaptarlas a las necesidades y posibilidades del niño: hay necesidades básicas afectivas y de cuidado que estos niños no han recibido adecuadamente en la época previa a su adopción, y que no se compensan con buenos colegios, segundos idiomas o actividades deportivas.
Y este último no es un punto menor. Si bien es comprensible que los padres deseen dar oportunidades que provean a sus hijos de ventajas sociales para su desarrollo, sin llenar los vacíos que el maltrato y la negligencia han dejado, ese desarrollo se torna en una empresa extremadamente trabajosa, que lleva a frustraciones a ambas partes de esta díada.
Una vez, luego de leer el cuento de Anna Llenas, le pregunté a una niña adoptada qué creía ella que podría llenar su vacío. Sin dudarlo me respondió: “El amor incondicional… no sé muy bien qué es eso, pero sé que eso es lo que me falta.”