El temperamento es la peculiaridad con la que se manifiestan
los afectos psíquicos de una persona, sin que influya el ambiente. Es la base
biológica de la personalidad y conforma la manera de responder: activa o
pasiva, colérica o tranquila, con un tono emocional positivo o con
uno negativo, por ejemplo. Se dice, popularmente, que una persona “tiene mucho
temperamento” cuando sus respuestas son consistentes y no vienen determinadas
tanto por la situación sino por sus disposiciones internas.
El temperamento más puro se observa en los bebés: tranquilo,
nervioso, irritable, calmado, activo, pasivo… En la medida que el bebé crece,
el temperamento comienza a interactuar con el ambiente y éste puede aumentar o
aminorar las disposiciones biológicamente predeterminadas. Algunos autores
sostienen que un bebé comienza sus interacciones con los cuidadores nada más
nacer, por lo que el ambiente ya está influyendo y modelando el ser del niño. De
ahí que la observación pura del temperamento se pueda discutir. Pero sí se puede afirmar, creo, que los niños nacen con
tendencias disposicionales de respuesta. Los cuidadores, ¿pueden ir modificando
estas tendencias? ¿Las manifestaciones del bebé en la Situación del extraño [recordad
que es un procedimiento en el que el bebé es separado de su principal figura de
apego durante un intervalo de tiempo, observándose sus respuestas ante un
extraño en ausencia de la madre y después ante el retorno de ésta; en función
de las mismas, se le clasifica como apegado seguro o inseguro. Este tipo de
respuestas del bebé se consideran propias y específicas del modelo de cuidados
que ha interiorizado durante el primer año de vida. La evaluación de este
procedimiento se hace durante el segundo año de vida del bebé], hasta qué punto
son sólo manifestaciones de su temperamento? Cada niño reaccionaría según su
temperamento y no de acuerdo a su modelo interno de trabajo (que contiene la
manera en que se ha representado la relación con el cuidador y la expectativa
de conducta que ha desarrollado sobre éste) El niño ansioso-ambivalente que
responde con llanto e ira ante el reencuentro con la madre y a ésta le cuesta calmarlo,
en realidad no sería tal sino que constituiría una manifestación de un bebé
temperamentalmente mucho más irritable.
Os dejo un video de la Situación del extraño:
Os dejo un video de la Situación del extraño:
Para responde a estas preguntas, me voy a remitir al libro
de la profesora de la Universidad de Valencia Sefa Lafuente “Vinculaciones afectivas” (en el que colabora la profesora María José Cantero), el cual sigo
recomendando porque es un compendio completo sobre el apego, su teoría,
evaluación y aplicaciones riguroso pero al mismo tiempo de cómoda y entretenida
lectura. Aunque más pensado para estudiantes y profesionales, es también
accesible al público en general.
