Asistimos a un boom en lo que a páginas de redes sociales en internet se refiere. Estas páginas (facebook, tuenti…) son probablemente los sitios web más buscados. En las mismas, podemos registrarnos y contactar con personas, bien sean amigas bien nuevas que nos acepten en su red. Así, uno puede estar relacionado con un sinfín de personas de manera virtual.
Las ventajas de estas formas de contacto son obvias: Permite a muchos romper el aislamiento, ponernos en relación con gente con la que estudiamos o convivimos en una época que de otro modo no podríamos hacerlo, conocer a otros a través de tus amigos, abrir nuevas relaciones… en suma es un medio ideal para que seamos “animales sociales”, como decía Platón.
Pero quizá estos medios nos acomodan para que no nos acerquemos a los demás en la vida real. Hoy en día parece que hablarle a alguien en la calle le pone en guardia. Uno puede tener cientos de contactos y de amigos en el facebook pero dedicarse a su trabajo y salir muy poco a la calle, a la ágora (lugar público) Y relacionarse a través de la pantalla del ordenador está muy bien y es una herramienta muy útil pero no puede compararse a la magia del contacto real persona a persona. Un ordenador jamás podrá facilitar, creo yo, que dos personas sintonicen del mismo modo a como cuando están físicamente juntas. Cuando estamos con alguien con quien conectamos, la magia del sentirse sentido físicamente (el hemisferio derecho de una persona se conecta con el de la otra, como si de una red wifi se tratara) es incomparable a la de "sentirse" a través de una pantalla.
Están muy de moda estas redes de contacto por internet y a cada paso oímos hablar de ellas, pero yo apuesto por el contacto en vivo, máxime cuando este es gratificante, con una persona con la que sentimos que nuestros estados mentales se alinean con los suyos.
Las ventajas de estas formas de contacto son obvias: Permite a muchos romper el aislamiento, ponernos en relación con gente con la que estudiamos o convivimos en una época que de otro modo no podríamos hacerlo, conocer a otros a través de tus amigos, abrir nuevas relaciones… en suma es un medio ideal para que seamos “animales sociales”, como decía Platón.
Pero quizá estos medios nos acomodan para que no nos acerquemos a los demás en la vida real. Hoy en día parece que hablarle a alguien en la calle le pone en guardia. Uno puede tener cientos de contactos y de amigos en el facebook pero dedicarse a su trabajo y salir muy poco a la calle, a la ágora (lugar público) Y relacionarse a través de la pantalla del ordenador está muy bien y es una herramienta muy útil pero no puede compararse a la magia del contacto real persona a persona. Un ordenador jamás podrá facilitar, creo yo, que dos personas sintonicen del mismo modo a como cuando están físicamente juntas. Cuando estamos con alguien con quien conectamos, la magia del sentirse sentido físicamente (el hemisferio derecho de una persona se conecta con el de la otra, como si de una red wifi se tratara) es incomparable a la de "sentirse" a través de una pantalla.
Están muy de moda estas redes de contacto por internet y a cada paso oímos hablar de ellas, pero yo apuesto por el contacto en vivo, máxime cuando este es gratificante, con una persona con la que sentimos que nuestros estados mentales se alinean con los suyos.
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