Un año más se nos va. Es el momento de hacer balance. Por mi parte, no lo puedo terminar mejor gracias al premio que ha otorgado a este blog el de Adopta Extremadura “por su blog lleno de inteligencia y saber hacer y sobre todo por su dedicación profesional exclusiva a los niños con problemas de conducta, sobre todo los relacionados con el abandono y los malos tratos” Desde aquí mi agradecimiento por esta distinción. Es un estímulo que nos ayuda a seguir adelante.
Quiero cerrar el año con más agradecimientos. Para mí, el más importante: A vosotros/as. Gracias a todos/as los que habitualmente os pasáis por aquí y hacéis realidad, con vuestra participación, que este blog se mantenga con la misma ilusión con la que empezó. Espero y deseo seguir contando con todos/as vosotros/as y por mi parte, espero seguir perseverando en la tarea de publicar, al menos, un post por semana que sea socialmente útil, con variedad de contenidos pero con predilección por los temas que hacen referencia a los malos tratos, el trauma, el apego y la resiliencia.
Por eso, os transmito mis mejores deseos para el próximo año 2010: ¡Feliz Año Nuevo para todos/as!
Y quiero, además, despedir el año brindándoos esta preciosa pieza musical, interpretada por Plácido Domingo, titulada: “No puede ser”, de la Zarzuela “La Tabernera del Puerto”. Me cuenta un amigo que cuando la cantó en Nueva York, en Central Park, el público no escuchaba ni italiano, ni alemán, las dos principales lenguas de la lírica. Era castellano lo que oía, en una preciosa melodía. Dicen que el público se preguntaba: "¿De quién es esta emotiva pieza?" Pues de Pablo Sorozabal, un hombre sencillo, donostiarra, fue socio de la Sociedad Gastronómica Ollagorra, capaz de concebir esta maravilla... Lo sencillo es lo más sublime cuando es capaz de emocionar. La he elegido porque su autor es donostiarra, como yo, por su emotividad y por seleccionar algo que no fuera un villancico o canción de navidad pero que pudiera sintonizar con estas fechas. Plácido Domingo hizo universal al maestro Sorozabal.
Me ha parecido que destila belleza -y transmitir belleza es una de las mejores formas de decir adiós a este 2009- y, por lo tanto, lo mejor que os puedo regalar.
Quiero cerrar el año con más agradecimientos. Para mí, el más importante: A vosotros/as. Gracias a todos/as los que habitualmente os pasáis por aquí y hacéis realidad, con vuestra participación, que este blog se mantenga con la misma ilusión con la que empezó. Espero y deseo seguir contando con todos/as vosotros/as y por mi parte, espero seguir perseverando en la tarea de publicar, al menos, un post por semana que sea socialmente útil, con variedad de contenidos pero con predilección por los temas que hacen referencia a los malos tratos, el trauma, el apego y la resiliencia.
Por eso, os transmito mis mejores deseos para el próximo año 2010: ¡Feliz Año Nuevo para todos/as!
Y quiero, además, despedir el año brindándoos esta preciosa pieza musical, interpretada por Plácido Domingo, titulada: “No puede ser”, de la Zarzuela “La Tabernera del Puerto”. Me cuenta un amigo que cuando la cantó en Nueva York, en Central Park, el público no escuchaba ni italiano, ni alemán, las dos principales lenguas de la lírica. Era castellano lo que oía, en una preciosa melodía. Dicen que el público se preguntaba: "¿De quién es esta emotiva pieza?" Pues de Pablo Sorozabal, un hombre sencillo, donostiarra, fue socio de la Sociedad Gastronómica Ollagorra, capaz de concebir esta maravilla... Lo sencillo es lo más sublime cuando es capaz de emocionar. La he elegido porque su autor es donostiarra, como yo, por su emotividad y por seleccionar algo que no fuera un villancico o canción de navidad pero que pudiera sintonizar con estas fechas. Plácido Domingo hizo universal al maestro Sorozabal.
Me ha parecido que destila belleza -y transmitir belleza es una de las mejores formas de decir adiós a este 2009- y, por lo tanto, lo mejor que os puedo regalar.
Disfrutadla, es mi pequeño homenaje a todos/as los/as seguidores/as de este blog.
Va por vosotros/as.
La fotografía está cogida del blog de Mariví Romero