María José Cantero (en el único capítulo del libro en el que
colabora dedicado a la “Calidad del vínculo de apego en la infancia”) afirma en
el mencionado libro (pág. 140), que "aunque hay algunos autores que sostiene que
el temperamento es el responsable de la manera en que los bebés responden en la
Situación del extraño y plantean que los niños irritables y miedosos pueden
reaccionar ante las separaciones con intensa ansiedad con independencia de sus
padres, otros, en cambio, apuntan que si el temperamento del bebé fuera el
determinante principal de la calidad del apego, no deberían existir diferencias
en el tipo de apego entre diferentes cuidadores (por ejemplo, con el padre y
con la madre)" Sin embargo, prosigue la profesora y experta en apego, "la
realidad es muy distinta y un número elevado de bebés establecen relaciones de
apego diferentes con sus diversos cuidadores. Por tanto, un niño difícil que
recibe un apropiado cuidado puede llegar a establecer un vínculo seguro y,
paralelamente, un niño difícil de manejar, si se le administra un cuidado
insensible, puede desarrollar una relación insegura. Por tanto, el temperamento
no parece influir directamente sobre la calidad del apego que desarrolla el
niño, sino que la influencia puede ser indirecta a través del efecto que ejerce
sobre el cuidador" Continúa más adelante la profesora diciendo: "Habrá
disposiciones temperamentales, como la irritabilidad, que dificultarán los
intercambios entre el niño y su cuidador y otras, como la docilidad, que
facilitarán la interacción. Cuando el bebé presenta tendencias temperamentales
positivas, es decir, se muestra atento, sociable, moderadamente activo y con un
tono emocional positivo, las interacciones se ven facilitadas, haciéndolas más
fluidas y relajadas"
"Aunque el temperamento puede influir en la conducta
mantenida durante la Situación del extraño, la seguridad del apego depende,
principalmente, de la historia de relaciones con el cuidador. El temperamento
no determina si un niño será seguro o inseguro en su relación de apego (porque
esto depende del cuidador), pero sí puede determinar el tipo de seguridad o
inseguridad" Para más detalle sobre los subtipos de apego (seguro o inseguro)
que pueden desarrollar los niños, consultad el capítulo del libro que os he
mencionado (pág. 159)
Parece claro que en las manos del cuidador (en su
sensibilidad, rapidez, templanza emocional, capacidad para empatizar con las
necesidades del niño y en su habilidad para la función reflexiva) está la
posibilidad de ir actuando de regulador, modulador y canalizador del
temperamento. Por muy “difícil” que sea un niño, si el cuidador es competente y
crea una relación capaz de contener, modular y sentir al niño, la representación
de apego de éste será segura. Esto es complicado, lo sé, nadie lo va a hacer
perfecto, somos humanos, pero es una responsabilidad -como padres y cuidadores-
que debemos asumir. Los que dicen: “el niño me irrita”, “me pone de los
nervios”, etc. deben de hacer una reflexión y trabajo personal porque van a
empeorar la relación y la calidad del apego.
¿Y en el caso de niños adoptados o acogidos con historia de
abandono o malos tratos? Aquí hemos de diferenciar entre el niño que vivía con
su familia de origen y sufre maltrato y/o abandono de una manera continuada
por la misma y, después, si el caso es denunciado, rompe los vínculos familiares
e ingresa en un centro de acogida (la edad en la que esto ocurra también es
importante, así como la duración de la experiencia de malos tratos o el
abandono y su intensidad); y el niño que es dejado desde bebé en la puerta de
una casa o en otro lugar público para que sea recogido y entregado a las
autoridades, quienes le ingresarán en un centro de acogida (aquí es importante
saber a qué edad se rompió el contacto con los padres o cuidadores y cómo fue
el nivel de atención y satisfacción de sus necesidades durante el tiempo que
estuvo con aquéllos; probablemente de baja calidad. También es importante saber
si los cuidados del centro de acogida fueron de alta o baja calidad) Ambos casos, como
podemos deducir, suponen experiencias adversas (traumas) que pueden alterar con
alta probabilidad el apego del niño. ¿Cómo era el temperamento del niño con
anterioridad a las experiencias de malos tratos o abandono? En estos casos, pienso, esto
es algo más intrascendente, dada la potencia dañina de lo que han vivido. Podemos afirmar, como decimos, que con
independencia de que el niño fuera más “fácil” o “difícil” en cuanto a sus
manifestaciones temperamentales previas a las experiencias de abandono o malos
tratos, el daño se produce igualmente porque lo que han padecido son experiencias que
amenazan su integridad, supervivencia y seguridad. Un niño de temperamento "difícil" probablemente alterara más a un cuidador poco competente de un centro de acogida de
baja calidad (tiene muchos niños a su cargo y pocos medios) que otro más
adaptable, y la probabilidad de que le maltrate es más alta. No sabemos si altera al cuidador por su temperamento o porque su conducta ya es expresión del daño vivido en su familia de origen. En cualquier caso, el cuidador poco competente está empeorando y ahondando en el daño con sus actuaciones incompetentes. Lo que sucede en
muchos casos de adopción internacional es que sabemos que el niño ha sufrido
experiencias traumáticas pero desconocemos con exactitud muchos detalles
importantes.
