lunes, 12 de noviembre de 2012

"El apego en niños y niñas adoptados: Modelos Internos, Conductas y Trastornos de Apego", magistral tesis doctoral realizada por Maite Román Rodríguez de la Universidad de Sevilla


Esta semana dedicamos esta entrada a acercarnos a la investigación científica sobre el apego y la adopción. Además de las perspectivas profesionales que a menudo solemos incluir en este blog,  considero que la investigación es una oportunidad única para que podamos aprender más, y desde otra óptica, sobre este apasionante campo de la psicología como es el apego. Los estudios científicos revisan la literatura existente sobre el apego, plantean unas hipótesis de trabajo, eligen unas muestras, recogen los datos y los analizan, obtienen unos resultados y comprueban si dichas hipótesis se confirman o no; y finalmente, discuten y disertan sobre el alcance y conclusiones del estudio así como líneas futuras de investigación.

Mi amiga Pilar Surjo (bucea a menudo en la red internet y encuentra artículos, libros o documentos bien interesantes sobre psicología) me envió hace unas semanas por correo electrónico una tesis doctoral (está publicada en internet y se puede leer entera: http://fondosdigitales.us.es/tesis/tesis/1297/el-apego-en-ninos-y-ninas-adoptados-modelos-internos-conductas-y-trastornos-de-apego/) cuya autora es la Doctora Maite Román Rodríguez. Con la misma obtiene el Grado de Doctor con Mención Europea. Maite forma parte del equipo de investigación del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, del cual es Catedrático Jesús Palacios.

La autora de la tesis presenta un curriculum formativo brillante. Como ella misma expone en su tesis, se ha formado en el Anna Freud Centre de Londres; en el Centro para el Estudio de la Familia y el Niño de la Universidad de Leiden (con una autoridad en la materia como lo es Van IJzendoorn); en el Center for Attachment Research, de New York recibiendo formación con Miriam Steele (otra experta mundial); y por si fuera poco, en el Institute of Infant and Early Childhood Mental Health, en Nueva Orleans (con el equipo de otro primer espada mundial en el tema del apego: Zeanah) Y por supuesto, la Universidad de Sevilla, con Jesús Palacios, otro especialista en el área del apego. Por lo tanto, se trata de un trabajo fruto de muchos años de esfuerzo, dedicación, estudio e investigación. Es por ello por lo que el resultado, la tesis titulada: El apego en niños y niñas adoptados: Modelos Internos, Conductas y Trastornos de Apego (mayo 2010) es excelente. Para quitarse el sombrero. Os recomiendo que la leáis. Ha sido una gran  idea que los responsables de la web de la Universidad hayan colgado la misma en la red de internet para que podamos acceder libremente y beneficiarnos. Y es de agradecer a Pilar Surjo que la haya compartido conmigo (gracias, Pilar, ¡celebro tu generosidad!)

Yo ya la he leído, y me gustaría comentar algunos aspectos de la misma que han centrado mi interés y me han sorprendido. Me gusta cotejar lo que aprendo de trabajos tan sobresalientes y exhaustivos como este con lo que me ha ido enseñando la práctica clínica en mi ejercicio como psicoterapeuta de niños, adolescentes y adultos con problemas o trastornos del apego. Algunos de los cuales -ya sabéis- son adoptados.  

No hay que perder la perspectiva de que -como toda tesis doctoral- se hace con unas muestras concretas y que sus resultados y conclusiones no se pueden aplicar a TODOS los adoptados. Aunque desde luego, muchos de los aspectos que se ponen de relieve en la misma me atrevería a decir que sí. Por ejemplo, en la introducción teórica de la tesis, queda claro y es una constatación que se comprueba en múltiples investigaciones, que la institucionalización en los niños que luego son adoptados tiene efectos muy negativos en su salud mental y física, incluso a largo plazo. Así pues, Maite Román nos dice en su magnífica tesis (pág. 37): “A principios de los años 50, Bowlby elaboró un informe para la Organización Mundial de la Salud en el que advertía de los efectos de la institucionalización y el potencial daño emocional que podía provocar en los menores. Posteriormente, Tizard y su equipo (…) realizaron un estudio longitudinal en Londres en el que se exploró el comportamiento de niños institucionalizados hacia sus cuidadores, dentro del contexto institucional, mostrando las limitaciones que los niños institucionalizados tienen para formar relaciones de apego y las secuelas a nivel emocional de la institucionalización años después de la misma (…) El Equipo de Bucharest Early Intervention Project, ha realizado algunas de las investigaciones más relevantes sobre el apego en niños institucionalizados de Rumania (…) confirmando los efectos negativos de la institucionalización sobre el apego, siendo alta la frecuencia de apego desorganizado y el desarrollo de trastornos del apego” Aunque bien es cierto -nos aclara la autora más adelante- la calidad de las instituciones varía mucho de un país a otro y de una institución a otra. Los niños de las muestras utilizadas en su tesis doctoral provienen de instituciones de la Federación Rusa y del Estado Español.

