lunes, 13 de junio de 2016

Resumen de la ponencia de Jorge Barudy en el Congreso de Norbera titulado: "La adolescencia, una estación para la oportunidad", celebrado en San Sebastián, los pasados 27-28 de mayo.

Jorge Barudy intervino el viernes 27 de mayo y nos regaló una ponencia que versó sobre este tema: El funcionamiento de la mente de los adolescentes heridos por traumas infantiles complejos y acumulativos: Aspectos dinámicos y diagnóstico
Jorge Barudy intervino con la mencionada ponencia, en el reciente Congreso organizado por la Fundación IZAN-Programa Norbera, los pasados 27-28 de mayo de 2016, y personalmente fue una de las que más me gustó. Hizo un paralelismo entre la adolescencia normal y las cuatro cualidades que en ésta se desarrollan y la adolescencia del adolescente con historia de trauma complejo. La tormenta cerebral (término empleado por el psiquiatra Dan Siegel) que el adolescente vive ha sido tradicionalmente valorada de manera negativa, sin atender a esas cualidades que, de desarrollarse, nos acompañarán toda la vida. Pero si, como decimos, hay trauma complejo, entonces no asistimos (nos recordó Jorge Barudy) a una tormenta (algo normal en la vida) sino a un auténtico tsunami cerebral (algo que no es normal ni esperable, y lo que puede complicar e incluso marcar esta etapa de la vida hacia una deriva desadaptativa, a no ser que aparezcan tutores de resiliencia. Este paralelismo de adolescencia normal = tormenta / adolescencia traumática = tsunami creado por Jorge Barudy me pareció muy original e interesante, permitiéndonos comparar lo esperable con lo (desgraciadamente) no deseable y esperable (y que comporta gran sufrimiento para el adolescente y quienes le rodean)
El resultado de una adolescencia sana es la consecuencia de un apego seguro, de los aportes afectivos, la estimulación, la protección y la educación en la infancia que permiten las habilidades sociales para hacer frente a los retos de esta nueva fase del desarrollo vital con empatía, mentalización, vinculaciones sanas con los pares y los adultos, así como con un sentido y un proyecto de vida constructivo y altruista.  
En la adolescencia existe una tormenta cerebral que tiene que ser acompañada con presencia, afecto contención contenida y buen ejemplo por las madres y los padres y los otros adultos significativos.
Cuando la historia de vida de los infantes está cargada de carencias, agresiones y/o pérdidas mal resueltas “la tormenta” puede transformarse en un “tsunami” Es cuando la mente adolescente está invadida, no solo de excitación mental, sino de confusión.
Jorge Barudy en un momento de su ponencia en el Congreso,
acompañado por Iván Rodríguez, de Norbera.
Foto: programanorbera.org
Los cambios cerebrales desde los primeros años de la adolescencia permiten que se desarrollen cuatro cualidades en la mente de los jóvenes:
1. Implicación social
Conexiones importantes con otros que dan apoyo a nuestros cursos vitales con relaciones simplificadas y gratificantes.
2. Búsqueda de novedades
Sensaciones internas más intensas durante la adolescencia. Sirven para crear sentido y vitalidad a lo largo de toda la vida.
3. Experimentación creativa
Pensamiento conceptual, abstracto y la conciencia plena para ver el mundo a través de óptica nueva.    
4. Aumento de la intensidad emocional
Buscar y crear nuevas experiencias que nos atan por completo. Estimulan sentidos, emociones y soma
El cerebro sigue creciendo a lo largo de toda la vida y los cambios en la adolescencia son la esencia de formas sanas de vivir a lo largo de toda la existencia.
¿Qué factores pueden alterar el desarrollo de estas cualidades?- se preguntó Jorge Barudy.
Los traumas infantiles complejos y acumulativos, a menudo tempranos.
La dificultad de los padres y otros cuidadores, así como de los profesionales de la salud, educación y servicios sociales para ofrecer un acompañamiento coherente a esta etapa  de la vida.
La escasez de políticas públicas y de recursos que permitan programas terapéuticos para reparar las consecuencias de lo anterior.
Los y las adolescentes heridos por traumas infantiles complejos y acumulativos, a menudo tempranos han tenido que desarrollar un vínculo de apego con madres y padres que por sus diferentes grados de incompetencias parentales, no son como los demás. Su mente presenta desgarros traumáticos por macro traumas y/o micro traumas donde priman estresores mórbidos que producen respuestas de estrés traumáticas.
Lo que implica una mente seccionada con:
Trozos vivos.
Trozos desorganizados.
Trozos muertos, atrofia cerebral.
Todo esto produce retrasos y alteraciones en el desarrollo, así como otros trastornos: problemas de aprendizaje, conductuales, inmunológicos, somáticos, violencia, infracciones a la ley, acoso escolar…
Jorge concluyó su ponencia desarrollando qué ocurre en el joven cuando se alteran las cualidades positivas, deseables y esperables en la adolescencia:
1. Alteraciones de la cualidad de búsqueda de novedades
En la adolescencia sana:
Reactivación de las redes neuronales, para probar todo lo nuevo y experimentar la vida más plenamente, estableciendo un mayor compromiso con la vida.

