El pasado viernes día 15 fui a Gijon invitado por Asturadop, Asociacion Asturiana de Adoptantes, para participar como ponente en las jornadas tituladas: "El buen trato a la infancia. Resiliencia Educativa" Cuando Joaquin García, su presidente, me lo propuso no me lo pensé ni un minuto. Estaba encantado de poder compartir con los padres y las madres adoptivos/as de esta bella región mis experiencias y conocimientos. Además, hacia muchos anos que no visitaba Gijon, ciudad que me trae muchos recuerdos de tiempos atrás, veranos de juventud, en los que disfrutamos de sus encantos. La he encontrado lógicamente, muy cambiada y mejorada.
Joaquin García fue quien personalmente, me recibió y acompañó durante todo el día. A mi y a Laura Heckel, Secretaria de la Asociacion La voz de los adoptados, quien también participó en las jornadas, impartiendo otra ponencia, a continuación de la mía. Una agradable joven que me ha impactado y sorprendido gratamente por su proceso personal de superación y porque es un vivo ejemplo de que la resiliencia es posible.
A las 17,00h estabamos citados para proseguir las jornadas, para celebrar su segundo y ultimo día, en el Salon del Acuario de Gijon, un magnifico lugar que cuenta con unas formidables instalaciones. Es realmente curioso y atractivo dar una charla teniendo a tu espalda y frente al público un acuario con una cristalera en la que los peces nadan a sus anchas. Lejos de distraer, como yo pensé, le da un efecto relajante.
Primero intervino Joaquin García para excusar a Enrique Vila abogado, cuya ponencia se titulaba: "Hijos bastardos", por su imposibilidad para acudir a las jornadas por motivos familiares. Tenía que haber intervenido entre servidor y Laura, pero desgraciadamente, motivos de fuerza mayor se lo impidieron. No obstante, Joaquin García, en su nombre, leyó la charla que Enrique envió por escrito.
Joaquin García fue quien personalmente, me recibió y acompañó durante todo el día. A mi y a Laura Heckel, Secretaria de la Asociacion La voz de los adoptados, quien también participó en las jornadas, impartiendo otra ponencia, a continuación de la mía. Una agradable joven que me ha impactado y sorprendido gratamente por su proceso personal de superación y porque es un vivo ejemplo de que la resiliencia es posible.
A las 17,00h estabamos citados para proseguir las jornadas, para celebrar su segundo y ultimo día, en el Salon del Acuario de Gijon, un magnifico lugar que cuenta con unas formidables instalaciones. Es realmente curioso y atractivo dar una charla teniendo a tu espalda y frente al público un acuario con una cristalera en la que los peces nadan a sus anchas. Lejos de distraer, como yo pensé, le da un efecto relajante.
Primero intervino Joaquin García para excusar a Enrique Vila abogado, cuya ponencia se titulaba: "Hijos bastardos", por su imposibilidad para acudir a las jornadas por motivos familiares. Tenía que haber intervenido entre servidor y Laura, pero desgraciadamente, motivos de fuerza mayor se lo impidieron. No obstante, Joaquin García, en su nombre, leyó la charla que Enrique envió por escrito.
A continuación, el presidente de Asturadop, Joaquín García, introdujo la participación de este servidor de ustedes y la de Laura Heckel. Presenté una comunicación titulada: "Niños con problemas de conducta derivados de un trastorno del apego: qué se puede hacer desde la escuela" En primer lugar, versé sobre la resiliencia primaria y el apego seguro, vinculando la primera con la segunda. Seguidamente, pasamos a describir el concepto de resiliencia secundaria, la cual se construye cuando se ha carecido -o no ha existido la primera- de manera suficiente. Los propios recursos naturales de los niños y niñas para resistir el impacto de las experiencias traumáticas, promovidos y potenciados por adultos significativos que en un momento dado aparecen en el camino del menor, o por experiencias o situaciones concretas que, como dice Boris Cyrulnik, provocan un renacer en las personas. Y los tutores de resiliencia serían las personas que hacen que eso sea posible para el niño/a. Si, utilizando la metáfora del edificio, la resiliencia primaria fuese los cimientos de la casa, la resiliencia secundaria sería como las casas antiguas que se sujetan entre sí. O como los arbotantes de las catedrales góticas, que con su sujeción y fuerza sostienen la estructura. Así debemos ser los adultos para estos niños/as: los que les sujeten todo el tiempo que necesiten en su proceso vital.