En cualquier caso, lo que nos debe mover en una línea
positiva y de ánimo en nuestra tarea educativa y de crianza es saber que las posibilidades de recuperación de los niños
son muy amplias (autores como Daniel Siegel nos dicen que la plasticidad
cerebral es una realidad a lo largo de toda la vida) Cuesta, a veces, sangre,
sudor y lágrimas, pero no hay que olvidar que la competencia y la
incondicionalidad como padres es fundamental y la clave. Debemos ejercer una parentalidad que sea tutorización de resiliencia. Incluso los niños más dañados se
recuperan con el tiempo y la paciencia, si cuentan con cuidadores competentes.
Así lo reflejamos en el libro-guía para padres adoptivos (del cual soy co-autor
con mi amigo y colega Óscar Pérez-Muga, psicólogo también) En el mismo
incluimos (con el debido anonimato) muchas historias de resiliencia, narradas
por los propios niños, que nos cuentan que esto es posible por muy duro que sea lo vivido. Se publica en noviembre
(1ª semana) y os adelanto el título: “¿Todo niño viene con un pan bajo el
brazo?” No os desvelo el por qué del titulo porque eso está en el libro y en él hay que descubrirlo. Os hablaré del libro pormenorizadamente a lo largo de los próximos posts. La presentación del mismo será en Donostia-San Sebastián y también os anunciaré pronto la fecha y el lugar.
Las personas que adoptan (sobre todo en adopción
internacional) o acogen deben ser conscientes de que la probabilidad de que el
niño sea inseguro y fragilizado es alta, con lo cual sólo deben de embarcarse
aquéllos que estén dispuestos a asumir esta realidad y trabajar para el niño
con el fin de ayudarle a superarlas. Y las valoraciones de perfiles de
idoneidad como padres acogedores o adoptivos deben de ser rigurosas.
23 comentarios:
Hola José Luis:
Me ha encantado la entrada, sobre todo el horizonte de esperanza en la recuperación de nuestros niños con amor, orientación y paciencia. Gracias. Un saludo,
Beatriz
Qué maravilla, Jose Luis...¿un libro? Genial!!!!! Yo lo quiero!!!!
Soy Mei...más tranquila y sosegada...las cosas qe van, de nuevo, poniendo en su lugar y mi hijo empieza a sumir su cole y sus nuevos compromisos...y a mí, los fantasmas me están dejando descansar, espero que por un tiempo largo!!!
Olvidé aquello de las esquizofrenias...uffff!! qué descanso!!!
MIL GRACIAS, COMO SIEMPRE...UN TEXTO FANTÁSTICO...
Mei
Yo que he tenido la oportunidad de conocer a mi hijo, desde el día en que nació, soy consciente de que su temperamento era "difícil", lo cual desestabilizaba aún más a su madre biológica, ya de por si con pocas capacidades parentales, seguramente fruto de la forma en que ella misma fué criada, por una madre neurótica y negligente(de ahí la naturaleza transgeneracional de los problemas de apego, criamos como hemos sido criados, a menos que la función reflexiva rompa la cadena).
De manera que yo si que creo que el temperamento de mi hijo, puso aún más en riesgo, si cabe las escasas posibilidad que había de poder establecer un apego seguro.
Espero tu libro con impaciencia. Imaginate a poco de llegar mi hijo a nuestra vida, de manera casi fortuita cayó en mis manos "El niño abandonado" de Rygaard, de ahí mi busqueda desesperada de más información, y el descubrimiento de tu blog. Desde entonces eres como una especie de faro, y hay días en que las aguas andan muy revueltas, de manera que imaginate cuanta falta nos haces.
