lunes, 26 de enero de 2015

Enseñanza basada en el apego, una propuesta subversiva: una nueva escuela para una nueva sociedad (I)

Hoy dedicamos un post a todos/as los /as maestros/as, profesores/as y enseñantes en general (también os interesara muy mucho a padres, madres, acogedores/as y profesionales diversos) Todos/as sabemos que los maestros/as son figuras importantísimas en la vida de los niños/as y adolescentes, que pueden marcar la vida de los mismos/as y convertirse en personas inolvidables (para bien o para mal) Cuando es para bien, cuando los profesores pasan a ser parte de la manada de gente buena (como afirma Jorge Barudy), cuando quieren a los/as niños/as porque son patrimonio de todos/as, pueden llegar a ser elegidos/as incluso como tutores y tutoras de resiliencia (Para quien no haya oído hablar de este concepto puede consultar el magnífico libro de José Luis Rubio y Gemma Puig titulado: Manual de Resiliencia Aplicada. Muy pronto (en febrero 2015) ambos autores publican otro libro -que apunta ser tan excelente como el anterior- donde desarrollan precisamente el concepto de tutor de resiliencia. Se titula: Tutores de resiliencia. La presentación del mismo tendrá lugar en Zaragoza, el día 5 de febrero, a la cual he tenido el honor de ser invitado. Preparan, con motivo del X Aniversario de Addima, la Asociación para el Desarrollo y la Promoción de la Resiliencia, un programa de actividades que no tiene desperdicio)

Si para todos/as los/as niños/as y jóvenes en general es trascendente la persona del/la maestro/a, ¡imaginaos para los menores de edad víctimas de malos tratos, abandono y abuso (que pueden presentar trastorno del vínculo de apego y trauma complejo)! Si un niño/a con esta pesada carga a sus espaldas se encuentra en la vida con un/a profesional adecuado/a, profundamente humano/a, con un/a profesor/a que sea capaz de llevar a la práctica el concepto más nuclear de la teoría del apego -el de la base segura- y ser alguien que pueda transmitir confianza y seguridad para que el/la niño/a o joven aprenda, pudiendo dar las dosis adecuadas de regulación emocional, límite y permanencia, sabiendo ser una persona afectuosa que quiere al niño/a o adolescente pero a la par favorece que trabaje y rinda académicamente en la medida justa que él o ella puede, sin llegar a asfixiarlo/a (estresarle con tareas, deberes y peticiones que no puede alcanzar) pero tampoco siendo indiferente o dejándole de lado, si, como digo, se encuentra (porque los hay) con un profesional de esta talla humana (que posea empatía y tenga una historia de apego seguro), puede ser para el/la niño/a o joven una experiencia que contribuya a su sanación y reparación emocional y vincular.

Como ya sabéis, es un tema al que le hemos dedicado durante estos años del blog una más que merecida atención ya que en el colegio o escuela el grado de adaptación que un/a niño/a o adolescente adoptado/a o acogido/a consiga -tanto a nivel académico como de integración social- es o una fuente de satisfacción y red de apoyo para el menor de edad o al contrario, una estresante experiencia con posibilidades de generar retraumatización. Porque nuestros menores -los que ocupan en este blog un lugar y espacio preferencial- son los/as niños/as y jóvenes adoptados/as y acogidos/as, que como sabemos, en general, constituyen una población vulnerable y -como dice Jorge Barudy- a menudo, vulnerada.

Por eso, al ser un tema delicado y que necesita de todas las aportaciones hemos escrito varios post -que podéis repasar- sobre cuál es el papel que puede jugar la escuela y cómo trabajar el apego en el aula. La autora Heather Geddes y sus propuestas en este sentido (con su magnífico libro "El apego en el aula") nos han aportado luz, han sido faro que nos ha guiado en cómo hacer del aprendizaje y la enseñanza escolar en el aula una vivencia gratificante; y sobre todo segura para nuestros/as niños/as. Necesitan seguridad por encima de todo.

Tanto nos ha interesado este tema sobre cómo hacer que la escuela sea a través de todos sus miembros (toda la comunidad escolar) una consistente red de apoyo y satisfacción para el niño/a o joven que -hace unos años, en el año 2009, viendo el escaso material que el profesorado y los enseñantes tenían sobre como apoyar educativamente a los niños/as y jóvenes con trastornos del apego desde el ámbito escolar- me animé a publicar una modesta guía para este fin. Porque tengo claro que los/as maestros/as necesitan piscoeducacion y formación, que les pedimos mucho y tampoco debemos dejarles solos/as en este cometido. Les exigimos saber además, sobre todos los problemas (cognitivos, emocionales, de conducta, médicos, sociales...) y áreas de desarrollo y en sus distintos periodos evolutivos. Necesitan conocimientos y guías prácticas. En este sentido, esta fue una pequeña aportación que algunos ya conocéis.

