Invitado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, he impartido un curso sobre el apego a profesionales (psicólogos clínicos, psiquiatras y enfermeros/as) pertenecientes a las diferentes unidades de salud mental de la Junta de Andalucía.
El objetivo de los organizadores del curso era que pudiéramos aproximar a los facultativos a la teoría del apego y cómo trabajar los diferentes casos que se les presentan en consulta desde este modelo.
A sabiendas de que el modelo imperante es demasiado patográfico (diagnóstico categorial y tratamiento), se pretendía que los profesionales accedieran a conocer a sus pacientes desde un modelo historiográfico (la persona en su totalidad: su historia, sus circunstancias vitales presentes y sus representaciones mentales acerca de cómo se perciben a sí mismos, a los otros y al mundo que les rodea)
De este modo, conocer la teoría del apego es fundamental para comprender y poder engranar las dificultades, problemas o patologías de la persona que sufre dentro de un modelo comprensivo. Un modelo que aborda el ser con otros.
El curso se centró en conocer la teoría del apego, los tipos de apego (seguro, inseguro ansioso-ambivalente, inseguro evitativo y desorganizado) y los aspectos fundamentales de una psicoterapia focalizada en el apego.
Con una metodología activa, se partió primero de lo que los participantes conocían para co-construir el conocimiento entre todos los asistentes. Posteriormente, se les proporcionaron conocimientos, por parte del profesor, acerca de los temas propuestos. Se hizo especial énfasis en cómo evaluar los apegos disfuncionales y cómo se manifiestan en la práctica clínica, con el fin de que los profesionales puedan detectarlos. Y, finalmente, respecto al tratamiento psicoterapéutico, se incidió en cómo llevar adelante un tratamiento (basado en la relación terapéutica) y cuáles son las técnicas más adecuadas.
Desde aquí mi agradecimiento a los responsables de formación de la Escuela Andaluza de Salud Pública por permitir compartir mis conocimientos y experiencias profesionales con otros muy cualificados, sobre todo porque es una oportunidad para extender el modelo del apego que tan buenos resultados ofrece a las personas que han padecido historias de vida en las que han estado presentes los malos tratos, el abuso y el abandono psicológicos.
El objetivo de los organizadores del curso era que pudiéramos aproximar a los facultativos a la teoría del apego y cómo trabajar los diferentes casos que se les presentan en consulta desde este modelo.
A sabiendas de que el modelo imperante es demasiado patográfico (diagnóstico categorial y tratamiento), se pretendía que los profesionales accedieran a conocer a sus pacientes desde un modelo historiográfico (la persona en su totalidad: su historia, sus circunstancias vitales presentes y sus representaciones mentales acerca de cómo se perciben a sí mismos, a los otros y al mundo que les rodea)
De este modo, conocer la teoría del apego es fundamental para comprender y poder engranar las dificultades, problemas o patologías de la persona que sufre dentro de un modelo comprensivo. Un modelo que aborda el ser con otros.
El curso se centró en conocer la teoría del apego, los tipos de apego (seguro, inseguro ansioso-ambivalente, inseguro evitativo y desorganizado) y los aspectos fundamentales de una psicoterapia focalizada en el apego.
Con una metodología activa, se partió primero de lo que los participantes conocían para co-construir el conocimiento entre todos los asistentes. Posteriormente, se les proporcionaron conocimientos, por parte del profesor, acerca de los temas propuestos. Se hizo especial énfasis en cómo evaluar los apegos disfuncionales y cómo se manifiestan en la práctica clínica, con el fin de que los profesionales puedan detectarlos. Y, finalmente, respecto al tratamiento psicoterapéutico, se incidió en cómo llevar adelante un tratamiento (basado en la relación terapéutica) y cuáles son las técnicas más adecuadas.
Desde aquí mi agradecimiento a los responsables de formación de la Escuela Andaluza de Salud Pública por permitir compartir mis conocimientos y experiencias profesionales con otros muy cualificados, sobre todo porque es una oportunidad para extender el modelo del apego que tan buenos resultados ofrece a las personas que han padecido historias de vida en las que han estado presentes los malos tratos, el abuso y el abandono psicológicos.