Muchos niños adoptados tienen a sus espaldas historias de vida en las que padecieron carencias, abandono y, en algunos casos, malos tratos. Tuvieron que desarrollar mecanismos adaptativos para hacer frente a esas condiciones. Otros fueron adoptados casi desde el nacimiento y no portan esa mochila, pero no obstante ellos deben hacer frente a sus orígenes, de dónde y de quiénes proceden.
Las asociaciones que apoyan a los padres en el proceso pre y post adoptivo son conscientes de ello y les alientan a que tengan en cuenta esta realidad, enseñándoles que con sus hijos, además de ir construyendo un vínculo, hay que estar preparados para hablarles de la adopción y de sus orígenes con naturalidad, permitiendo y acogiendo la expresión de sentimientos en torno a ello.
Cuando existe trauma crónico (esto es, niños y niñas que han vivido situaciones muy intensas y prolongadas de carencias, abandono y malos tratos), es muy probable que presenten problemas y dificultades de aprendizaje y conductuales severos como consecuencia de un trastorno del vínculo de apego (Para saber más sobre esto, visitad los post sobre apego)
Es por ello por lo que muchos padres adoptivos derivan a sus hijos a tratamiento psicoterapéutico, con el fin de tratar todos estos problemas y también ayudarles a ellos sobre cómo educar mejor a sus hijos. Hay padres que tienen que responsabilizarse de menores muy dañados resultando un auténtico desafío para ellos.
Cada vez somos más conscientes de que cualquier tipo de psicoterapia no es válida. El modelo de psicoterapia fundamentado en el tratamiento del trauma y del apego es el que se considera de elección. Dentro de una relación terapéutica que fomente un apego también terapéutico que se constituya en la base reparadora, se van utilizando con los niños/as distintas técnicas que tratan de ayudarles a autoconocerse, regular sus emociones, expresarlas adecuadamente, modificar sus ideas y creencias respecto a los modelos internos que tienen acerca de cómo les cuidaron, atender a los síntomas que puedan presentar (los niños/as presentan cuadros muy diversos entre los que cabe esperar la depresión, los trastornos de conducta, hiperactividad, trastornos de alimentación, de los impulsos, trastornos de la eliminación, miedos, fobias, ansiedad generalizada, trastornos del aprendizaje, de la atención…), abordar los contenidos traumáticos exponiéndose, liberándolos y desarrollando sentimientos de control sobre los mismos y, finalmente, la reconstrucción de su historia de vida. Que el niño enfrente el trauma y lo integre y que desde la relación terapéutica vaya adquiriendo patrones relacionales sanos y constructivos, es lo fundamental.
Este trabajo de reconstrucción de su historia de vida es clave. Supone ir ayudando al niño/a a desarrollar una narrativa que le aporte una visión coherente de los distintos sucesos traumáticos por los que ha pasado.
¿Por qué es tan importante una narrativa? Daniel Siegel dice que "...las narrativas se han podido originar como una parte fundamental del discurso social. Las historias tratan de dar sentido a los acontecimientos y a las experiencias mentales de los personajes. Las historias funcionan para crear una sensación de comprensión coherente del individuo en el mundo a lo largo del tiempo. La mente hace un esfuerzo integrador para crear una sensación de coherencia en sus propios estados a través de diferentes momentos y contextos"
¿Qué sucede cuando el niño/a vive, sobre todo desde temprana edad, una sucesión de acontecimientos externos y experiencias internas sobrecargantes para su mente en forma de abandono o maltrato? Que la mente se puede tornar más caótica, incoherente y ese esfuerzo integrador se puede ver comprometido.
El niño tratará de buscar un sentido a lo vivido, pero este sentido puede ser sumamente incoherente, fragmentado, suelto, deslavazado. Ahí es donde observamos que su mente no se ha integrado.
Si le ayudamos en psicoterapia a reconstruir su historia, le estaremos aportando una narrativa y ayudaremos a juntar los fragmentos que él ya tiene; veremos cómo ha rellenado los huecos (para buscar algún tipo de comprensión) Y le aportaremos una narrativa que termine de dar sentido a lo que él no puede o no sabe dar. Y por lo tanto, favoreceremos una mente y un cerebro más integrado y organizado. Por ello es importante este trabajo hecho por especialistas en psicoterapia.
