No tengo nada en contra de los mismos; pienso que, además de un entretenimiento, muchos estimulan la capacidad de concentración, habilidades de coordinación visomotora, la capacidad para analizar una situación... Todo esto es así siempre y cuando el contenido del videojuego sea apropiado.
Pero, lo que me motiva a escribir sobre esto, es lo siguiente:
- En efecto, se puede afirmar que, en general, los niños y adolescentes dedican un excesivo número de horas a los videojuegos. Esto no es de ningún modo positivo, porque son horas que pierden para relacionarse, leer, hablar con sus padres o jugar a juegos tradicionales.
- Por lo tanto, para que el niño llegue a interiorizar, en la segunda infancia, que debe autorregularse en esta actividad, primero sus padres o responsables han debido de marcar una regulación externa. Es imprescindible que los padres o tutores de los niños establezcan un horario, adecuado a la edad, para esta actividad. Dejar que el niño, sobre todo si es pequeño, decida es, aparte de muy dificil, una irresponsabilidad.
- El contenido del videojuego: es de vital trascendencia. El videojuego debe estar acorde con la edad del niño. Nunca se debe permitir que un menor juegue con un juego que sobrepase su edad. No hay que consentir bajo ningún concepto que los niños accedan a videojuegos de contenido violento. Nunca. Estamos viendo en consulta casos de niños, especialmente sensibles, afectados por las imágenes que han visto. Pueden generar traumas.
- Los padres y tutores deben de interesarse por el contenido de los juegos, por lo que sucede en el mismo, los personajes, la historia, lo que pasa en ese mundo, y ayudarle a diferenciar lo real de la fantasía.
- Dediquemos tiempo a los niños y juguemos con ellos también a juegos tradicionales. Y no nos olvidemos que decir "te voy a contar un cuento" todavía tiene más fuerza que el videojuego porque la relación interpersonal es más poderosa que la atracción que ejerce una máquina, si las relaciones y el contexto familiar es sano, claro. Es la magia del apego entre padres/cuidadores y niños... Que no lo alteremos. Que no lo perdamos.