Un geso
Hola,
Tengo tus blos entre mis favoritos, aunque nunca había comentado.
Soy mamá de una niña nacida en China, y siempre me resulta interesante leerte.
Además, tengo un <a href="http://adopteca.blogspot.com/>blog-base de datos</a>, donde intento recopilar todos los libros sobre adopción, educación, China y otros tantos, y me interesa mucho lo de tu libro.
Si me pasas algún dato más, lo publicaré allí, poniendo cuando sale a la venta.
un saludo y enhorabuena por tu libro y por tu blog.
Elén
Hola José Luis,
Preciosa entrada, como siempre y también espero tu libro con impaciencia y haré una reseña en mi blog cuando sepa más.
Lo del apego y el temperamento es verdad que es complicado. Mi hijo tiene un temperamento muy fuerte, que quiere dominar y no da su brazo a torcer por nada...
Está mejor de las pataletas pero lo veo que está todavía más agarrado y atado a mí. No soporta que le diga "NO" o que le lleve la contraria en algo, se puede tirar una hora diciendo "Mamá, mamá...", me mira con una cara de miedo y deduzco que realmente tiene miedo y se siente inseguro todavía. Yo tengo muchísima paciencia aunque no sea fácil y siento su inseguridad, su miedo a perderme aunque sabe que estoy ahí. Quizás piense que todo esto algún día se va a acabar, no se...
El otro día en un dvd que le gusta mucha salió un cuento y yo siempre le voy explicando para que lo entienda con sus palabras. Es la historia de un niño que se quedó sin papá ni mamá y fue recogido por un hombre que lo adoptó. Pues él estuvo triste cuando le dije que no tenía papás y se había quedado solito. Despues cuando le dije que ya sí tenía un papá que lo quería mucho, él no paro en todo el cuento de decirme que tenía un papá y una mamá, que lo había encontrado, una y otra vez.
Con esto veo que es miedo lo que tiene y que él piensa que todos tienen que tener papás y mamás.
Además él sabe que un día se va a montar en un avión grannnnde para ir a buscar al hermanito a China.
Creo que no entiende toda la magnitud de la situación pero que sí sabe que hay algo que lo hace sentir inseguro.
Perdona, me he alargado un poco. Lo necesitaba.
Un abrazo y hasta pronto.
Hola Beatriz: Gracias, ese horizonte, por supuesto, está ahí. La resiliencia es lo que debemos ir fomentando en los niños, debemos ser tutores de resiliencia, tutores que apoyan sus recursos naturales para hacer frente al dolor de sus historias. Un abrazo, José Luis
Hola Mei: Me alegro de que estés más tranquila y sosegada, el comienzo de curso es un cambio y tu hijo lo acusó hasta que se ha ido adaptando. El que los adultos no perdamos la calma es vital para los niños/as. Y lo de la esquizofrenia, ya sabes que es una enfermedad con unos criterios muy definidos en cuanto a síntomas y duración de los mismos. Tener conductas atípicas como las que tiene tu hijo no significa que presente esquizofrenia. Probablemente presente una tendencia a la desorganización cuando hay estrés fruto probablemente de su base desorganizada de apego. Organización que con el tiempo y el trabajo puede ir adquiriendo.
Un abrazo,
José Luis
Hola Concha: Fíjate que cuando hay una parentalidad incompetente no sé si que el niño sea en la actualidad "dificil" es debido a su temperamento o a la experiencia de apego subóptima con la madre. Es difícil aquí separar lo que es fruto del apego y lo que es del temperamento.
El libro sale la primera semana de noviembre. A partir de la semana que viene (el lunes saco una entrada) hablo de él en mi blog. Creo que os va a gustar y ayudar.
