¿Alguna vez te has preguntado cómo trabajar con un niño en situación de acogimiento residencial los sentimientos que tiene respecto a por qué no puede vivir con
sus padres? ¿O cómo ayudarle a que exprese éstos cuando va a
pasar de vivir en un centro de acogida a una familia acogedora? ¿Y cómo siente un
hermano la llegada de un niño a la familia de acogida? ¿Has pensado cómo
explicarle, qué palabras utilizar, cómo construir una narración que favorezca
la comprensión del suceso vital o el cambio que va a acontecer en su vida? ¿Te
has devanado los sesos discerniendo una manera segura mediante la cual podrías favorecer la expresión de sus pensamientos y sentimientos? ¿Has
reflexionado sobre cómo propiciar una comunicación contigo usando un tercer
elemento en el que apoyarse o proyectarse?
Me imagino que si eres profesional educador, terapeuta, padre, madre o familia de
acogida, la respuesta será afirmativa. Y también creo suponer que te habrá
costado un montón dar con un material adecuado. Ese material, además, yo no lo he encontrado... hasta ahora.
Este verano coincidí en una formación con Verónica Pérez
Gutiérrez, educadora con unos cuantos años de experiencia a sus espaldas y
actualmente coordinadora educativa de uno de los centros de menores que la
Fundación Eudes tiene en San Sebastián-Donostia. Verónica es, además, acogedora
de una niña.
Verónica me regaló unos cuentos escritos por
ella pensados como vehículo para que los niños puedan comprender
acontecimientos como los que os he descrito en el párrafo primero. Esta
educadora ha tenido la genial idea de crear un material que creo inexistente
(pues es muy específico) o, al menos, difícil de encontrar; y además, ha
concebido cuentos o historias adaptando el lenguaje a los contenidos,
personajes e imaginario infantil, de tal manera que inmediatamente los niños se
sienten atraídos por ellos. Los personajes viven situaciones simbólicas
similares a las que ellos deben de afrontar, y utilizando los recursos
estilísticos y las metáforas adecuadas a su edad, puede acercar lo que es muy
complicado de explicar o transmitir a un niño. En pocas palabras: adaptarse al
mundo y a las necesidades de los niños, crear un medio seguro (un tercer elemento
en el que puedan proyectarse) a través del cual se puedan expresar y favorecer, mediante la narración, la comprensión cognitiva y el procesamiento emocional.
Muchas veces hemos enfatizado el poder curativo de los cuentos
(si contamos con adultos faciliadores con los que el niño
mantenga un vínculo positivo); las narraciones se han construido para dar
sentido a lo que nos acontece y desarrollar el sentido de uno mismo a lo largo
del tiempo. Los relatos son propios del hemisferio izquierdo, que es un lado
contador, analizador, secuenciador... que necesita de una historia con el que dar
sentido y apaciguar las emociones que se generan en el lado derecho. La letra y
la música, diríamos, ambas en armonía, construyen y modelan el ser.
Los niños demandan historias y cuentos, las saborean y les encanta
repetirlas. Se empoderan cuando se identifican con alguien, un personaje,
atractivo, que debe de enfrentar situaciones, desafíos o retos similares a los suyos
y sale triunfante. Pero para poder capturar al niño, atrapar y cautivar esa
tendencia innata que ya tienen hacia los cuentos y las historias, es necesario
contar con buenos narradores. Y Verónica Pérez Gutiérrez, a mi juicio, consigue serlo. Se nota y se palpa que sabe el terreno que pisa, que
conoce por lo que pasan, viven, sienten y piensan los niños porque ha trabajado
y se ha vinculado con muchos de ellos en su tarea como educadora. Además,
demuestra conocer el abc de los cuentos porque sabe presentar las historias -que
tocan los temas clave- ofreciendo una amalgama de personajes y situaciones que
conectan con la magia y la imaginación infantil. Y, finalmente, creo que tiene
la gran virtud de convertir en cuento temáticas muy complejas de abordar -y
dolorosas- para los niños, haciendo que lo difícil resulte más sencillo, seguro, diáfano,
positivo, digerible, comprensible y aderezado con los ingredientes narrativos y
estilísticos que la literatura infantil exige. En suma, un excelente material y una herramienta que no abunda, ni mucho menos, que nos puede ayudar en nuestro trabajo con los niños. A mí me han encantado. Enhorabuena, Verónica, tus cuentos están entre mis favoritos. Te seguiremos la pista.
