En
febrero Desclée de Brouwer edita el último libro que el autor de este nuestro
blog, Buenos tratos -quien estas líneas redacta- ha escrito. Tengo el gusto de
anunciároslo -aunque lo presentaré en San Sebastián, el 15 de marzo, en la sala
Fórum de la FNAC, a las 19:00h-. Este acto se enmarca, como ya sabéis, dentro
de unas jornadas sobre apego y resiliencia tituladas: “I Conversaciones sobreApego y Resiliencia”, en las cuales un buen número de colegas presentarán sus
conocimientos (y conversarán con los participantes) y experiencias en el
trabajo terapéutico y educativo con los niños y adolescentes que presentan
problemas o trastornos del apego. También nos dedicaremos al tema de la
resiliencia, con interesantes puntos de vista como lo son el psiquiátrico (se
hablará sobre cerebro resiliente) y el deportivo (el ciclismo como metáfora de
superación) En fin, en este enlace tenéis más información sobre el evento ycómo inscribirse al mismo.
Se
titula “Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena (sandtray)” Esta
técnica de psicoterapia, genuinamente proveniente de la psicología analítica
(cuyo principal exponente es Carl Jung), consiste, como una de sus creadoras
explica “…en jugar en una caja de madera especialmente proporcionada. Se
ofrece así mismo la arena seca y húmeda. Los pacientes también tienen a su
disposición un número de pequeñas figuras con las cuales ellos dan realización
formal a sus mundos internos. Las figuras que pueden elegir deben ofrecer, de
la manera más completa posible, una muestra representativa de todos los seres
animados e inanimados que podemos encontrar en el mundo externo así como en el
mundo imaginativo interno…” (Dora
Kalff)
Aprendí esta técnica en el diplomado de
psicoterapeutas infantiles organizado por el IFIV de Barcelona, una formación
en psicotrauma terapia dirigida por Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan. Es un
programa formativo idóneo para todos aquellos profesionales, psicólogos, que
deseen trabajar con niños y adolescentes víctimas de malos tratos y que pueden
presentar trastornos del apego y trauma. Fueron cuatro veranos inolvidables en
los que accedimos a una formación de calidad y tuvimos la oportunidad de
conocer a excelentes profesionales.
Uno de los módulos del diplomado consistía en el
aprendizaje de la técnica de la caja de arena. Lo impartía la profesora de la
Universidad Católica de Chile, Josefina Martínez. Josefina nos demostró su gran
humanidad, su calidad como formadora de grupos y sus amplios conocimientos y
experiencia no sólo en el uso de esta técnica sino en psicología y psicoterapia
infantil.
Creo que no es posible trabajar con esta técnica si
uno mismo no se ha formado y no ha experimentado en propia persona con la
misma. La experimentación es fundamental pues es a través de la misma como
tomamos conciencia de su potencia y alcance terapéutico.
Inmediatamente después de aprender la técnica
–llevo ya siete años de práctica con la misma- comencé a aplicarla con los
niños, adolescentes y adultos (porque la técnica no tiene edad, puede usarse
con adultos) insertándola dentro de un programa integral de psicoterapia de
acuerdo con unos objetivos de trabajo y usándola junto con otros abordajes
terapéuticos. Con Maryorie Dantagnan fui supervisando casos para completar mi
formación. Con ella avancé y redondeé mi aprendizaje con esta técnica -y con
otros muchos aspectos que tienen que ver con la psicoterapia-. A ambas,
Josefina y Maryorie, les estoy eternamente agradecido.
Pasado este tiempo, y habiendo reunido suficiente
material clínico, fue cuando el año pasado comenzó a rondar por mi cabeza el
poder escribir sobre ella. Sobre todo porque en literatura castellana existe
–que yo sepa- escaso material editado. Y creo que un buen número de
psicoterapeutas pueden acceder a su conocimiento y de ahí, a la formación.
Fue a finales del año 2011 cuando Loretta Cornejo,
psicoterapeuta del Centro Umayquipa de Madrid, tras un seminario sobre la caja
de arena que impartimos en su centro, y dado que ella es la directora de la
colección AMAE de la Editorial Desclée de Brouwer, me animó a dar el paso de
publicar un libro sobre esta apasionante técnica teniendo en cuenta –como digo-
que existe poca literatura en lengua castellana sobre el cajón de arena. A
Loretta Cornejo le agradezco enormemente que me ofreciera la posibilidad de
poder publicar en una editorial tan prestigiosa como Desclée. Creo que ella
apoya mi trabajo porque le convence; pero no es menos cierto que en esta vida
deben existir personas sensibles a profesionales que tienen cosas que contar y
darles una oportunidad, a pesar de que no tienen un nombre, como es mi caso.
Loretta Cornejo, como directora de AMAE, realiza esa labor de captación y de
ofrecer oportunidades a quienes quieran aprovecharlas. Y es que di muchas
vueltas para poder publicar mis trabajos anteriores (de hecho mi primer libro
me lo tuve que auto-publicar) y no encontré a nadie que quisiera hacerlo.
Loretta Cornejo ha sido quien me la ha dado y, como os digo, también le estaré
eternamente agradecido.
A partir de ahí la idea tomó cuerpo y fui
pergeñando el libro y redactándolo poco a poco. Ya está listo, y en estos
momentos creo que está en la imprenta. Sale el mes próximo, Dios mediante.