Un abrazo,
José Luis
Hola Elén: Encantado de saludarte y bienvenida. Me agrada mucho que te guste el blog. Respecto a libro que voy a publicar junto con un colega y amigo, a partir de la semana que viene, durante tres lunes, publicaré en el blog posts que hablan con detalle del mismo. Pero te adelanto la referencia:
Autores: José Luis Gonzalo y Óscar Pérez-Muga
Título: "¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo?. Guía para padres adoptivos con hijos con trastornos del apego"
Editorial y año: Desclee de Brouwer, 2011
Gracias por incluirlo en tu base de datos y contribuir a su difusión.
Un abrazo,
José Luis
Hola Alexia: Gracias por difundir el libro en tu blog. El próximo lunes sacaré un post donde hablo con detalle del mismo. Durante dos lunes más, voy a hablar del libro contando cosas sobre él para que la gente lo conozca. Es una guía para padres adoptivos escrita por mi y por mi amigo y colega Óscar Pérez-Muga con la que pensamos vamos a poder orientar y ayudar a muchos padres adoptivos y también a profesionales.
Respecto a tu hijo, yo veo normal que se insegurice y tenga miedo. Sentir que ha podido estar solo, sin nadie, sin papas... es algo que nos estremecería a todos. Por eso, a la vez que le vas contando que a él le pasó eso, le añades que ahora sí tiene unos padres que le quieren y le cuidan. Eso es lo que le dará poco a poco seguridad en vosotros, la irá interiorizando. Las emociones de tristeza que siente puede que te embarguen en algún momento, pero es muy bueno que pueda exteriorizarlas y SIENTA que tú las sientes y que te puedes hacer cargo de las mismas. No te asustes por ello, es sano que tu hijo exteriorice del modo en que lo hace.
Un abrazo y hasta pronto.
José Luis
Gracias por tus contestaciones...consulté lo de la esquizofrenia con mi amiga psicóloga y casi me pega...ja,ja...ahora me río...
Es cierto...que todas coincidimos en que nuestros hijos tienen fuertes temperamentos ¿de nacimiento? puede ser, pero también creados desde bebé, por un alto nivel de excitación de la hormona del estrés, el cortisol...y entonces son más irascibles y el estrés sube...y esto es un círculo interminable...y claro esta situación les lleva a ser niños difíciles, rabiosos que...caen mal en el orfanato, y cuanto más mal caen y menos caso les hacen por antipáticos y exigentes, más estrés acumulan y más corage les tienen las cuidadoras y menos caso les hacen por niños insoportables...y así llegó mi hijo...con un nivel de estrés casi a punto de explosionar y más siendo sordo...aislado y sin que nadie le prestara un mínimo de atención porque era un niño muy difícil y complicado y...en un orfanato...¿quien se complica la vida con un bebé llorón y gritón?...y más en China...
Estamos logrando que ese nivel de estrés baje y...él está ahora más dulce y mimoso y suave; llora de otra manera, aunque sigue siendo muy exigente, algo que estamos también intentando controlar, prolongando cada día un poquito la respuesta a una exigencia caprichosa y haciéndole más paciente con su frustración...Pero...hay, como dices, que tener más paciencia que Job...mucha más y mantener la calma y la templanza...y respirar hondo y...abrazarlo...muuuucho...abrazarlo siempre y besarlo constantemente...y decirle que le amas...
¿sabéis...? ya hemos aprendido el signo de tequiero en lenguaje de sordos y...estamos practicándolo...mi hijo ya lo sabe hacer...y verlo es ternura pura...
Besos Jose Luis...esperamos ese libro...
¿Podrás colgar un vídeo de la presentación de lo que digáis?...
Yo ya he anunciado tu libro en mi blog...