Una de las personas que precisamente, continué con la propuesta de la charla, puede ser tutor de resiliencia es el profesor/a del colegio. El profesor/a o maestro/a es una de las figuras con las que el niño/a pasa mas tiempo, siendo significativa en su vida. Todos/as recordamos a nuestros maestros y maestras, especialmente a los que más se volcaron con nosotros/as. Los profesores suelen manifestar y a veces con razón, que tienen muchos niños/as a su cargo y que les resulta muy difícil dar a cada uno/a todo lo que necesita. Además, precisan del respaldo de la institución para la cual trabajan, mas tiempo para la formación y el reciclaje profesional, mas recursos para poder ayudar a sus alumnos/as y sobre todo, la recuperación de su prestigio y autoridad social.
Hay algunos profesores/as que pese a todo lo anterior, a pesar de la dificultad, se entregan y se vuelcan con los ninos/as, especialmente con los/as que mas necesitan de ellos/as. Piensan que el cuidado y responsabilidad de los menores nos competen a todos/as. Sienten afecto por ellos/as y se comprometen personalmente. Dentro de lo que pueden, pero se implican. Si no se quiere a los niños/as -y esto es una opinión personal que expuse en la charla- no creo que una persona pueda dedicarse a ninguna profesión que tenga que ver con estar, relacionarse con ellos/as y ayudarles.
La charla concluyó explicando la tipología del apego y cómo el profesor/a puede relacionarse y pautar a los niños/as en función de ésta tal y como os he explicado en posts recientes lo hace la autora Heather Geddes en su libro El apego en el aula. Finalmente, puse un ejemplo de cómo un tutor/a y un equipo escolar pueden convertirse en tutor/a no sólo de curso sino de resiliencia mediante la exposición del caso de un niño. Trabajé con el tutor, el claustro de profesores, la orientadora escolar y las profesoras de pedagogía terapéutica de un colegio asesorándoles sobre cómo actuar con el menor. Un niño que presentaba severas alteraciones de conducta y emocionales como consecuencia de un apego desorganizado y cómo gracias a toda la implicación y trabajo de todos los agentes escolares se consiguió su adaptación a la escuela: sentirse aceptado, reducir su alto malestar emocional a través de un trabajo vincular con su tutor y sus profesoras de pedagogía terapéutica y, como consecuencia, un descenso de las conductas problemáticas como las agresiones a compañeros/as, las interrupciones del ritmo de la clase y los comportamientos desafiantes. La solución no fue -ni es ni será nunca- expulsar a los menores a casa unos días o retirarles de las actividades, sino relacionarse con ellos/as desde la aceptación fundamental: el niño/a es siempre aceptado y querido, pero sus conductas negativas no son toleradas. Este principio lo aprendí (entre otras muchísimas cosas) con la psicologa y psicoterapeuta Maryorie Dantagnan con quien me formé en el Instituto de Investigación Acción sobre la Violencia y sus Consecuencias (IFIV, de Barcelona), quien dirigió y supervisó mi practica profesional durante unos cuantos años: Maryorie: siempre te estaré agradecido porque el aprendizaje de los fundamentos de la psicoterapia infantil con los/as niños/as víctimas de los traumas provocados por los malos tratos te los debo a ti, pues tuve la suerte de econtrarte en un momento de mi vida profesional en el que no sabia cómo trabajar con estos menores. Maryorie Dantagnan me enseñó la metodologia, las técnicas, cómo relacionarse con el niño/a y muchas cosas más -que me darían para cientos y cientos de líneas- a la par que me dio confianza, ratificó mis puntos fuertes, me hizo ver con delicadeza los débiles y cómo modificarlos, siempre dentro de un clima de apoyo y fomento del crecimiento personal y profesional. Una parte de lo que transmito hoy en día en el blog y en otros foros es de Maryorie Dantagnan y creo que es de justicia decirlo así, públicamente, al mismo tiempo que le (te) dedico este pequeño pero sentido homenaje desde el blog.
Bueno, decía y dije en la charla de las jornadas de Asturadop -después de este necesario excursus-, que la aceptación fundamental debe de regir la relación con el niño/a al que queremos y deseamos fomentar su resiliencia. Los limites y las normas los irá interiorizando si siente, aunque nos ponga a prueba una y mil veces, que verdaderamente le importamos. Y para conseguir que un niño/a con trastorno del apego respete a los demás, es necesario seguir unas líneas de actuación que siempre serán propias para cada caso pero que en líneas generales he expuesto en muchas otras entradas de este blog o las podéis encontrar en la guía que publiqué -Guía para el apoyo educativo de niños con trastorno del apego- o en el ya mencionado libro de Geddes. En la charla de Asturadop las expliqué junto con, como he dicho, el ejemplo de un caso real.