Si hay contextos o historias traumáticas infantiles:

Las historias traumáticas de la infancia y los contextos traumatogénicos del presente pueden conducir a una búsqueda de sensaciones extremas y de riesgos que son manifestación de los trastornos emocionales traumáticos ya existentes y/o de las defensas amplificadas por el desarrollo y reorganización cerebral.

Comportamientos peligrosos y dañinos consiguientes:

Hiperactividad del sistema límbico y bloqueo de las áreas pre-frontales.
Impulsividad: paso del deseo, las emociones y las pulsiones a los actos.
Delincuencia y/o uso de drogas 
Anulación de la reflexión sobre las consecuencias de los actos.
La reacción de los adultos:
Designar a estos adolescentes como chivos expiatorios de las incoherencias, la falta de protección cuando eran niños y de las desigualdades creadas por el mundo adulto.

2. La implicación social

En la adolescencia sana:

Mejora la conexión social entre iguales y se crean nuevas amistades con un alejamiento relativo de los adultos.

Si hay contextos o historias traumáticas infantiles:

Condicionan que los jóvenes se aparten y desconfíen aún más de los adultos y se rodeen solamente de otros como ellos, con comportamientos de riesgo cada vez mayores.

La reacción de los adultos:

Con el rechazo, la culpa, y la estigmatización de los jóvenes, algunos adultos se evaden de sus responsabilidades, priorizando sus creencias y juicios justificando así, los castigos o la indiferencia.

3. Aumento de la intensidad emocional

En la adolescencia sana:

La adolescencia implica una mayor vitalidad somato emocional.

Si hay contextos o historias traumáticas:

Estas pueden predisponer que las emociones traumáticas resultado de las memorias emocionales puedan dominar el funcionamiento de la mente, provocando impulsividad, cambio de humor, reactividad excesiva, promiscuidad sexual, automutilación… 

El miedo y la intolerancia de los adultos:

Puede amplificar la reactividad y los comportamientos de oposición.

4. La experimentación creativa

En la adolescencia sana:

Otra de las singularidades del funcionamiento de la mente adolescente, es la búsqueda del sentido a sus vidas y el comenzar a representarse proyectos de futuro, para esto la mente está abierta a experimentar creativamente nuevas experiencias.

Si hay contextos o historias de vida traumáticas:

En el caso de los adolescentes afectados por traumas complejos esta búsqueda del sentido de la vida puede llevar a una crisis de identidad, una gran vulnerabilidad a la presión de los iguales, una alteración de la función ejecutiva, a la ausencia de una finalidad y de un sentido a sus vidas.

La indiferencia, el rechazo o el acoso de los adultos:

Amplifica la confusión de los adolescentes y los conduce a una pseudo-identificación con grupos o bandas cohesionadas por ideologías y/o conductas violentas y/o de dominación, así como infracciones a la ley

Cuando los adultos no pueden soportar algunos aspectos de la personalidad de sus hijos es porque les recuerda algo de su propia vida que les hace sufrir. Lo que ven en ellos les puede recordar lo que echan de menos o lo que no han tenido o podido vivir: frustración, rabia, desilusión, tristeza… Son adultos que tienen traumas no resueltos.

Finalmente, Jorge Barudy quiso hacer mención a la resiliencia en la adolescencia.

Adolescencia y resiliencia

Cuando las condiciones de crianza han sido deficitarias y traumáticas especialmente tempranas, complejas y/o acumulativas y se han agregado nuevos traumas en la adolescencia, las intervenciones que promueven resiliencia pueden ser reparadoras al estimular los procesos de auto-organización cerebral.

La resiliencia es una oportunidad que emerge de relaciones interpersonales afectivas, que aportan:

Conversaciones que permiten al sujeto reconocerse como afectado.
Aportan apoyo social.
Encuentran nuevos sentidos lo que les aconteció. 
Promueven el humor y espiritualidad.

Nuestro enfoque no niega las contribuciones significativas de los factores genéticos y constitucionales en la configuración del desarrollo de la mente de los/as adolescentes, sino que amplía la comprensión de ésta, introduciendo el modo en que las experiencias interpersonales modelan el desarrollo infanto-juvenil.

Nuestro modelo se basa en lo anterior, por lo tanto siendo integrador, es incluyente. Permite la articulación entre la psicofarmacología, las intervenciones educativas y la psicoterapia.

El 20 de junio publico el resumen de la ponencia de Maryorie Dantagnan en el Congreso "La adolescencia, una estación para la oportunidad"

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