Alexia en tu comunidad no hay un servicio de postadopción...yo me reuno con su psicólogo, en mi comunidad sí hay, periódicamente y...me ha ayudado mucho a interpretar comportamientos y me ha dado técnicas para superarlos...ya que no tenemos cerca a Jose Luis...pues, hay que buscarse otros recursos...
mei
Hola Mei: Estoy completamente de acuerdo contigo. ¿Temperamento dificil o el maltrato desde el nacimiento o a veces, desde la vida intrauterina, es lo que genera un daño y una dificultad en el niño para regular el sistema psicoficiológico y de respuesta al estrés (en el que el cortisol juega un importante papel, ya sabemos por el libro del "El amor maternal" que la madre regula este sistema desde el principio, con su función reflexiva y estabilizadora ante el estrés)? Yo me decanto mucho más por argumentar que es la ausencia de un apego seguro lo que hace que el niño sea "difícil". Y después, tal y como tú muy bien lo recoges, se acentúa por los cuidados de baja calidad de los orfanatos. Nuestra tarea posterior es constituirnos en el abrigo emocional estabilizador de los niños, y esa tarea lleva años pero va dando sus frutos.
¡Cuánto me alegra que tu hijo haya aprendido a decir "te quiero" en el lenguaje de sordos! Por lo que leo, va avanzando y eso es buena señal y fruto de vuestra paciencia y trabajo constante.
El libro sale a la venta la primera semana de noviembre y hablaré de él en varios posts.
Trataremos de ver si nos permiten grabar la presentación y si es posible, la colgaremos de internet.
Un abrazo,
José Luis
En mi caso confundí su carácter con su forma de ser a consecuencia de sus largos años de institucionalización. Ha tenido que pasar varios años para que la niña auténtica pueda asomarse. Tu entrada como siempre me ha permitido aprender y ayudado a comprender mejor a mi hija y a mi misma (me reconozco en una de las formas de apego que explicas)
Espero con ilusión e impaciencia tu libro. También lo sacaré en mi blog y me encantaría sistir a la presentación.
Hola, "cuadernos"...qué suerte que puedas ir...
Quizas podamos invitar a mi ciudad a Jose Luis...a través de la asociación de padres adoptantes que hay funcionando aquí...
Lo miraré...
Claro...si Jose Luis...está dispuesto a viajar...
Hola cuadernos: estaré encantado de verte en la presentación. El jueves 17 noviembre, a las 19,00h en el forum de la FNAC, en Donosti. Si puedes venir, estupendo. Saludos, Jose Luis
Hola Pilar: si acordamos unas fechas, estaría dispuesto a ir y además con gusto y feliz de compartir una jornada con todos/as vosotros/as. Un abrazo, Jose Luis
Hola cuadernos: se me olvido darte las gracias por difundir el libro en tu blog. Un abrazo, Jose Luis
Hola José Luis:
Escribo de Torreón Coahuila; México. Tu blog me parece de lo más interesante y se encuentra entre mis favoritos.
Actualmente soy estudiante de dos carreras universitarias las cuales me apasionan totalmente: Psicología y Educación Preescolar. Me encuentro en el último semestre de cada una y como documento recepcional y tesis abordare el tema del Apego en el aula preescolar, me gustaría abordar como es que éste influye en en el desarrollo socioafectivo del niño así como las dificultades escolares que se puede enfrentar debido a la presencia de trastornos del apego. Me gustaría conocer tu opinión sobre el tema que deseo abordar, así como alguna sugerencia que me desees hacer respecto al tema, también agradecería algunas recomendaciones bibliográficas en donde pueda encontrar información relevante del tema.