Si no recuerdo mal, a raíz del estudio de Zeanah sobre el apego en los niños adoptados de las instituciones de Rumania (he tenido en mi consulta en tratamiento a varios de ellos y me ha impresionado saber las condiciones tan terribles de vida que tenían en bastantes centros de este país; y constato en efecto, una alta prevalencia de trastorno del apego en estos niños), que también fue reseñado y expuesto en la revista “Mente y Cerebro”, las autoridades rumanas decidieron no ingresar a niños bebés o menores en instituciones y derivarlos a acogimiento familiar (la experiencia de estar en una familia previa a la adopción reduce la probabilidad de daño emocional o en el apego de los niños; pues existe la posibilidad de que los cuidados y las atenciones sensibles y empáticas se prolonguen en el tiempo, sin producirse esa escasa oportunidad de establecer vínculos selectivos, que es lo que ocurre habitualmente en las instituciones. Pero si la familia biológica ha maltratado o abandonado al niño, también existen secuelas, sobre todo porque es bastante probable que el niño desarrolle un apego desorganizado en el que también suele aparecer trauma complejo. Bastantes niños provenientes de la Federación Rusa y de Ucrania que he tratado tenían estas alteraciones. Aunque no se puede generalizar a toda la población de adoptados provenientes de esta zona, por supuesto) Lo realmente sorprendente y doloroso es saber que han tenido que pasar 50 años para que suceda esto, pues Bowlby -como nos dice la Doctora Maite Román- ya lo había comprobado. Es una de las vergüenzas que los seres humanos arrostramos como especie: no dar a cada niño una familia cuando la suya no puede cuidarle. No me quiero ni imaginar (porque presiento que probablemente haya sido trágico) el destino que muchos niños institucionalizados que no tuvieron la oportunidad de ser adoptados ni acogidos hayan podido tener… Es muy triste, sin duda.

Dada la amplitud de la tesis, no me es posible por cuestiones de espacio –y porque en la red la tenéis disponible- transcribir todo lo que me gustaría. Sí me parece de gran interés y utilidad para nosotros (tanto los profesionales como las familias), copiar literalmente gran parte  del apartado de la tesis que hace mención a las implicaciones prácticas. Pienso que las conclusiones son generalizables a prácticamente casi todos los niños adoptados con experiencia adversa de institucionalización. Las consecuencias prácticas que Maite Román desprende de su tesis coinciden y van en la misma línea de lo que os suelo transmitir desde mi realidad profesional. Eso nos refrenda en que estamos en el camino, y que camino tenemos que seguir haciendo. Os dejo con las palabras de Maite Román. Solamente me queda darle mi más efusiva enhorabuena a ella por habernos brindado tan excelente y útil trabajo. No dejéis de leerlo.

“Para finalizar la reflexión en torno a los resultados derivados de nuestro estudio consideramos conveniente hacer una exposición de sus principales implicaciones prácticas, que tienen que ver con el trabajo de los profesionales que intervienen con familias adoptivas y en el sistema de protección de menores, y con la política que subyace al sistema de protección infantil.

Como planteábamos al inicio de este trabajo, la teoría del apego ofrece un rico marco teórico y metodológico desde el que entender y atender de forma más completa y precisa los procesos implicados en la adopción, que afectan a adoptados, adoptantes y profesionales. La teoría del apego nos ayuda, por ejemplo, a darle sentido y comprender la función adaptativa que en el contexto previo a la adopción tienen ciertos comportamientos que aparentemente podrían carecer de explicación tras la incorporación a la familia adoptiva (…) La persistencia hallada en este trabajo de ciertos efectos negativos en el apego a nivel representacional, años después de la adopción, y la relación entre la sintomatología de los trastornos de apego a la llegada a la familia adoptiva y la sintomatología presentada años después, justifican la necesidad de preparar a los padres adoptivos en este sentido [Comentario personal: ¿Cómo es la cantidad y la calidad de las formaciones que recibís?  ¿La consideráis suficiente? Espero vuestros comentarios]