Bien, con todo, aún siendo muy válido y útil lo que os he contado o trasladado hasta ahora, creo que no dejan de ser adaptaciones para trabajar el apego en el aula pero partiendo de la idea de que la escuela (con su filosofía de enseñar y su concepto de cómo debe ser la educación y cómo debe organizarse ésta en cuanto a contenidos y metodología) no hace cambios sustanciales. Y el modelo de escuela actual es todo menos una enseñanza basada en el apego. Es un sistema escolar que supuestamente prepara a los/as niños/as y jóvenes para el tipo de sociedad en la que están insertos. La institución escolar es un reflejo de ésta, o a la inversa, como queramos verlo. Reproduce el sistema social en el que está incardinada. Y, aunque os choque lo que voy a decir ahora, ese tipo de manera de enseñar y de concebir la escuela tiene muy poco que ver con el apego y con cómo aprende el cerebro. Nuestros colegios o escuelas se mantienen a lo largo del tiempo prácticamente inmutables e inalterables en su abc básico: aula con excesivo número de alumnos, la memoria como eje de casi todo, las notas como criterio de valoración y el libro de texto o, recientemente, el ordenador como  base donde encontrar el conocimiento sobre el que enseñar. Esto sucede sobre todo desde la Revolución Industrial. El gran cambio no se ha producido. Y no lo digo yo, sino una voz autorizadísima, alguien que ya ha sido invitado aquí otras veces: Louis Cozolino en su maravilloso y reciente libro -que he devorado-: "Attachment-based teaching: creating a tribal clashroom" Con él, llega la revolución que estábamos esperando.

Pero desgraciadamente, apuesto a que no será así. Esta  propuesta cuestiona y confronta tanto a nuestro modelo político-social que sería casi imposible que un planteamiento psicoeducativo de esta índole viera la luz. Es utópico. Utopía significa literalmente: "Lo que no tiene sitio o lugar"  Por mi parte, si lo traslado aquí, es porque quiero que los profesionales de quienes depende un cambio de esta naturaleza, se atrevan a llevarlo adelante. Le encuentren sitio o lugar y sea tópico (lugar común)

Desde aquí recomiendo este libro a todos/as los/as profesores/as y maestros/as que siguen este blog. Es una propuesta (como dice el título del post) que alteraría el orden social establecido. Sin duda. Muchas críticas nos lloverían por poner en marcha un tipo de aula así. Tengo claro que una escuela basada en el apego en su ideario, estructura y funcionamiento hoy por hoy, es ciencia-ficción. Pero un aula no. Aquí impera afortunadamente, la libertad de cátedra. Es el sagrado recinto del maestro/a. Todas las propuestas de Cozolino no se pueden implementar pero favorablemente, creo que en el aula -vais a estar de acuerdo- muchas sí son viables. Y me parece que para todos/as los niños/as sería una nueva manera de aprender: en y desde la relación de los niños/as entre ellos, y con el educador (un maestro/a es, o debe ser, un educador)

Una metodología que permitiría al menor de edad tener una experiencia escolar que no sólo le enseñaría sino le formaría. Formarse como persona, aprender entre personas, buscar la felicidad e insertar en la mente de los/as niños/as y jóvenes unos nuevos valores sociales para la creación de una nueva sociedad. Para Cozolino, definitivamente hemos abandonado la tribu y sus valores; desde hace siglos. No puede ser que la escuela genere bolsas de marginados/as, niños/as y jóvenes que no se adaptan y quedan fuera del sistema (donde prima el individualismo); sentándose con ello las bases para que sea un factor que contribuya a la inadaptación y en suma, a la infelicidad.

Voy a comenzar en este primer post por acercaros el fundamento científico en el que Cozolino se basa para plantear una enseñanza/aprendizaje basada en el apego. Hay un soporte neurocientífico para su modelo. Esto no es una elucubración  ni  la elaboración de un diletante; todo lo contrario: es un diseño estructurado sustentado en la manera en la que nuestro cerebro fue modelado para aprender. La manera natural, no la artificial que hemos creado en las urbanas escuelas de las sociedades modernas y postmodernas.