Por lo tanto, la psicoterapia debe de incorporar el objetivo de reconstrucción de la historia de vida del niño. Sobre cómo hacerlo, en qué momento, bajo qué contexto y con qué técnicas, nos da para otra entrada.
Sobre quienes dudan o tienen miedo de abrir la Caja de Pandora del niño, hacerle daño o perjudicarle tratando su historia de vida, les recuerdo la frase de Boris Cyrulnik: “El horror de lo imaginario es terrible; el horror de lo real tiene un punto de esperanza” El niño, siguiendo esa vocación que tiene la mente de dar sentido a lo que vive, quedará a merced de lo que su imaginación le dicte. Por eso debemos abrirle a lo real, pues le proporciona al niño mucho más ánimo y confianza.
Hola José Luis,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reportaje y tienes toda la razón. Es verdad que el niño adoptado tiene desde su inicio de vida un pasado que puede ser más o menos bueno pero que siempre será un trauma porque la separación de sus padres biológicos, su entrada y vivencias en un centro de acogida u orfanato y su posterior adopción en el mejor de los casos son demasiado para una vida tan corta y tan frágil.
Creo que la reticencia de algunos padres a llevar a sus hijos a terapia cuando lo necesitan es por miedo, miedo a descubrir "cosas" que le puedan hacer daño tanto al niño como a ellos mismos y sobre todo a que el niño pueda quererles menos, se siente uno como amenazado por un pasado que nos asusta.
No se si me tocará vivir esta experiencia de terapias pero si puede ayudar a mi hij@ a mejorar su vida, a que comprenda la realidad de sus orígenes de las cuales NUNCA hay que mentirle y a que se sienta más seguro de si mismo y de sus padres, no dudaré ni un instante.
De nuevo te doy las gracias por tus comentarios siempre justos y pertinentes.
Hasta pronto. Saludos.
http://adoptaextremadura.blogspot.com/
Gracias a ti Alexia por tu excelente aportación. Me ha gustado mucho que te refieras a los miedos -y creo que das en el clavo- de los propios padres a llevar a su hijo a psicoterapia por tocar un pasado que les amenaza pero también asusta a los padres porque quizá el niño les querrá menos... Así es, y hay que ser comprensivos y sensibles con este legítimo sentimiento. Precisamente creo que los profesionales que hacemos psicoterapia debemos de explicar a los padres qué tipo de psicoterapia vamos a hacer y con qué objetivos, hablando, tratando y comprendiendo los miedos que ellos pueden sentir. Y ayudando a entender que a la larga, el vínculo con ellos saldrá fortalecido con la psicoterapia.
ResponderEliminarRecibe un saludo cordial,
José Luis
José Luis, veo con alegría que tu blog va creciendo y enriqueciéndose a la vez. Felicidades y ánimo a un mismo tiempo. Me sigue pareciendo una tribuna estupenda para los padres y madres (y cómo no para los profesionales, bien sean sicólogos, profesores, etc.) que tenemos que bregar con hijos adoptados, con hijos que han sufrido en su "vida anterior" y que en muchas ocasiones "no sabemos por dónde tirar".
ResponderEliminarMi admiración y agradecimiento.
Hola, Gemma: Hacía tiempo que no pasabas por aquí. Me alegra que te hayas dado una vuelta y te agradezco tus palabras de aliento y elogio al blog.
ResponderEliminarSaludos afectuosos,
José Luis
Hola José Luis, en primer lugar muchas gracias por tu blog, CUANTA RAZÓN TIENES con lo de la elaboración de la historia personal,y si es necesaria la psicoteria, yo desde mi experiencia solo puedo decir que nos ha sido de gran ayuda para comprender pq mi hija de 8 años se siente como se siente, porqué de repente a veces siente una tristeza y una pena inmensas, cuando ella normalmente es una niña muy alegre y vitalista, porqué tuvo una época hace unos meses de rabia e ira focalizadas hacia nosotros y más concretamente contra mi, y que gracias a la psicoteria ha superado.
ResponderEliminarSolo puedo decir a los padres adoptivos que no tengan miedo, que precisamente la elaboración y comprensión de su historia es lo que nos une más con nuestros hijos, compartir su dolor y hacerles ver que nosotros siempre estaremos ahí, que nunca más estarán solos y que lo que les ha pasado, el abandono, es una parte de su vida pero no toda su vida. A mi hija se le hace muy duro pensar en pq la abandonaron y no la cuidaron, pero también le preocupa qué será de su familia biológica, si estarán bien, si tiene otros hermanos y todo ello a nosotros como padres no debe darnos miedo porque no implica para nada que no nos quieran y no quiera estar con nosotros.
