Hace un tiempo me propuse que, entre todos, hiciéramos un listado –comentado, a ser posible- de cuentos que nos parecieran interesantes y útiles por su valor terapéutico y educativo.
El cuento puede ser una metáfora para el niño a través de la cual se le puede ayudar a conocer y expresar sentimientos difíciles de exteriorizar de manera verbal directa. El niño se proyecta inconscientemente en el personaje, la situación o la historia y puede con ello facilitarle el trabajo de elaboración psicológica. También es una manera muy adecuada de facilitar la comprensión y aceptación de cuestiones complicadas de transmitir con las palabras. Y está muy indicado para niños traumatizados –como comentamos la pasada semana- que no tienen disponibles las palabras. Y también para personas (mayores o menores) que aprenden mejor visualmente.
Recientemente, Eduardo se ha pasado por el blog y en la entrada “Mis cuentos favoritos” ha dejado un extenso comentario informándonos de más cuentos que nos pueden ser útiles y ayudarnos en nuestro trabajo con los niños. Muchas gracias, Eduardo.
Hoy quiero hablaros del último cuento que he descubierto gracias a Merçe Pereira, colega y compañera del diplomado de formación especializada para psicoterapeutas infantiles organizado por el IFIV de Barcelona. Estuve –como sabéis- hace unas semanas impartiendo un módulo en el mencionado diplomado. En un descanso, departiendo con Merçe –siempre atenta a novedades en cuanto a materiales- me habló de un cuento al cual puso por las nubes por su valor para trabajar los miedos. Me refiero al cuento titulado: “El abrigo de Pupa” (Elena Ferrándiz. “El abrigo de Pupa”, Editorial Thule)
Con anterioridad, el blog Cuaderno de retazos ya lo mencionó. La autora de este fantástico y artístico blog – me encanta porque es tan diferente a otros, ejerce sobre el visitante un magnetismo especial- se refirió a este cuento indicando que le atrapó inmediatamente.
No puedo estar más de acuerdo: “El abrigo de Pupa” te captura, te subyuga (en el buen sentido), te seduce, te transporta… Con unos dibujos tan originales, con un colorido espectacular, con una estética onírica, el cuento te envuelve en una atmósfera puramente emocional. Es un acierto el escaso texto que tiene, el dibujo prima. Y es que para hablar de los miedos -que de eso trata el cuento-, es necesario que exista un impacto de la imagen, ella casi por sí misma se basta para narrar, pero la palabra que existe es contundente pues enuncia y espeta directamente los miedos. Incluso los que menos nos podríamos imaginar, pues no son sólo miedo a cosas concretas sino a aspectos más abstractos e intangibles.
"Cada mañana se colocaba el abrigo de los miedos, el que tenía desde pequeña y que había ido creciendo a la vez que ella", nos dice al principio la autora.
“Pupa se protege con su abrigo tejido de miedos. Por eso huye de telarañas con forma de corazón, vive atrapada en una concha de caracol, la acechan los árboles y le llueven relojes. A Pupa los miedos le impiden transformarse en lo que de verdad es”
La metáfora del abrigo es genial. Sólo puedo decirle a su autora, Elena Ferrándiz, que su cuento es sensacional. Me recuerda al peso, a la mochila, a la dura carga que el maltrato supone para muchos niños, adolescentes y adultos. Les deja esa sensación de miedo, de terror incluso, ese abrigo que no se pueden quitar hasta que… pueden atreverse a hacerlo sobre todo si se encuentran con personas que sean tutores de resiliencia para ellos y les provean de la energía, fuerza, coraje y ánimo suficientes para poder, al fin, quitarse ese abrigo. Reconocerse como víctimas, enfrentar el dolor y poder rehacerse desde la adversidad. Ser libres, como Pupa al final de la historia.
Y en la contraportada, la autora nos deja esta frase que a nadie dejará indiferente (y que ya es un tesoro en sí para dialogarla con los niños): “Aquello que la oruga llama el fin del mundo, el resto del mundo lo llama mariposa” (Lao Tse)
Pienso que es un libro apropiado para niños mayores (12 años reales), adolescentes y adultos. Me parece una manera excelente de poder entrar y suscitar un trabajo (hablar, dibujar a partir de lo que sintieron…) sobre los miedos que la autora introduce y que les interpela de lleno porque da en la diana de lo que interiormente viven.
Estoy seguro de que no os defraudará.
Mil gracias por esta picada, Merçe.
Viendo que en algún artículo que tiene lo nombra, le dejo esta otra visión sobre Rojas Marcos...
ResponderEliminarSaludos,
Eduardo
Pd: por cierto, al libro se le intuyen enormes posibilidades
El link sobre otra realidad del reconocido psiquiatra
ResponderEliminarhttp://enriquerojaschanchullosymentiras.blogspot.com/search/label/Enrique%20Roja%20psiquiatra
Muchísimas gracias por la recomendación. Lo voy a buscar. Saludos.
ResponderEliminarHola: No recuerdo en estos momentos si he citado al Sr. Rojas Marcos pues existen muchas entradas escritas en mi blog y no recuerdo todo de memoria. Pero si lo he hecho en algún momento me he referido con seguridad a Luis Rojas Marcos, psiquiatra y no al Sr. Enrique Rojas (de quien nuca he oído hablar) Son dos personas distintas. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola Silvia: Gracias a ti, me alegro de que te resulte útil. Saludos, José Luis
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