En un segundo post, nos centraremos en los puntos, los aspectos concretos que pueden implementarse en un aula para que pueda convertirse en una enseñanza basada en el apego. Para que maestro/a, educador/a, conviertas tu aula en una tribu. Tribu basada en el buen trato. Para ello, tienes que estar convencido/a, tienes que sentir pasión por lograrlo y has de tomar conciencia de que los argumentos de Cozolino contribuirán a la larga a que nuestros pequeños, en un futuro adultos, hagan del mundo un lugar más justo y más humano. Y ello empieza desde la infancia. Con otro sistema que contenga otros valores. Transformador de las personas, transformador de la sociedad.

Y en un tercer post -el que cerrará esta trilogía- nos espera una experiencia concreta de una escuela de estas características, la cual es narrada por Cozolino en su libro "Attachment-based teaching: creating a tribal clashroom". El autor nos cuenta que las propuestas utópicas como un aula tribal son posibles en este mundo.

Vamos con ello.

El cerebro es un órgano social

Nos dice Cozolino en "Attachment-based teaching: creating a tribal clashroom" que parece claro que el cerebro de los humanos ha cambiado de manera importante a lo largo de millones de generaciones.

El más importante de estos cambios es que el cerebro se ha transformado en un órgano social.

Esto implica que aquellos/as que se relacionan mejor, sobreviven mejor.

¿Cuál ha sido la estructura organizativa que mejor ha demostrado garantizar la supervivencia de la especie a lo largo de miles de años y donde el ser humano ha aprendido en relación con todos sus miembros?: la tribu. Efectivamente, desde hace cien mil años los humanos han vivido en pequeños grupos de personas estrechamente relacionadas a los que de manera genérica llamamos tribus.

Y aunque desde hace muy poco (en términos de la teoría de la evolución del cerebro) hemos cambiado la manera de aprender, si nos detenemos a pensar un momento, apego y aprendizaje, en el pasado, siempre fueron de la mano, nunca se deberían haber desmembrado uno del otro. Nuestros modernos y postmodernos lugares -llamados escuela, colegio o instituto- a donde llevamos (por convicción, por imperativo legal o porque es lo que hay) a los/as niños/as para que se conviertan en futuros adultos integrados/as y válidos/as para la sociedad, los han separado. Incluso en la Antigua Grecia los discípulos aprendían en relación con otro; por ejemplo, la escuela aristotélica del peripato: el afamado filósofo enseñaba a sus alumnos mientras paseaba (y se relacionaba, claro) con ellos.

La enseñanza y el aprendizaje corrían a cargo de personas cercanas o de los ancianos o mayores de la tribu. Esto ha sido así en las sociedades tribales hasta que con la Revolución Industrial se perdió. Los/as alumnos/as pasan en oleadas de la escuela a la factoría para fabricar productos. El hecho de que los humanos aprendemos implicados/as los/as unos/as con los/as otros/as, desaparece. Así pues, el hecho de aprender se desliga completamente de estar relacionados/as y apegados/as.

La escuela, como una fábrica

La escuela pasa a concebirse -prosigue Cozolino- como se concibe la producción. Producir (lo cual equivale a entronizar también al consumo) es el centro de todo. Y así la escuela pasa a concebirse como se concibe una factoría.

Las escuelas, como las factorías, normalmente asumen que los alumnos/as son productos en bruto a los que se trata en serie.

Los estudiantes, sin embargo, son únicos. Provienen de distintas clases y culturas con una amplia variedad en las habilidades (y no habilidades) sociales, emocionales y cognitivas.

Sin embargo el mandato es enseñar a todos/as los/as estudiantes con los mismos métodos, materiales y estándares. El éxito es medido mediante tests estandarizados (exámenes), la medida por excelencia del control de calidad de la educación industrial.

Los/as profesores/as a su vez -advierte el autor- no son piezas intercambiables en una cadena de producción implicados/as en la repetición rápida de conductas específicas.

Los/as profesores/as, como los estudiantes, son individuos únicos y es la naturaleza y la calidad de esta relación profesor-alumno la que crea posibilidades de aprendizaje.

Quizá en la Revolución Industrial la sociedad tenía más claro para qué quería preparar a los niños/as. Pero en nuestra cada vez más tecnológica y electrónica sociedad, donde los cambios son vertiginosos, en la que un teléfono móvil y un PC se quedan obsoletos en unos pocos meses, ¿para qué preparamos a los niños/as? Así lo expresa Cozolino: a diferencia de las fábricas, existe una incertidumbre acerca del producto final que queremos. La educación se supone que prepara a los/as niños/as para el futuro. Pero, ¿qué futuro? El mundo cambia tan rápidamente que es difícil saber el conocimiento y las habilidades que los/as niños/as necesitarán cuando tengan veinte años; y si me apuran, cuando pasen sólo diez años. Cuando los exámenes o los tests son la medida del éxito, el buen estudiante es aquel que es capaz de prestar atención y memorizar los conocimientos y repetirlos. ¿Pero es esta la fórmula para el mundo real? ¿Es esta la fórmula para medir el éxito?