En palabras de la propia Verónica, desde su página web http://www.cuentosparahaizea.com/castellano.php
"Este proyecto lo hemos creado para aquellas personas que quieran mostrar a
sus hijos, sobrinos, nietos, alumnos...una realidad que existe y con la que nos
podemos encontrar en casa, en el parque, en la escuela...
Hoy en día ya entendemos que hay familias nucleares, extensas, monoparentales, biparentales u homoparentales, madres solteras, padres separados, pero aun muchas personas desconocen que existen familias formadas por un grupo de niños y educadores o familias donde uno de sus miembros cuente con dos madres y dos padres.
Los cuentos que aquí
encontrarás intentan mostrar situaciones cotidianas, vivencias, sentimientos,
miedos... que he podido percibir trabajando y conviviendo con estas familias.
Cuentos para Haizea esta creado con la finalidad de mostrar a todos esos
niños/as, inmersos en intervenciones familiares, centros, casas, pisos de
acogida, acogimientos familiares, que sus historias son reales y compartidas
por miles de niños que se transforman en divertidos personajes.
Trabajar, convivir día a día con estos niños me ha permitido aprender y poder
ahora compartir mis cuentos con todos vosotros. Gracias niños y niñas,
preadolescentes y adolescentes, sin vosotros esto no habría sido posible. Y
como no, gracias Haizea, tu fuiste el motor de todo esto"
Os presento los cuentos y os expongo la edad para la que está dirigida y lo
que se puede trabajar con el niño.
Más información en su página web, desde la cual podéis, además, adquirirlos.
Los cuentos están disponibles también en euskera.
Estos cuentos ya forman parte de mis materiales de la consulta. Os animo a que
los conozcáis.
Cuando un niño pasa de un piso de acogida a una casa. 4 á 9 años. "Cuanto miedo nos dan los cambios... pero si los hacemos acompañados resultan más dulces. Acompaña a fresita en su paso de bolsa de chuches a castillo de chocolate"
Pensado para transmitir a los niños: "Si lo intentas, ya podrás". 2 á 6 años. P-A-C-I-E-N-C-I-A. Simplemente eso.
Cuando un niño debe de ingresar en un centro de acogida a través del centro escolar. 4 á 9 años. "Ante una salida del hogar, arroparles será nuestra misión"
Cuando un niño no puede vivir con sus padres. De 2 á 6 años "¿Qué deseaba Gusin? Sumérgete en el mundo de los sentimientos de nuestra gusanilla"
Cómo vive el acogimiento el hermano de acogida. A partir de 4 años. "El roce hace el cariño. La convivencia no es fácil pero nos enseña. Compartir es amar"
Pensado para explicarles porque no pueden vivir en casa con sus padres y que puedan expresar cómo se sienten. De 4 á 9 años. "¿Cómo se siente Puli? Acompañarle en este viaje será nuestra misión"
Mi niña de acogida me reclamaba para todo, ella lo necesitaba. Y esto es lo que he plasmado con mucho cariño. De 3 á 6 años. "¿Cuántas veces habremos oído esta palabra en boca de nuestros hijos? No importa el tiempo que pase para que se den cuenta de que estaremos ahí, lo importante es que se den cuenta"
Hasta la semana que viene, en la que hablaremos si es posible modificar los patrones tempranos de apego.
Cuidaos / Zaindu
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