lunes, 26 de marzo de 2012

Tratamiento de los problemas de desarrollo del niño adoptado/acogido cuando sus niveles de organización psíquica están afectados (I)

Hace mucho que no hablo en éste nuestro blog Buenos tratos de los problemas de desarrollo de los niños adoptados o acogidos que presentan una afectación a sus niveles de organización psíquica como consecuencia de una historia de abandono y/o malos tratos, algo que, desgraciadamente, suele ser bastante habitual dentro de esta población de niños. Sobre todo vamos a ofrecer unas pautas para los casos más graves y que más afectadas tienen sus funciones. 

Espero (con esta serie de posts que inicio hoy) ayudar a los profesionales que no estén familiarizados con estos temas para que incorporen estos conceptos y las orientaciones que propongo a su práctica y labor profesional con las familias adoptivas y de acogida. También pienso que pueden ser de gran interés para los educadores de los centros de acogida.

Para redactar este post, voy a basarme en el libro de Peter Niels Rygaard (el cual muchos ya conocéis) titulado: “El niño abandonado” Editorial Gedisa. Debe ser uno de nuestros libros de cabecera.

Como digo, este tratamiento que os propongo está dirigido a los niños que mayor nivel de daño emocional pueden presentar como consecuencia de los malos tratos, el abandono, el abuso, la negligencia… No todos los menores pueden tener afectados los niveles de organización psíquica, pero sí especialmente los niños con apego desorganizado severo y con trastorno de apego reactivo.

Para los que no estén familiarizados con los estadios de organización que propone Rygaard, os diré que son cinco estadios o fases que discurren desde el embarazo a los 5 años aproximadamente, en cada uno de los cuales el niño es capaz de ESTABILIZAR (esta es la palabra clave) unas funciones. Los estadios son (Rygaard, 2008):

Autoorganización física: Al resultado del desarrollo físico lo llamaremos permanencia orgánica; ayudado por estimulaciones regulares, el niño aprende progresivamente a estabilizar sus esquemas físicos: ondas cerebrales despierto y dormido, nivel de excitación, atención, respiración, digestión, frecuencia cardiaca, temperatura corporal, reacción estímulos y mecanismos de defensa contra las infecciones.

Organización sensorial: Las diversas facultades sensoriales (vista, oído, olfato, gusto…) se estimulan con la rutina de los cuidados cotidianos, y la madre aporta constantemente un filtro estabilizador; inhibe las expresiones más violentas y facilita una estimulación externa si el entorno es  más apagado; enseña a soportar la frustración…

Organización sensoriomotriz: En esta etapa se produce la permanencia sensoriomotriz. El niño es capaz de mantener un comportamiento orientado hacia su objetivo, utilizando movimientos diversos y cada vez más automáticos.

Combina las diferentes sensaciones ordenando a sus distintos músculos realizar acciones coordinadas.

Resultado de la relación entre el niño y los cuidadores, éste desarrolla la noción de “qué soy yo” y “qué no soy yo”

En este estadio se aprende la proyección de emociones hostiles en los otros y se interioriza que él puede ser la causa de estos sucesos.

El niño debe integrar percepción y acción.

Organización de la personalidad: Este estadio produce la permanencia de la personalidad. El niño puede integrar al mismo tiempo emoción, pensamiento y discurso, memoria y capacidad de prever.

Puede adaptar su comportamiento a las situaciones en cuestión e incorporar a sus actos las respuestas del entorno.

Desarrolla el sentido de su propia posición en el tiempo, en el espacio y en las relaciones sociales.

Aprende a superar la fase de estar solo sin la madre.

Capacidad de mantener un diálogo, así como la de resolver los conflictos emocionales.

Organización social: La permanencia social es la capacidad de interactuar y al mismo tiempo mantener sus límites sin perder su identidad personal.

Se utilizan todas las competencias aprendidas en los estadios precedentes.

Aprende a incorporar los sentimientos, las intenciones y los deseos de los otros (mentalización)

Es en este estadio cuando los síntomas de trastorno de apego se hacen más notorios y se convierten en visibles.

Las causas se encuentran en los estadios anteriores.

El niño ha de ser capaz de permanecer en un nivel determinado antes de poder exigirle que se comporte, responda y se responsabilice conforme a ese nivel.

Para ello ha de poder estabilizar unas determinadas funciones y por lo tanto, PERMANECER. Si no puede permanecer, el papel del adulto o cuidador ha de ser el de suplir su falta de permanencia interna a ese nivel por su permanencia externa. El cuidador debe estimular con su presencia esas funciones para que el niño pueda interiorizarlas y lograr la permanencia interna, es decir, funcionar a ese nivel. Así, podrá pasar a aprender las funciones del siguiente estadio. Reconozco que es un trabajo arduo y duro, pero también estimo que da mucho más resultado que desesperarse o exigir al niño lo que NO PUEDE hacer. Los niños con trastornos de apego severos están limitados porque sus niveles de organización pueden estar afectados desde el segundo nivel. No conocer esto supone situarse en una onda completamente diferente y no sintonizar con los problemas del niño. Es mejor mentalizarse y ponerse manos a la obra que pedir imposibles. Todo el mundo lo tiene claro cuando observa a una persona con movilidad reducida (“claro, deben poner rampas porque no puede subir escaleras” – nos decimos), pero cuando se trata de problemas psicológicos no nos parecen hándicaps y lo son, y a veces muy limitantes durante mucho tiempo. He visto en terapia como jóvenes muy dañados han alcanzado la permanencia social con 18 años, por ejemplo. 