Una de las personas que precisamente, continué con la propuesta de la charla, puede ser tutor de resiliencia es el profesor/a del colegio. El profesor/a o maestro/a es una de las figuras con las que el niño/a pasa mas tiempo, siendo significativa en su vida. Todos/as recordamos a nuestros maestros y maestras, especialmente a los que más se volcaron con nosotros/as. Los profesores suelen manifestar y a veces con razón, que tienen muchos niños/as a su cargo y que les resulta muy difícil dar a cada uno/a todo lo que necesita. Además, precisan del respaldo de la institución para la cual trabajan, mas tiempo para la formación y el reciclaje profesional, mas recursos para poder ayudar a sus alumnos/as y sobre todo, la recuperación de su prestigio y autoridad social.
Hay algunos profesores/as que pese a todo lo anterior, a pesar de la dificultad, se entregan y se vuelcan con los ninos/as, especialmente con los/as que mas necesitan de ellos/as. Piensan que el cuidado y responsabilidad de los menores nos competen a todos/as. Sienten afecto por ellos/as y se comprometen personalmente. Dentro de lo que pueden, pero se implican. Si no se quiere a los niños/as -y esto es una opinión personal que expuse en la charla- no creo que una persona pueda dedicarse a ninguna profesión que tenga que ver con estar, relacionarse con ellos/as y ayudarles.
La charla concluyó explicando la tipología del apego y cómo el profesor/a puede relacionarse y pautar a los niños/as en función de ésta tal y como os he explicado en posts recientes lo hace la autora Heather Geddes en su libro El apego en el aula. Finalmente, puse un ejemplo de cómo un tutor/a y un equipo escolar pueden convertirse en tutor/a no sólo de curso sino de resiliencia mediante la exposición del caso de un niño. Trabajé con el tutor, el claustro de profesores, la orientadora escolar y las profesoras de pedagogía terapéutica de un colegio asesorándoles sobre cómo actuar con el menor. Un niño que presentaba severas alteraciones de conducta y emocionales como consecuencia de un apego desorganizado y cómo gracias a toda la implicación y trabajo de todos los agentes escolares se consiguió su adaptación a la escuela: sentirse aceptado, reducir su alto malestar emocional a través de un trabajo vincular con su tutor y sus profesoras de pedagogía terapéutica y, como consecuencia, un descenso de las conductas problemáticas como las agresiones a compañeros/as, las interrupciones del ritmo de la clase y los comportamientos desafiantes. La solución no fue -ni es ni será nunca- expulsar a los menores a casa unos días o retirarles de las actividades, sino relacionarse con ellos/as desde la aceptación fundamental: el niño/a es siempre aceptado y querido, pero sus conductas negativas no son toleradas. Este principio lo aprendí (entre otras muchísimas cosas) con la psicologa y psicoterapeuta Maryorie Dantagnan con quien me formé en el Instituto de Investigación Acción sobre la Violencia y sus Consecuencias (IFIV, de Barcelona), quien dirigió y supervisó mi practica profesional durante unos cuantos años: Maryorie: siempre te estaré agradecido porque el aprendizaje de los fundamentos de la psicoterapia infantil con los/as niños/as víctimas de los traumas provocados por los malos tratos te los debo a ti, pues tuve la suerte de econtrarte en un momento de mi vida profesional en el que no sabia cómo trabajar con estos menores. Maryorie Dantagnan me enseñó la metodologia, las técnicas, cómo relacionarse con el niño/a y muchas cosas más -que me darían para cientos y cientos de líneas- a la par que me dio confianza, ratificó mis puntos fuertes, me hizo ver con delicadeza los débiles y cómo modificarlos, siempre dentro de un clima de apoyo y fomento del crecimiento personal y profesional. Una parte de lo que transmito hoy en día en el blog y en otros foros es de Maryorie Dantagnan y creo que es de justicia decirlo así, públicamente, al mismo tiempo que le (te) dedico este pequeño pero sentido homenaje desde el blog.