Precisamente, uno de los objetivos de la preparación para la adopción consiste en asegurarse de que las expectativas de los adoptantes sean lo más realistas posible (…), por lo que se vuelve imprescindible que entiendan el desarrollo del apego de los niños adoptados, sus posibles reacciones, las trayectorias esperables y las potenciales limitaciones que pueden existir a nivel emocional (…) Los padres adoptivos tienen que estar preparados para aceptar una evolución progresiva del desarrollo emocional, al menos a ciertos niveles, y, como sostiene Howe, conformarse a veces con progresos modestos. [Comentario personal: aquí me acuerdo mucho de las palabras que a menudo repetimos en este blog: paciencia y perseverancia. No hay peor camino que presionar al niño a una “normalidad” para la que puede que no esté preparado todavía]

Asimismo -continúa Maite- en la preparación de los adoptantes se les debe de dotar de estrategias que les permitan afrontar de la manera más adecuada las necesidades de sus hijos, para que no generen un ciclo de interacción negativa debido a una mala interpretación de los comportamientos infantiles, y para que con la coherencia y constancia de un estilo de vinculación basado en la seguridad vayan desconfirmando las expectativas negativas de los menores, favoreciendo así la reestructuración de los modelos internos de apego y la creación de unos vínculos afectivos marcados por la seguridad (…)

Más allá de la preparación, es necesario estar con los padres durante la fase de integración, en la que los servicios postadopción [Comentario personal: ¿Cómo valoráis el servicio postadoptivo que os ofrece vuestra comunidad o región? Espero vuestros comentarios] tendrán un papel fundamental en el acompañamiento de las familias adoptivas y en la promoción de una base segura de apego (…) Por otra parte, cobra especial relevancia detectar la sintomatología relacionada con los trastornos del apego a la llegada a la familia adoptiva. Si ésta estuviera presente, será conveniente plantearse la posibilidad de una intervención terapéutica, ya que esta sintomatología puede verse relacionada con el apego a nivel representacional y conductual años después de la adopción, como han mostrado los resultados del presente trabajo, además de que la sintomatología inicial está muy relacionada con la sintomatología posterior a la adopción (…) Según los resultados derivados de nuestro estudio la seguridad en las conductas de apego con los padres adoptivos puede ser alta, mientras que las representaciones mentales de apego pueden estar aún marcadas por la inseguridad y la desorganización (…) Finalmente, muchos de los menores que pasan por el sistema de protección español tras ser separados de la familia biológica que los desprotege no pasan al contexto protector de una familia, sino que la medida tomada, en determinados casos, es el acogimiento residencial. A nivel del sistema de protección infantil, los resultados de este estudio avalan las propuestas que bogan por un mayor énfasis en políticas que apoyen y promuevan medidas de protección familiar (adopción y acogimiento familiar) frente a las medidas de tipo institucional”
La semana que viene retomamos las entradas en torno a la temática de la Psicoeducación para familias adoptivas o acogedoras.
Cuidaros / Zaindu

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pruguntas sobre nuestra experiencia con los servicios de postadopción?

Soledad, profunda soledad. Hemos pedido ayuda varias veces y el recurso que nos ofrecen es un psicólogo de una empresa subcontratada que solo tiene consulta en horario de mañana y que acude a Granada cada 15 dias.

Soledad, mucha soledad. La sensación de que ya no le interesamos a nadie (no nosotros y los niños).

A la vez que los niños llegaron a casa, acogimos también una perrita.

Despues de unos meses nos sorprendíamos de que los cuidadores del Refugio de perros llamaban preguntando por la perrita y nos visitaron para comprobar que estaba bien, y por nuestros niños no llamaba nadie. No ha venido nadie.....¿Y si los niños no hubieran estado bien?.

Y a pesar de pedir ayuda, no la hemos tenido. Y hemos estado a punto de tiarr la toalla. ¿Cuanta gente lo habrá hecho por sentirse solos y sin saber que hacer?

Gracias por este blog. Es d lo poco que tenemos.

MªAngeles

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola María Ángeles: La situación que describes es desde luego descorazonadora. No es que te sientas sola es que os dejan solos, sin acompañamiento, apoyo y recursos postadoptivos. Con la de necesidades que tienen los niños y las familias! Y en esta situación de crisis en la que estamos, con recortes en todo y sobre todo en los servicios sociales, no parece que el panorama vaya a cambiar. No nos queda otra que buscar en las familias cercanas y en las asociaciones adoptivas el apoyo y orientación del que carecéis. Y si este blog puede servir al menos de desahogo y de proporcionar pautas, me alegra que así sea. Saludos muy cordiales y gracias por contarlo.