Papel de los padres en el tratamiento de los niveles de organización del niño (cuando decimos padres, usamos un término universal que comprende a familias, padre, madre, cuidadores...Cuando decimos "niño" nos referimos también a las niñas)

Los profesionales que trabajen con los padres o familias adoptivas o de acogida, o con los educadores, deben de tratar (previamente a proponerles pautas para estimular la permanencia del niño en cada nivel) los siguientes aspectos:

Proporcionar a los padres o educadores psicoeducación acerca de cómo las experiencias negativas vividas en la infancia y cómo las rupturas de contacto (separaciones, clima familiar negativo, estrés por malos tratos, violencia, abandono…) comprometen la capacidad de algunos niños para permanecer. 

Explicarles a nivel básico los cinco niveles de organización y qué logros se obtienen en cada uno de ellos: físico, sensorial, sensoriomotriz, personalidad y social.

Explicarles que para que el niño estabilice unas funciones (propias de cada nivel) primero el adulto ha de estimularlas con su presencia y constancia en el trabajo (tranquilidad en el trato al niño y estabilidad en sus patrones conductuales) Por ejemplo, para estabilizar el sueño, requiere que el cuidador esté presente y calme y tranquilice con su voz (permanencia externa) Después, tras varias repeticiones de esta pauta de conducta, el niño será capaz de estabilizar el sueño y dormirse y permanecer dormido recordando la voz y los tonos agradables de la misma dentro de su mente (permanencia interna)

La función reflexiva es lo fundamental: ser capaz de que reflejen las emociones del niño sin invadirle: modelar esta conducta con los padres.

Mostrarse disponibles y sensibles a las necesidades del niño. Lo cual no es lo mismo que darles todo lo que pidan. Es la disponibilidad del adulto lo que ayuda a organizar al niño desorganizado en sus funciones: acompañamiento haciendo con ellos lo que aún no están preparados para hacer.

Concienciar a los padres o educadores que exigirles tareas por encima de su nivel de organización es frustrar permanentemente al niño y ponerle un listón que no puede alcanzar. Hay que retroceder hasta los niveles que no se trabajaron por diversas circunstancias adversas que afectaron al cerebro/mente del niño  y lo desorganizaron.

La semana que viene os ofreceré pautas concretas para estabilizar las funciones del niño en cada etapa.

No quiero despedirme sin comentaros dos noticias:

La primera es que la revista “Niños de hoy” ha publicado un artículo sobre apego y resiliencia que elaboramos para la misma mi colega Óscar Pérez-Muga y servidor. Aparece en el último número (que, además, es el número 50 de la revista; aprovecho desde aquí para felicitarles efusivamente por esta efeméride) Gracias a todo el equipo por publicar el artículo y por recomendar y referenciar nuestro libro “¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo?”

La segunda es que ¡tenemos nuevo libro sobre apego! (editado hace muy poco, está recién salido del horno, por Desclée de Brouwer. ¡Quién si no!; pues esta editorial está especializada en este tipo de libros y los autores que publican aquí son prestigiosos) titulado: “El apego en psicoterapia” del autor Wallin. He leído el índice y resulta interesantísimo. Hace aportaciones, ofreciendo pautas, para incorporar el apego en la psicoterapia, algo de lo cual escaseamos mucho en la literatura psicológica actual. Ofrece marcos comprensivos desde los orígenes del apego (Bowlby) pasando por Fonagy y llegando a las propuestas más recientes que la conciencia plena hace a la teoría de apego. En fin, que en cuanto me llegue a casa no me lo pierdo. Os hablaré pronto de él.

Referencias

RYGAARD, N. P. El niño abandonado. Guía para el tratamiento de los trastornos del apego. Gedisa. Barcelona 2008. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos dias Jose Luis:
Al leerte esta semana, veo la "desestabilización" en todos los estadios del nene que tenemos de acogida, son tantos ámbitos afectados...que me pregunto si ahora no lo estamos sobreestimulando. Es una esponja. Avanza y aprende muy rápido y por ello es un "permanecer" a su lado para guiarle en todas sus carencias.
Tras seis meses de acogida, ya vemos los frutos.Pero, como tú muy bien dices "es un trabajo arduo y duro", sin embargo, su carita de felicidad y sus risas lo compensan todo.
Gracias de nuevo.
Marina

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Marina: Puedo leer tu comentario porque me llega a mi correo electrónico pero no lo veo aquí, en la sección de comentarios. Quiero decirte que ánimo y enhorabuena, que vuestro trabajo, amor y constancia con el niño/a está dando sus resultados. Y esa es la receta, además de formarse y aprender sobre por qué estos niños se comportan del modo en que lo hacen, para que podamos amoldarnos a ellos. Espero que puedas ver el mensaje, un abrazo!

Xiao dijo...

Jose Luis, mira en la pestaña "COMETARIOS" de tu escritorio de blogger. Ahí veras que tienes un apartado de SPAM. A veces, no sé el motivo, blogger decide que un comentario es spam y lo mete ahí. Sólo tu puedes sacarlo y que se vea en el blog.
Un abrazo.
PD.- Se te echa de menos, hace 3 semanas que no publicas.......

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Muchas gracias por tomarte la molestia en explicarme esta incógnita que me tenía un tanto desorientado, Carmen. Lo voy a mirar. La semana que viene publico, como siempre, el lunes a las 9,30h Ya comenté que me tomaba dos semanas de descanso, pero ya vuelvo. Gracias por echarme de menos!! Un abrazo

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Ya di con el problema, gracias, Carmen! Un abrazo