Os transcribo gustosamente el prólogo (magistralmente hecho) del último libro que recientemente he publicado (Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo de apego en los niños adoptados y acogidos. Editorial Desclée de Brouwer) He tenido el honor de que mi profesora, amiga y colega Maryorie Dantagnan haya realizado el mismo. Gracias desde estas líneas, Maryorie, por tu apoyo a la obra:
Estoy
convencida que deben ser cientos y cientos de profesionales comprometidos con
el bienestar de la infancia, que paulatinamente han hecho del Blog “Buenos
tratos: Apego, trauma y resiliencia” de mi colega, amigo y colaborador, José
Luis Gonzalo Marrodán, un valioso recurso que, al igual que la luz de una
linterna en una noche oscura, ilumina sus prácticas como terapeutas infantiles.
Es innegable que los contenidos de las diferentes versiones del blog de José
Luis son por su diversidad, rigor y riqueza in-formativa aportes para
fortalecer las prácticas de todas aquellas personas que nos sentimos parte de
la manada de mujeres y hombres buenos. Esto, porque luchamos para que todos los
niños y niñas tengan la oportunidad de participar en contextos sociales y
familiares que les garanticen buenos tratos fundamentales, para asegurarles un
desarrollo sano y facilitarles sus capacidades resilientes, es decir, la
capacidad de hacer frente a las situaciones adversas en sus vidas y salir
fortalecido de estas. Lo extraordinario –y que no podemos dejar de reconocer y
agradecer– es que José Luis se ha sumado a todos quienes, fuera de ser
excelentes profesionales, optan por compartir generosamente sus conocimientos y
sobre todo, dar cuenta de sus prácticas terapéuticas. En este compartir me
encuentro cumpliendo con el honor de prologar su último libro: Vincúlate.
Relaciones reparadoras del vínculo en los niños adoptados y acogidos.
Estoy
segura que este libro será un apoyo fundamental no solo para los profesionales
que acompañan y apoyan a padres adoptivos y/o acogedores, sino también para
estos últimos. Nadie puede negar que la parentalidad adoptiva y/o acogedora es
una forma de parentalidad social que tiene un desafío fundamental: no solo
responder a las necesidades de los hijos e hijas adoptados y/o acogidos como
tales, sino que además, en la mayoría de los casos incluso sin saberlo, tienen
que ejercer de padres y madres “terapeutas”. Esto es porque un porcentaje
significativo de estos hijos e hijas han nacido de padres y madres biológicas a
quienes ni la sociedad ni sus familias de origen les dieron la oportunidad de
desarrollar las competencias parentales necesarias para asegurar una crianza
suficientemente adecuada de dichos hijos e hijas. Basándose en los aportes
actualizados de los nuevos conocimientos obtenidos de las investigaciones en el
ámbito de la neurociencia interpersonal, la psico-traumatología y sobre todo,
de los aportes de los y las investigadoras de la teoría del apego, José Luis
nos comparte y nos ilustra el fruto de sus lecturas y sobre todo, de su rica
experiencia clínica como uno de los terapeutas infantiles más reconocidos en el
País Vasco.
Este
libro es una magnifica síntesis entre el conocimiento resultado de la
investigación científica del autor y de tantos otros y otras que él no deja de
citar y reconocer en este libro. Otra singularidad preciada es que es una
ilustración del conocimiento experiencial del autor en torno al apego del niño
y la vinculación de los padres a este. Esto se traduce en que esta obra puede
ser considerada como un Manual porque brinda a las familias y profesionales lo
necesario e indispensable para establecer una relación reparadora con los niños
adoptados o acogidos, especialmente aquellos con trastornos del apego,
consecuencia de una historia de traumas tempranos, complejos y acumulativos,
antes de la adopción. En otras palabras, el contenido de este libro es una
metáfora de la integración casi perfecta del autor del hemisferio derecho e
izquierdo de su cerebro, lo que permite que se pueda leer y sentir. Yo podría
seguir insistiendo en la riqueza del contenido de esta obra, pero su autor me
pidió un prólogo no un resumen, por lo que me propongo terminarlo insistiendo
que su lectura no es solamente instructiva, sino también una fuente fundamental
de aprendizaje, pues utiliza de una forma magistral los tres pilares que según
los conocimientos aportados por la neurociencia, aseguran el maravilloso
fenómeno del aprendizaje.
El autor promueve la visualización de lo que quiere explicar o ayudarnos a comprender. Para eso no solo da ejemplos de sus prácticas, sino que invita a los lectores y lectoras a visualizar diferentes documentales, accesibles, por ejemplo en Youtube. Por otra parte, en el contenido está presente otro fenó- meno: la repetición, que no tiene nada que ver con esas prácticas pedagó- gicas que nos obligan a memorizar o abordar monótonamente una y otra vez los conceptos, sino que aquí se trata de una metodología que permite integrar ideas y experiencias, manejando conceptos en diversas formas: el autor utiliza metáforas, cita otros autores y sobre todo, trae a este escenario lo que sus propios pacientes le han enseñado, lo que a mi criterio, es de un valor inestimable cuando se trata de escribir un libro en torno al apego infantil. Por último y quizás lo más significativo, es el afecto y cariño que se desprende de cada frase y de cada capítulo de este libro. Parafraseando, el concepto de “crianza y parentalidad terapéutica” que está muy bien tratado en esta obra, el lector podrá abordar este libro como una ”lectura terapéutica”. Estoy segura que producirá este mismo efecto tanto en las madres y padres adoptivos y acogedores, como en los educadores referentes de centros de acogida y en los profesionales de la infancia que se darán la buena oportunidad de leerlo.
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