Por ello, las soluciones a muchos de los problemas de la educación no son técnicas sino humanas. En ello nos centraremos en el post que publicaremos dentro de quince días.

La picada de esta semana -y primera del año- es el último post que ha escrito mi amiga y colega Conchi Martinez Vázquez, del blog hermano Resiliencia Infantil. Psicóloga y psicoterapeuta infantil y adolescentes, con una excelente trayectoria académico-profesional, tiene su consulta privada abierta en Valencia. Formada en trauma terapia infantil sistémica con Barudy y Dantagnan, os la recomiendo para todos/as los/as padres y madres, acogedores, etc que necesitéis ofrecer una experiencia psicoterapéutica a vuestros/as niños/as y adolescentes y residáis en la zona. Excelente profesional y persona. Pues bien, Conchi ha escrito un post brillante, de matrícula de honor, que recomiendo a todos/as para poder entender con sencillez pero con rigor qué es la resiliencia. Podéis enlazar con el mismo haciendo click aquí.

También me gustaría que visitarais los dos post (siguiendo la idea del acróstico) que escribieron para cerrar el año precisamente Conchi y también nuestro otro blog hermano Dando Vueltas. Para poder leerlos haced click en estos dos links: Acróstico de Dando Vueltas / Acróstico de Resiliencia Infantil. Fue un guiño precioso entre blogs basados en el buen trato.

El post que rescato del baúl de los recuerdos de Buenos tratos es este que escribí en el año 2010: Problemas de conducta como consecuencia de un trastorno del apego: qué se puede hacer desde el colegio. Va muy bien con el tema de hoy.



Cuidaos / Zaindu

6 comentarios:

Postadoptiva dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo que expones en este artículo. Lo cierto es que, junto con la familia, la escuela es una de las insituticiones socializadores más importantes, y por ello el impacto en el crecimiento y desarrollo de los niños es tan importante. Pero... en España tenemos un gran problema con la educación; bajo mi punto de vista no es algo que sea de preocupación excesiva de la clase política salvo para responder a intereses determinados, y de hecho en los últimos años la enseñanza pública se ha devaluado mucho, merced sobre todo a los recortes de la Administración y al cambio de orientación de la ley. Y luego te encuentras con una parte no poco importante del profesorado quemada por la situación, gente con vocación pero que sufre un contexto educativo difícil y donde es difícil hacer cosas novedosas, o donde es difícil volcate emocionalmente. También te encuentras con una parte del profesorado sin vocación, que han entrado, sobre todo en la educación en el ámbito privado, porque era un nicho de empleo, y poco más. Por supuesto, la actitud de algunos padres y madres tampoco ayuda en el proceso educativo y curricular... Es triste también ver que muchos colegios privados centran sus objetivos en los beneficios, dejando a un lado la educación. Y, por descontado, no todos los centros educativos tienen los recursos suficientes para afrontar determinadas dificultades de los niños, entre otras las que derivan de la adaptación cuando se trata de un menor adoptado. Habría que replantearse el sistema educativo de arriba a abajo. En todo caso, sí que es cierto que luego te encuentras centros con un personal increíble, y que con poco son capaces de hacer mucho.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola postadoptiva, comparto tu punto de vista, gracias por enriquecer el post con el comentario, que es lo que realmente hace que los contenidos estén vivos. Un saludo afectuoso.

iñigo dijo...

Hola jose luis no he tenido tiempo antes de poderle meter el duente al post y la verdad es k lo h devorado. Me muero de ganas de los otros dos porque es dificil trabajar con escuelas y niños sin tener herramientas o una perspectiva clara. Creo que para los que no sabemos demasiado ingles esta saga va a ser un regalazo. Eskerrik asko

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias, Iñigo, sobre todo porque es novedosa y realmente basada en el apego, y avalada por Cozolino. Todo lo que él propone actualmente, tal y como está el sistema, no es viable. Pero muchas de sus aportaciones sí y espero que todos nos vayamos animando a difundirlas. Un abrazo

Anónimo dijo...

Buenos días Jose Luis.
¿Dónde se puede encontrar la guía que publicaste?
Un saludo y muchas gracias por tu blog y por tratar el tema de la escuela.
Marta

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias por tus palabras, puedes encontrar la guía en esta dirección web de la editorial Libros en Red. Solo se vende on line, no se ha editado en papel: http://www.librosenred.com/libros/guiaparaelapoyoeducativodeninoscontrastornosdeapego.html

Gracias y saludos cordiales.