También me gustaría que desde instancias públicas se nos diera a todos los padres adoptivos más información y apoyo sobre toda la etapa postadoptiva. Hay mucha información sobre los trámites y la llegada del menor, pero muy poca acerca de la evolución y vida cotidiana, parece como si fueran a quedarse siempre pequeños, pero no es así, nuestros niños también crecen, se hacen adolescentes y adultos y queramos o no tienen vivencias y necesidades diferentes al resto de sus compañeros.
Repito MUCHAS GRACIAS y espero seguir aprendiendo gracias a gente como tú.
Olga
Hola Olga: Gracias por participar y enriquecer el blog con tus comentarios. También he de decirte que CUÁNTA RAZÓN TIENES TÚ Y LAS DEMÁS PERSONAS QUE PARTICIPÁIS porque habéis añadido a la entrada que he escrito un aspecto fundamental que es el de tocar los miedos de los padres y animarles a éstos a enfrentarlos argumentando, como es tu caso, que la psicoterapia le ayudará a elaborar su pasado, el abandono y por supuesto el temor y la culpa acerca de qué será de su familia biológica, etc.
ResponderEliminarDemuestras una gran sensibilidad y empatía hacia tu hija, sabes leer muy bien su mente; eres muy consciente (y por eso le podrás ayudar mucho) de lo que supone haber pasado por una dura historia de vida... Y esto, aunque es así en la mayoría de los padres, puedo asegurarte que no lo es en todos. No hay nada peor que banalizarle al niño lo que ha vivido pues lo que necesita precisamente es que le digan que es legítimo lo que siente y que le comprendan y le recojan en esos sentimientos... Esto le ayudatrá enormente a sanar de sus heridas.
Estoy contigo en ese abandono al que os someten en el postadoptivo, no hay nada desde las instancias públicas para acompañaros, asesoraros y ayudaros. Y es cierto que los niños crecen y su adolescencia suele ser un gran desafío. Además, no lo olvidemos, hay padres que han de hacerse cargo y educar a niños muy dañados y se quedan literalmente solos en esto.
Los grupos de padres, reunidos en torno a profesionales, son de gran ayuda al menos.
Gracias por tus palabras de elogio. Trato de compartir lo que aprendo y aportar mi granito de arena.
Encantado de que hayas participado y encantado de que vuelvas. Un cordial saludo,
José Luis
Hola José Luis:
ResponderEliminarVivo en Barcelona, uno de los lugares donde tradicionalmente ha habido más adopciones y dentro de estas, la que más adopciones "exóticas" ha generado. Milagrosamente no conozco a nadie cercano que no sea padre adoptivo pero sí los veo por todos lados, claro que en el caso de los "exóticos" es mucho más fácil.
Lo que sí he notado en los comentarios que he escuchado al respecto es que estos niños tienen especial interés por saber quiénes son y de dónde vienen y que los padres no siempre están en condiciones de poder acercarles a sus lugares de origen. Pensemos en un niño somalí, por ejemplo.
En otro orden de cosas, comentar que el otro día un familiar que se dedica a la enseñanza comentaba que en su clase hay dos niñas chinas. Una adoptada y la otra hija de emigrantes y cuando los demás niños la llaman china, la primera contesta la única china es la otra, yo soy de aquí.
Un abrazo.
Hola Josep Julián: Encantado de que aparezcas en Motivos psi y nos dejes tus opiniones e ideas. Comparto contigo que no siempre es posible acercar al niño a sus orígenes. Además, hemos de partir de la idea de que, aún pudiendo, el niño o adolescente (que es quizá cuando lo pueden demandar más)lo vive como un auténtico terremoto interior: quiere, pero no quiere; lo desea, pero siente un intenso miedo, culpa, preocupación, alegría... Todo un mundo de ambivalencias interior que es preciso abordar con él antes de dar ese paso, si se da.
ResponderEliminarTrabajar la historia de vida supone ayudar al niño a expresar y elaborar psicológicamente los sucesos traumáticos que hayan estado presentes en su vida.
Lo que cuentas de la niña China es curioso: quizá ella esté formando su identidad a partir de donde se hace y no donde nace.
Gracias por estar aquí, un afectuoso saludo,
José Luis Gonzalo