Bueno, decía y dije en la charla de las jornadas de Asturadop -después de este necesario excursus-, que la aceptación fundamental debe de regir la relación con el niño/a al que queremos y deseamos fomentar su resiliencia. Los limites y las normas los irá interiorizando si siente, aunque nos ponga a prueba una y mil veces, que verdaderamente le importamos. Y para conseguir que un niño/a con trastorno del apego respete a los demás, es necesario seguir unas líneas de actuación que siempre serán propias para cada caso pero que en líneas generales he expuesto en muchas otras entradas de este blog o las podéis encontrar en la guía que publiqué -Guía para el apoyo educativo de niños con trastorno del apego- o en el ya mencionado libro de Geddes. En la charla de Asturadop las expliqué junto con, como he dicho, el ejemplo de un caso real.
Laura Heckel, Secretaria de la Asociación La voz de los adoptados, intervino seguidamente. Esta Asociación se está convirtiendo por su gran labor, en un referente para todo/a adoptado/a porque la forman jóvenes, que han vivido la experiencia de la adopción. Pueden comprender y empatizar con una persona adoptada y esto es muy importante. Además, por lo que pude escuchar el tiempo que compartimos en las jornadas, realizan una labor de apoyo integral a la persona adoptada. Especialmente, a aquellos que se plantean la búsqueda de sus orígenes, un delicado asunto que está siempre presente en la vida de estas personas. Ellos ayudan, orientan y recomiendan cómo hacerlo -cuentan además con profesionales que colaboran con la Asociación-, así que es importante seguir sus orientaciones y ponerse en contacto con ellos. Esta es su web: http://www.lavozdelosadoptados.es/
Laura participó con la ponencia titulada: "Una experiencia real. Resiliencia en adopción" Es una joven que me impresionó positivamente por su valentía y por el trabajo personal que ha hecho para desarrollar la resiliencia elaborando su propia historia de vida y su dolor emocional. Me pareció una persona que sabe conectar con los demás, con habilidades sociales y emocionales, y que fue capaz de crear un clima afectivo con los participantes, padres y madres, de una manera natural. Su charla tuvo ingredientes de su vida personal que puso como modelo de cómo es posible la resiliencia, pero también ofreció recomendaciones y pautas que ella, desde su saber y práctica en la Asociación, propone a los padres y madres para sus hijos/as. Fue una delicia de charla. Yo terminé pensando que las comunicaciones vivenciales de personas como Laura, admirables, tienen una utilidad a veces mayor que las de los profesionales, pues nos solemos perder en el tecnicismo o en realidades que no entran dentro de los centros de interés de los padres y madres. Pero no vale cualquiera: hay que saber comunicar y conectar, y en este sentido, Laura Heckel lo hizo fenomenalmente bien.
Las jornadas terminaron con un excelente lunch servido por la Asociación Asturadop como cierre festivo de las mismas. En ese ambiente más distendido tuve la oportunidad de charlar con algunos padres y madres y escuchar sus opiniones y vivencias. Fue una prolongación informal de las jornadas pero tan importante o más que el formal de la charla en la sala. Tuve la ocasión de conocer personalmente a José Luis Pedreira, psiquiatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, un prestigioso psiquiatra con quien realicé una formación hace ya unos años. Fue un placer verle y conocerle personalmente porque la formación fue... ¡virtual!
Termino dándole las gracias a Joaquin García por el excelente trato y acogida dispensada y a toda la familia que forma Asturadop.
Pronto dispondréis de las presentaciones de los ponentes que han participado en las jornadas colgadas en la web de Asturadop.
Blog de Laura Heckel
PD.: Esta semana tiene lugar El I Congreso Europeo sobre Resiliencia. Lo voy a seguir a través de internet pero van a acudir muchos/as amigos y amigas que me darán cumplida información.
Hola José Luis,
ResponderEliminarHace tiempo que no escribo y es que tengo tan poquito tiempo últimamente...
Con tu permiso, voy a poner esta entrada en mi blog. Como siempre es instructiva y constructiva.
Abrazos de esta futura madre que cuenta los días para abrazar a su hijo.
Hasta pronto.
Hola, Alexia: Un gusto saludarte y que te pases por aquí. Puedes disponer de las entradas a tu gusto, para mi es un honor y una alegría saber que son interesantes y que se expanden, pudiendo llegar a mas personas. Suelo pasarme por tu blog aunque no deje huella. Espero que pronto puedas abrazar a tu hijo. Avisamos, eh! Para que podamos compartir la alegría contigo. Animo, y un abrazo. Jose Luis.
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