¿Qué contenidos se tratan en el libro? Lo primero,
cuenta con un lujo de prólogo elaborado por mi amigo y colega Rafael Benito,
psiquiatra. He querido que sea él quien se encargue de este apartado porque es
un profesional que integra en su práctica la psicoterapia. También porque se ha
formado en la técnica de la caja de arena. Ofrece una presentación del libro en
la que enfatiza que psicología y psiquiatría deben de ir de la mano. Como muy
bien apunta, psicólogos y psiquiatras no deben de caminar cada uno por una
orilla, mirándose. Ni los psiquiatras deben de estudiar al ser humano obviando
las aportaciones de la psicología y la psicoterapia ni los psicólogos deben
concebir a aquél como si el cerebro no tuviera nada que ver en el estudio de
sus conductas, emociones y pensamientos.
"Construyendo puentes" comienza con una breve
revisión histórica de la técnica. Repasa los nombres propios que la concibieron
y la gestaron, con dos referencias obligadas a Dora Kalff y Margaret Lowenfeld.
A continuación se perfila qué es la técnica y en qué
consiste. Una puntualización que he de hacer es que ésta tiene dos enfoques:
(1) Sandplay, cuyo planteamiento y enfoque de trabajo terapéutico es desde la
psicología analítica. El origen y fundamentos de la técnica son genuinamente
analíticos (hunden sus raíces en la teoría de Carl Jung) (2) Sandtray, que se
considera un planteamiento y enfoque de trabajo como un método dentro de la
terapia de juego (proveniente de la escuela humanista de psicoterapia) Esta
segunda óptica, aunque recoge mucho del planteamiento analítico, tiene un
enfoque, técnica y metodología diferentes. Este libro, por lo tanto, no
responde al purismo analítico. Se centra en el sandtray. Y sobre todo recoge mi
manera de trabajar en terapia con la caja de arena.
"Construyendo puentes" prosigue delineando en qué
marco teórico psicoterapéutico se imbrica la técnica: la incluyo dentro del
esquema de trabajo donde el apego es el eje fundamental de la intervención con
el niño, y utilizándola como una técnica a aplicar de acuerdo con unos objetivos
terapéuticos y en combinación con otras técnicas. El punto de vista de la
resiliencia también se contempla en la concepción y uso de la caja de arena:
qué puntos fuertes ha proyectado el niño en su bandeja de arena que nos
sugieren fortalezas. Finalmente, hay influencias -en el planteamiento que
propongo- de la terapia de juego; pero también se proponen alternativas -como
veremos- de empleo de la bandeja de arena desde otros puntos de vista.
Seguidamente, expongo para qué tipo de personas
está especialmente diseñada: es una técnica idónea para menores y mayores que
presentan historias de vida duras –para quienes narrar con palabras puede ser
totalmente desaconsejable- pues les permite construir –quien construye ya se
empodera de su biografía- y tratar -para elaborar, de manera segura y no verbal-
sus traumas. Una autora llamada Linda Hunter afirma -con toda la razón- que es
una de las mejores técnicas y que se debería de proponer para todos los niños y
jóvenes en adopción y acogimiento familiar o residencial. De hecho ayuda como
ninguna otra a este tipo de niños que deben de construir (para que no les
acontezca) su historia. A lo largo del libro cuento muchas experiencias de
trabajo (con las fotografías de sus cajas) vividas y sentidas con los niños y
adolescentes. Porque de eso se trata (más que de analizar las cajas de arena):
que se sientan sentidos y validados en su experiencia, y que se cree un espacio
co-transferencial. Hay un capítulo que narra la evolución, caja por caja
(aunque trabajando con otras técnicas también), de dos niños (un niño y una
niña) adoptados, ambos con terribles historias de vida a sus espaldas. No
hubieran podido (ni tampoco es aconsejable) hacerlo si no es con la ayuda de
este apasionante y terapéutico instrumento que es la bandeja de arena.
A continuación, hablo de los materiales y su
importancia (la bandeja, la arena, el agua, las miniaturas) para pasar a
detallar los pasos a seguir en la conducción de una sesión (y lo ilustro con un
caso), los tipos de cajas y cuál debe ser el papel del terapeuta.
"Construyendo puentes" prosigue con un breve apunte
del uso de la técnica dentro de la evaluación psicológica y de cómo insertarla
en una metodología terapéutica directiva, no-directiva y semi-directiva. Para
terminar con un capítulo dedicado a una innovadora y prometedora propuesta que
es la combinación de la técnica de la caja de arena con el abordaje terapéutico
EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) Al estar en
proceso de formación en esta técnica, he expuesto lo que he aprendido, y
aplicado con los niños en terapia, de esta combinación sugerida y propuesta por
mi supervisora de casos (Cristina Cortés, del Centro VITALIZA, de Pamplona) en
la formación que he recibido en la Asociación EMDR España. A Cristina le doy las gracias por todo lo que he aprendido con ella durante el año pasado.
La obra concluye con un epítome o resumen final que
recoge lo más importante del libro, algo así como una guía para no perderse.
Es un libro para profesionales, sí, pero creo que
los padres pueden acercarse a él también porque está redactado de manera clara
y sencilla para que el público no especializado pueda beneficiarse de sus
aportaciones. Hay muchas fotografías de cajas de arena y muchas historias de
niños y algunas de adultos. La mayoría de las historias son reales (con nombres
y circunstancias cambiados para respetar el anonimato) y provienen de niños del
ámbito de la adopción y el acogimiento.
Espero que os guste y os sea de utilidad. Sale el
mes que viene, y aún he de hablaros más del mismo para que tengáis más
información. De momento, es suficiente. La semana que viene retomamos la
psicoeducación para familias adoptivas o acogedoras.
Cuidaos / Zaindu