Un abrazo desde México, espero tu respuesta :)
Claudia Chacón
Estimada Claudia: Encantado de que te guste buenos tratos. Facilítame tu correo electrónico y respondo a tus preguntas, un saludo cordial, José Luis
Enhorabuena por el libro, que nos vendrá bien a muchos. Soy madre de una niña,casi una jovencita que, a pesar de tener buen carácter y buen fondo, es brusca a veces, estudia lo justo, es desroganizada y "se ausenta" de cualquier conversación o actividad que no le interesa. Ha tenido apoyo académico y va pasando curso, sin repetir, aunque por los pelos y, aunque quisiera ayudarla más (con el método tomatis, taller de destrezas sociales)en esta fase de edad rechaza cualquier extra, se muestra bastante segura de lo que le gusta (más bien por el mundo de los viedeojuegos y actividades poco librescas)y es alérgica a cualquier tipo de autoridad, aunque sea solo firmeza. Hay veces que pienso si se estará alejando de mí: aunque no llega a traspasar las líneas rojas y no es lo que entendemos por conflictiva, se salta alegremente las normas y mi influencia es muy ambigua. Además, hay una persona de mi entorno familiar con enorme influencia en ella y con presupuestos más flexibles. Le parece fantástica (incluso cuando le diagnosticaron TDAH combinado (bastante superado) y tuve que cambiarla de cole, le ríe todas las gracias y aunque aparentemente me respeta, cuestiona mis decisiones y me ridiculiza a mis espaldas. (No es fácil cortar esta situación porque hay una relación familiar estrecha, etcétera, y la niña no lo aceptaría) Así que obviando este problema, ¿qué podría hacer para no seguir ayudándole a crecer y no tirar la toalla? GRacias de antemano, Silvia
Gracias por la felicitación del libro. Respecto a tu caso particular, me resulta muy difícil poder contestar a tu pregunta porque para poder dar una orientación necesitaría conoceros y evaluaros directamente. Solamente dos detalles me llaman la atención (puedo equivocarme): (1) Te refieres a esa persona como que tiene presupuestos más flexibles. ¿Crees que los tuyos no lo son y por lo tanto deberías hacer un trabajo en ese sentido? ¿Puede ser un motivo por el cual la niña se aleje de ti? (2) Esa persona que te desacredita a tus espaldas y le ríe todas las gracias te y le hace a la niña un flaco favor.
Por otro lado, hablas de firmeza y que la niña no le gusta. Aunque no le guste, para determinadas transgresiones hay que usarla. Pero a la par hay que ser cercano a los hijos, escucharles, no censurarles, dedicarles tiempo, dialogar... Tu hija empieza una edad en la que necesita referentes que no sean autoritarios ni tampoco colegas. Figuras adultas cálidas que les demuestran su apoyo y cariño y a la vez personas autorizativas (equilibran la norma con el afecto) Un cordial saludo, José Luis
José Luis, gracias de veras. Soy Silvia, del post anterior y, como dices, sin conocernos no puedes ser más concreto, al igual que yo por pudor, no puedo ser más explícita. De todos modos, me parece bastante acertada tu interpretación, no porque no sea flexible mentalmente, sino porque a veces las madres somos expeditivas, o nos vamos llenando de responsabilidades, los colegios nos agobian con etiquetas o pasándonos la pelota y vamos aprendiendo sobre la marcha, y simultáneamente, en unos casos la pareja y en otros la familia extensa se producen contrastes e intromisiones que complican el proceso. Y entonces tienes que lidiar con eso: ser firme y acompañar al hijo sin perder la ilusión y el temple, y ser consciente de que no será ya solo tu influencia y tu criterio lo que le llega, porque te ha salido una especie de competidor (aparte de los futuros pequeños competidores que puedan llegar, sean amigos o decisiones futuras). Así que en buena parte has acertado: necesito trabajar lo de acompañar y dialogar, porque no puedo pasarme de autoridad ni tampoco hacer dejación de ella como a veces me pide el cuerpo---Un cordial saludo. Difundiré tu blog.
Hola, Silvia: Gracias a ti y gracias por difundir el blog. Estoy de acuerdo contigo en tu pudor y en mi prudencia. Creo que este espacio no es el más adecuado para orientar casos individuales y sí para tratar aspectos generales, teóricos y prácticos. Pero me alegra que las preguntas que te he hecho hayan suscitado la reflexión que haces que sin duda, te ayudará a mejorar la relación con tu hija. Un cordial saludo, José Luis
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